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El Campo de la Verdad no puede ser el parking del casco histórico
Es martes. Llegamos a casa sobre las 21:00. Ser del distrito Sur conlleva el castigo de tener que desplazarse en coche si la familia quiere ir a hacer deporte. Encaramos, como cada día, la Calle Cordel de Écija, camino de nuestra calle Altillo. Hoy, además de las bolsas de deporte, llevamos dos sacos de pienso para los perros que hemos comprado. Comienza la odisea diaria. Encontrar un aparcamiento medianamente cercano a casa. No porque no queramos andar. ¡Estaría bueno después de venir de hacer deporte! Sino por descargar lo que llevamos en el coche.
Hoy hemos tenido mala (pero la más habitual) suerte. No hay aparcamiento en la calle y tenemos que dejar el coche en un llano cercano. Paramos un momento en la puerta para descargar y que el resto de la familia entre las cosas en casa. Cuatro coches esperan el minuto escaso que tardamos en esa operación. Yo sigo hasta el llano cercano para dejar allí el coche. El lugar está casi lleno de coches, furgonetas y caravanas. Y de suciedad. Muchísima suciedad. La que se acumula del incivismo de algunas personas y el abandono por parte de SADECO de esta zona.
Este es un día entre semana cualquiera en el entorno del Hotel Hesperia, en las calles Obispo Cubero, Altillo, Burgos, Israel, Cordel de Écija. Es la zona en la que aparcan la clientela del hotel (cobran por el aparcamiento propio), las personas que trabajan en La Judería y vienen en coche, los turistas, … Hay días peores. Los fines de semana y los de eventos: cabalgata, mercado medieval, semana santa, Río Mundi y un interminable etcétera. Esos días, o bien no mueves el coche o, a la vuelta, lo normal es que acabemos aparcando muy lejos de casa. Dentro del Campo de la Verdad, en la Carretera de Castro, en la Calle Utrera, en la Avda. de Granada.
Adicionalmente al problema de aparcar está otro aún más grave. El del tráfico y la contaminación. Hablamos de calles estrechas pensadas para el uso de su vecindad. No para el de cientos de coches, autobuses y caravanas que buscan y rebuscan un aparcamiento, que se quedan en espera, con sus motores encendidos, a que otros aparquen, a que otro deje hueco libre, a poder llegar al llano contiguo para ver si hay hueco. Hablamos de coches que aceleran en dirección prohibida porque ven que se queda un sitio libre. Hablamos de coches que aparcan en las aceras, sobre los chaflanes de los pasos de peatones, impidiendo el tránsito normal de personas, sobre todo aquellas que usan carritos de bebé o sillas de ruedas.
No hablamos de un problema puntual de un evento, de un fin de semana. Hablamos de que ocurre a diario. Cuando el confinamiento, las calles y el llano estuvieron absolutamente vacías. Prueba inequívoca de que, para la vecindad, hay aparcamiento de sobra. Prueba inequívoca de que el problema es causado por turismo y coches que usan el lugar para acercarse a sus puntos de trabajo u ocio.
La solución es sencilla si se tiene voluntad política. Y aunque en ella estamos ya trabajando desde la A.V. Guadalquivir del Campo de la Verdad, el delegado del Ayuntamiento en cuestión, Miguel Ángel Torrico, se ve que le importa bien poco lo que padezcamos otras personas de la ciudad. Sobre todo las del distrito Sur.
La solución es convertir este lugar en zona ACIRE. No vivimos en el casco histórico ni en el centro, pero somos su zona de aparcamiento. Y para el turismo o las personas que trabajen en el casco histórico, el Ayuntamiento puede habilitar perfectamente zonas también muy cercanas pero que no tienen viviendas alrededor: Miraflores, entorno del C.C. El Arcángel, ciertas zonas junto al estadio de fútbol, … que tan solo suponen unos minutos más caminando.
El próximo fin de semana “celebraremos” el mercado medieval. Para los y las vecinas de la zona supondrá tener que sufrir la misma situación pero multiplicada por tres o por cuatro. La presión de tráfico y aparcamiento que se ejercerá para nosotros volverá a ser insoportable. Y, por supuesto, no poder mover nuestros coches desde el miércoles.
El llano que hay abandonado entre la Avda. de Fray Albino y la Calle Altillo no puede soportar cien coches diarios. Ni caravanas en las que sus usuarios hacen vida los días que permanecen en él. La suciedad, los aparcamientos masificados incluso dentro de una zona de excavaciones arqueológicas abandonadas, son un foco de basura y, por tanto, de posibilidad de infección para los y las vecinas. Ese llano debería convertirse en una zona ajardinada donde el turismo pueda tener una visión de la ciudad totalmente distinta a la que esta zona refleja. Donde la vecindad no sufra contaminación, invasión de acerados, tráfico, peligros, imposibilidad de aparcar.
Tenemos cientos de fotos que corroboran lo aquí expresado. Dejo aquí solo algunas. Esperamos que el Ayuntamiento se tome por fin en serio la situación y haga algo porque la vida de las familias que vivimos en esta zona sea lo más cómoda y saludable posible.
Rafael Juan Ruiz.
Vecino de la zona.
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