Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
El negacionista 'cordobita'
El negacionista cordobés es, quizás, uno de los grandes ejemplos de lo que nos contaba la película de Don't look up, la película que contaba cómo incluso con el meteorito sobre nuestras cabezas había quien negaba su existencia.
En una ciudad en la que cada verano que pasa es más infernal que el anterior, en un valle que se recalienta, en unas semanas eternas de calor insoportable, el negacionista cordobita está ahí agazapado para decirnos que claro, que estamos en verano, y que si lo que esperamos es que nieve.
En esta nueva fase del populismo, en esta deriva de las redes sociales que no discriminan la publicación de contenido aunque sea abiertamente falso, la opinión del cordobita es que eso del cambio climático es una conspiración woke (una palabra que ni sabe qué significa) para destruir a la civilización occidental y condenarnos a la ruina. O algo así.
Hace décadas que existen certezas científicas del cambio climático. Hace muchos años que los agricultores y ganaderos de la provincia notan sus efectos: cosechas que se adelantan a su tiempo, sequías extremas, lluvias torrenciales y dañinas, y un calor que lo mata todo. Pero desde hace décadas hay una corriente que le dice a la comunidad científica que están ciegos, que cuando eran chicos sí que hacía calor, que una vez un periódico publicó que en Córdoba llegaron a los 50 ºC un verano. Y que en la época de los dinosaurios sí que hacía calor.
La evidencia de que nos hemos cargado el clima y de que hay algo ahí arriba que se ha roto lo estamos viendo en forma de eventos extremos como la DANA de Valencia de este pasado mes de octubre. De que hace años nos entró un huracán (Vince) por el Valle del Guadalquivir o de que hubo una tormenta destructiva y con muertos muy localizada en Aguilar de la Frontera. Pero también de que nos estamos cociendo como la rana que se mete en el agua que poco a poco se va calentando. Y que quizás no se está dando cuenta hasta que llega un momento en el que se muere.
El discurso principal del recientemente fallecido Pepe Mújica se centraba en que “como especie” nos enfrentábamos a nuestro mayor desafío: el cambio climático. Y que dará igual lo que seamos, chino, ruso, americano, español o inuit. Es la primera vez en siglos que el homo sapiens sapiens se enfrenta a un reto tan bestia.
Pero no. Admito que los que van ganando son los negacionistas. Que cada año que pasa se quema más gas de efecto invernadero y que estamos ya en un territorio desconocido. Avisados hemos estado.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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