¿Practicas el “Hakuna Matata”?
La semana pasada disfruté de un fantástico viaje a Londres junto con mi mujer donde tuvimos la oportunidad de acudir al musical del Rey León en el Liceum Theatre. Fue una experiencia extraordinaria con una puesta en escena sobresaliente. La verdad es que mereció la pena estar allí. Y cómo todos recordaréis de la película de dibujos animados, sobre todo los que tienen niños pequeños, cuando Simba escapa de su casa creyendo que él era el culpable de la muerte de su padre, el gran Mufasa, se topa con dos personajes, Pumba y Timón, que le enseñan una filosofía muy especial, el Hakuna Matata (una expresión real en idioma suajili que significa “No preocupaciones”).
El Hakuna Matata tiene que ver con mirar el lado positivo de las cosas aunque lo que te esté sucediendo en ese momento de tu vida sea duro o amargo (como abandonar tu casa siendo un niño :-( ). Se trata de plantear “Vive y sé feliz”, “Ningún problema debe hacerte sufrir”, “Lo más fácil es saber decir ¡Hakuna Matata!”. O cómo dice la canción en su versión original es “problem free philosophy”, filosofía libre de problemas.
No seré yo quién critique la producción de Walt Disney, mis hijos no me lo perdonarían, pero si quisiera aportar una visión actualización de esta filosofía popular. El Hakuna Matata, el mirar para otro lado pensando que esa situación dificultosa por la que pasas (o pasan los demás) no está ahí ni lo estará, simplemente porque la ignores, no deja de ser un planteamiento un tanto infantil de niños a los que le están contando un cuento. Es aplicable, por ejemplo, cuando tienes planteada una salida al campo con tu familia, y ese día llueven chuzos de punta, y dices “Hakuna Matata, nos quedamos en casa viendo la película que tantas ganas teníamos de ver”. O cuando vas por la autovía de vuelta a casa, cansado, pinchas la rueda del coche y te dices a ti mismo:“Hakuna Matata, por fin me voy a enterar cómo se cambia una rueda”.
Porque existen otros tipos de eventos vitales a los que no puedes ignorar cantando el Hakuna Matata, simplemente porque no desaparecerán y es más, probablemente se agrandarán y en el futuro se tornarán más sensibles aún. ¿Cuántos Hakuna Matata de este tipo existen actualmente en tu vida? Creo haber citado ya en alguna ocasión que Warren Buffet expone que uno de los grandes factores de fracaso en las Organizaciones (extensible a las personas) es, el retraso de lo inevitable. Los puntos de inflexión en tu vida, los grandes momentos de decisión que aparecen, no se pueden hakunamatatear (me inventé el verbo). Los has de afrontar, con las mejores de las actitudes, sí, pero lo has de hacer. Asuntos tales como problemas de comunicación en tu equipo, mala actitud de colaboradores o compañeros, resultados financieros malos, problemas personales o familiares, futuro profesional, requieren de un Hakuna Matata 2.0 ó 3.0.
Por lo tanto, a la letra de la canción original le haría la siguiente actualización:
Hakuna matata, vive y deja vivir...
Hakuna matata, ¡vive y sé feliz!
Si tienes problemas , sé valiente sin sufrir.
¡Porque lo más difícil es, saber decir...!
“ Afronto el Problema”.
Ahí queda eso. BE TIM.
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