Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

La mano mágica

Miguel Ángel Luque

0

Me gustaría aprovechar esta privilegiada tribuna para daros una primicia: vivimos una etapa de tiempos extremadamente complicados. Seguro que muchos estarán algo, o más bien, muy decepcionados con mi anuncio. Siento defraudarlos pero es que no estamos viviendo una época de cambios vivimos en el propio cambio. Utilizando una metáfora surfera “no decidimos si coger una ola o no, porque ya estamos en ella”.

Un momentum en el que los miembros de las organizaciones debemos de empezar a cuestionarnos determinados paradigmas que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida laboral. Uno de ellos es el del apoyo, reconocimiento, que nuestro entorno laboral más cercano nos ha de proporcionar, y servirnos como estímulo para poder llevar a cabo un desempeño eficaz. Bien, en estos momentos parece bastante arriesgado depositar nuestra propia motivación en manos ajenas. En primer lugar, porque no sabemos si esta se producirá (no depende de nosotros a menos que hayas desarrollado una habilidad de control humano superior). En segundo lugar, porque puede que esta ya no continúe en el futuro (estoy seguro de que puedes tener en mente algún ejemplo).

¡Pues claro que nos gustaría tener cerca alguien que cuidara de nosotros!. Que se preocupara de nosotros cuando las cosas no funcionaran, cuando los momentos de bajón aparezcan, cuando tuvieras problemas…. Pero y si por alguna razón no lo tienes ¿qué ocurrirá? Pues que teniendo el enfoque anteriormente mencionado, te afectará profesionalmente y personalmente en tu rendimiento.

Lo que si has de tener claro es que hay una persona en este mundo que no te fallará nunca, y no es ni tu papá ni tú mamá, eres tu mismo. Así que empieza a mirarte con muy buenos ojos, a decirte a ti mismo todo el talento que tienes y todo lo que vales, porque mejorando tu autoimagen y tu autoestima, empezarás a descubrir que esto del reconocimiento y de la motivación comienza en uno mismo. Es un juego que va de dentro a fuera, y no al contrario.

Empieza a convertirte en un Espartano del siglo XXI, al que le encanta trabajar en equipo y ser reconocido en las victorias, pero que es capaz de ir sólo al frente de batalla si es necesario, confiado de sus posibilidades y cualidades… ¡AU, AU, AU!. Coloca tu mano derecha en tu hombro izquierdo (al contrario si eres zurdo) y comienza a darte golpecitos por lo bueno que eres, ve entrenando porque estos son los únicos que están bajo tu control y los que vengan de otras personas serán muy bien venidos, si llegan.

Un Espartano del siglo XXI, sabe que este mundo no es nada fácil, que nos puede en momentos golpear sin piedad de forma reiterada y consecutiva hasta dejarlo tirado en el suelo…. pero que sabe que no se puede permitir no avanzar, bajo cualquier circunstancia hay que seguir. La máxima a aplicar: “el dolor es temporal, el sufrimiento opcional”.

Haz todo lo que puedas, con todo lo que tengas, estés dónde estés, y pase lo que pase. Y cuando acabes, coloca la mano derecha en tu hombro y date unos golpecitos de reconocimiento, sabiendo que mañana seguro tendrás otra batalla a la que entregarte. BE TIM.

Etiquetas
stats