José María Bellido: “Yo no voy a ser quien eche más leña al fuego”
Hace un año, José María Bellido se convertía en alcalde de Córdoba con 41 años. El popular alcanzaba la Alcaldía tras unas reñidas elecciones en las que la izquierda no logró concejales suficientes como para sumar mayoría.
A pesar de su juventud, Bellido es el político más veterano en el Ayuntamiento. Aunque Miguel Ángel Torrico entró en 1999 como concejal, posteriormente dio el salto a la política andaluza para regresar de nuevo. Bellido lleva asistiendo cada día a Capitulares desde 2004, donde ha sido prácticamente todo: desde concejal en la oposición hasta portavoz, desde concejal delegado de Hacienda y teniente de alcalde hasta alcalde.
Hace un año, Bellido tenía otros planes. Todo el mundo tenía otros planes. En su proyecto no entraba que la ciudad (y el país) se parase completamente durante más de dos meses, que un virus solo visible en un laboratorio obligara a los 340.000 cordobeses a quedarse en casa para salvar vidas. Y que de la noche a la mañana la economía se viniese abajo y hubiese que reconstruirla.
Esta entrevista, por tanto, no es la habitual que se realiza a un alcalde cuando cumple su primer año de mandato. Se realiza en mitad de un cambio de paradigma, en el que sigue en vigor el estado de alarma, los cordobeses aún no pueden abandonar la provincia y tampoco recibir turistas. Mientras, de fondo, se escuchan los ecos de un bronco debate en el Congreso de los Diputados.
PREGUNTA. Obviamente la primera pregunta es por la salud.
RESPUESTA. Bueno, afortunadamente, bien de salud. Salvo un pequeño accidente doméstico de mi hija mayor, cosas de niña que no tiene más importancia, la verdad es que bien. Mi familia, mi mujer, mis niñas, mis padres, que son personas de riesgo, todos bien. Y luego, afortunadamente también creo que la ciudad ha sido la circunstancia mayoritaria. Creo que estamos en 41 muertos, desgraciadamente, pero incomparable a como ha ocurrido en otras ciudades de España. Gracias a Dios y gracias al buen trabajo que se ha hecho, primero por todos los ciudadanos que han sido muy responsables y desde luego también por el Servicio Andaluz de Salud.
Nosotros no podemos vivir de un monocultivo económico, ni con turismo ni con nada
P. Es cierto que sanitariamente Córdoba ha aguantado. Pero la contradicción es que una provincia y una ciudad como esta aunque no hayan sufrido el gran envite de la pandemia sí que lo pasan peor económicamente que otros lugares en los que la enfermedad ha hecho estragos.
R. A ver, hay que distinguir el punto de partida. Córdoba estructuralmente tiene el dudoso honor de ser la provincia con la tasa de paro más alta de España. Siempre estamos ahí dándonos el relevo con Cádiz. Eso viene arrastrado históricamente, igual que la circunstancia de los barrios más pobres de España, que el INE puso de manifiesto el otro día. Los datos de ese número de familias vulnerables en estos barrios vienen precisamente de esa tasa de paro. Ese punto de partida que ya lo teníamos pues evidentemente aquí seguimos como estamos. Pero con más parados.
Ante la crisis económica y social que viene no quiero ser tan pesimista. Quiero ser realista. Lo he dicho antes [se refiere a las preguntas del vídeo que encabeza esta entrevista], es muy dura, del uno al diez estamos preocupados al diez. Pero creo que en Córdoba podemos tener determinadas fortalezas que nos permitan competir en esta salida de la crisis en buena situación. Me explico. En primer lugar, que la crisis sanitaria ha sido menor. Los datos que están saliendo ahora de reserva turística de Andalucía están siendo muy buenos. Ese haber pasado la crisis sanitaria, afortunadamente, y no quiero agravios con territorios que han estado peor, pero para la ciudad de Córdoba y para la provincia es una fortaleza que nos puede emitir recuperarnos antes. Luego tenemos sectores que ya demostraron en la anterior crisis que son muy resistentes. En esta crisis sanitaria lo han demostrado. Es el agroalimentario, el campo. Ese sector no se ha visto tan afectado. Y en Córdoba tiene un peso muy importante. Tiene una gran fortaleza que hay que cuidar. En segundo lugar, yo que durante estos días he estado hablando con muchos ayuntamientos de España, con alcaldes, compañeros de partido, de otros partidos, en foros que hemos compartido, llegamos a la conclusión de que el Ayuntamiento está en condiciones de ayudar. En la anterior crisis, nosotros, en el Ayuntamiento, tuvimos que arreglarnos internamente para luego empezar a poder hacerlo en toda la ciudad. Ahora no. Si el Gobierno simplemente empieza a permitirnos usar nuestro dinero y hacemos cosas con cabeza desde el Ayuntamiento podemos ser un motor de reacción inmediato. Podemos empezar a hacer funcionar la economía, cosa que en el 2011 o 2012 era impensable porque estábamos endeudados hasta las cejas y sin posibilidad de hacer inversiones. Esto es una fortaleza que otras ciudades tampoco tienen. Y vuelvo a insistir: no me alegro que no lo tengan, pero nosotros tenemos que aprovechar esa situación.
En esta crisis el Ayuntamiento está en condiciones de ayudar
P. Hace un año se convertía en alcalde. Bueno, todavía no le habían elegido en estas fechas, pero ya sabía que lo iba a ser. Tenía los votos suficientes y la izquierda no sumaba. Entonces, se planteaba el mandato de una manera. Creo que todo lo que pensaba hace un año ha saltado por los aires y entiendo que están reconstruyendo el mandato.
R. Efectivamente, el mandato ha cambiado de la noche a la mañana. Además de un día a otro: del 14 al 15 de marzo cambió por completo. Yo creo que la ciudad debe seguir teniendo la mira en el largo plazo. Es decir, hay un plan estratégico y no vamos a renunciar a él. De hecho, creo que ahora es más necesario que nunca. Hasta ahora yo siempre he dicho que el plan estratégico ordenaba seguramente ideas que ya todos teníamos en la cabeza. Eso ha cambiado. Ahora el horizonte a cinco o diez años trae novedades importantes que ya no es sólo cuestión de ordenar. Hay que pensar y hay que trazar un camino a largo plazo. Y en eso no va a cambiar el mandato y creo que es más necesario que nunca. Lo que sí es cierto es que lo que ha cambiado son las prioridades de hoy. La situación social y económica es radicalmente distinta. Evidentemente, ¿en qué hemos tratado de reaccionar? Primero no renunciando a los principios que nos trajeron aquí. El otro día la exalcaldesa [Isabel Ambrosio] decía que nosotros veníamos presumiendo de una buena gestión. No, no es cierto. Nosotros no hemos presumido nunca. Nuestra campaña era Todos por Córdoba y no qué maravillosos gestores somos. Ese principio no ha cambiado y hemos querido reaccionar con un plan de choque en el que se busca el acuerdo con sindicatos y con empresarios. Y esa forma de trabajar la voy a mantener, es decir, nosotros vamos a seguir tratando de hacer las cosas con grandes acuerdos sociales. Creo que todo el mundo suma, lo vuelvo a repetir. En este caso, la suma de sindicatos y empresarios enriquece mucho el documento.
Ahora, lo urgente se ha convertido en ese plan de choque, manteniendo el principio de que hay que hacerlo todo con acuerdo social. Y luego la mirada a largo plazo y los grandes proyectos de ciudad van a seguir adelante. La rueda no puede parar. Hay principios que cambian, hay paradigmas que han saltado por los aires, por ejemplo el de la movilidad, pero hay determinadas cuestiones que Córdoba sigue necesitando y tenemos que seguir adelante.
Nosotros hemos trabajado 16-18 horas al día, y sin un día de descanso durante 70 jornadas seguidas
P. Pero yo sí que veo una especie de inercia de temas antiguos que se ven ahora de una manera extraña. Me refiero a la reforma del recinto ferial. Se han presentado ahora precisamente como un gran proyecto la reforma del Arenal con una inversión de siete millones de euros. Hay mucha gente en la ciudad que ha visto que ahora mismo parece que no toca Feria. Aparte, que hay que aprobar un plan especial en El Arenal y es probable que esa reforma ni siquiera esté para el año que viene. Es como que estamos pensando en la Feria, en cómo vamos a organizar la Semana Santa y en estos momentos hay otras prioridades.
R. No, no es eso. Vamos a ver y lo explico muy rápidamente. Entiendo que puedas tener dudas pero hay que ser muy claro. El dinero que financia las inversiones es un dinero finalista. Es decir, yo no puedo, por hacer el ejemplo más demagógico que hubiera, decir que se gaste el dinero que va para la Feria en ayudas sociales. No se puede. Es un dinero que viene financiado con préstamos. Tenemos dos opciones: o entendemos que las inversiones son también un motor de creación de empleo y seguimos adelante, o renunciamos a ellas. Si renuncio a ellas, no voy a dotar de más dinero a ayudas de emergencia, a ayudas sociales o a planes de empleo. No. Ese dinero es solo para hacer inversiones. Nosotros pedimos 20 millones de euros en los presupuestos. Ya se están poniendo en marcha esas peticiones financieras. Entonces, lo que creo que hay que hacer es acelerar y correr. Y no hay que contraponer. Contraponer reactivación económica con ayuda social es un error. Lo que tenemos que hacer es reactivar la economía porque hay mucha empresa, mucho pequeño empresario y mucho trabajador, que de ahí se juega su futuro. Y tenemos también que ejecutar todas las ayudas sociales, al mantenimiento del empleo, a la reapertura, pero no son contrapuestas. Es que aquí o hacemos inversión o no hacemos inversión, pero no puedo destinar esos fondos a otra cosa. Eso quiero dejarlo claro. El proyecto en sí viene del consenso ciudadano. Lo que hemos hecho ha sido recoger lo que dijo la comisión de Feria, donde está el Movimiento Ciudadano, las Casetas Populares, las Casetas Tradicionales, profesionales, feriantes, y trasladarlo a un proyecto que incluso nos han donado. Y nosotros nos hemos comprometido a hacerlo. Este es un proyecto que viene muy trabajado del mandato anterior y por el consenso social.
Pero me interesa la primera reflexión. No caigamos en el error de contraponer inversión productiva con con otro tipo de política, porque no son excluyentes. Y la financiación es distinta.
El mandato ha cambiado de la noche a la mañana
P. Pero el Ayuntamiento sí que ha modificado el presupuesto para atender la emergencia social. Estoy hablando del presupuesto del Instituto Municipal de Artes Escénicas, que obviamente ha estado cerrado y no se ha podido gastar el dinero.
R. En ese es en el proceso en el que estamos y eso sí que tiene sentido. Ahora mismo hay abierto un abanico de posibilidades que nos lo da precisamente que el Ayuntamiento esté razonablemente bien en el aspecto económico. El primero, es evidente: si hay acciones que no se van a poder ejecutar hay que señalar otras prioridades. ¿Tenemos claro cuáles son esas prioridades? Sí, están en el plan de choque. Muy resumidamente serían dos: que haya trabajo y que ayudemos al que no va a poder trabajar y va a necesitar de ayudas sociales. Muy resumidamente sería eso. Teniendo esos objetivos claros, hay una serie de actuaciones que ya se descuelgan del acuerdo: ayuda al mantenimiento del empleo, ayuda a la reapertura, formación, inversión en obra pública, ayuda social. Y hay otra serie de actuaciones que no se van a poder llevar a cabo. ¿Nosotros en qué momento estamos? Está el concejal de Hacienda [Salvador Fuentes] dedicado a eso: repasar delegación a delegación para saber qué se va a poder llevar a cabo y qué no, pero centrado en lo que viene financiado con el ingreso corriente, con lo que pagamos por impuestos, para entendernos. Si hay cuestiones que no se van a poder hacer hay que tapar otros agujeros. ¿Un agujero principal? Servicios Sociales o Aucorsa. Ahora mismo necesitamos dotar de presupuesto a los Servicios Sociales para atender a la emergencia, y a Aucorsa o a Sadeco para que sigan prestando servicio público y no entren en problemas financieros.
Segunda cuestión que podemos abordar: podemos estudiar una refinanciación de la deuda, buscando sobre todo un plazo de mora que nos permita desahogar el capítulo nueve. Es decir, desahogar lo que pagamos a los bancos para destinar ese dinero a otras cuestiones. Tenemos el remanente del Ayuntamiento. Eso es un clamor de todos los ayuntamientos de cualquier color político.
Espero que el tema de la segunda puerta de la Mezquita se arregle porque siendo francos eso es lo que permite la celebración de la carrera oficial de la Semana Santa en el interior del templo
P. ¿Cuántos millones tenemos ahora mismo de remanente de tesorería en el Ayuntamiento?
R. 22 millones de euros. Evidentemente, vamos a reclamar al Gobierno que lo podamos usar. Es que es el momento. El otro día lo explicó aquí muy bien el consejero Juan Bravo. Cada momento y cada ley tiene su sentido y su tiempo. En un momento en el que los ayuntamientos, hablando en plata, estábamos tiesos y necesitábamos ordenarnos hacía falta una ley que pusiera orden. Eso nos ha permitido que ahora el Ayuntamiento, cuando ha llegado esta situación, no tenga una deuda excesiva y disponga de remanente de tesorería. Igual que ha hecho la Unión Europea, que ha entrado en vigor la cláusula de salvaguarda para no cumplir las reglas fiscales, hay que hacerlo en España. Ahora es cuando necesitamos ese dinero, que está para eso, ahora que vienen malas. Esta crisis puede ser temporal o si lo hacemos bien puede ser una crisis que no dure como la anterior, sino uno o dos años. Ese es el proceso en el que estamos. Hemos marcado las prioridades, las hemos acordado con la sociedad y tenemos claro lo que queremos hacer. Ahora estamos buscando esa financiación para poder llevar a cabo el plan.
P. ¿Cuánta gente hay ahora llamando a la puerta del Ayuntamiento?
R. Mucha más de la que me gustaría. El dato más aproximado que podemos tener es que hay unas 5.000 familias en la plataforma Todos por Córdoba, que es un servicio de solidaridad. Pero es que tenemos alrededor de 2.000 familias en los servicios sociales. Entonces, es una cifra demoledora. Yo entiendo las críticas de la oposición, de los trabajadores y de todo el mundo, porque han sido momentos muy duros. Pero también te puedo asegurar con el corazón la mano que nos hemos desvivido por atender a estas personas, nos hemos inventado una plataforma que no existía, de la nada, con colaboración con ONGs, con el Banco de Alimentos, con financiación privada, con recursos públicos para atender a esas miles de familias. Y esto no existía. De una semana a otra pudimos empezar a hacerlo. ¿Son mejorables los Servicios Sociales? Son mejorables. Claro, pero es que hasta hace un año la lista de espera para ser atendido era, en algunos casos, de seis, siete meses. Y ahora mismo estamos pagando a 15 días y alguno le parece mucho. Hombre, a mí me encantaría pagar al día siguiente. Pero esto es un Ayuntamiento y tú lo conoces bien. Tiene sus procesos, tiene sus debilidades, y creo que ese es un plazo de respuesta razonable, realista y posible.
A este gobierno lo que más ha quitado el sueño y donde más ha trabajado, a diferencia de lo que se dice, es aquí. Con la concejala de Servicios Sociales, Eva Timoteo, ha habido semanas en las que bromeábamos y decíamos que éramos como novios (risas). Constantemente hablando, al teléfono, por videoconferencias, trabajando, porque era obvio que había una crisis social latente de gente que de la noche a la mañana ha perdido todos sus ingresos. Y era gente que o nunca habían accedido a prestaciones sociales o que venían de la economía sumergida. Y eran personas a las que había que atender. Ha sido una prioridad absoluta de este gobierno. ¿Que hemos podido hacerlo mucho mejor? Yo no lo dudo. ¿Que hemos tenido algún error? También. ¿Que hemos tenido una respuesta adecuada? También creo que es justo decirlo. Hemos evitado que hubiera un problema social más gordo en esta ciudad. Que ha estado apunto.
Nosotros no hemos presumido nunca de buena gestión. Nuestra campaña era Todos por Córdoba y no qué maravillosos gestores somos
P. ¿Esta plataforma, entonces, se crea por la lentitud que tienen los Servicios Sociales municipales para atender esta avalancha de demanda?
R. Voy a tratar de ser discreto con la intrahistoria de esta plataforma, aunque no mucho. La plataforma nace de la siguiente reflexión: tenemos dos problemas. Uno, hay una avalancha. El problema no es que haya una lentitud. El problema es que si los servicios sociales que tenemos son los que son, la contratación de personal tiene su ritmo y tarda, y de golpe y porrazo, en vez de tener que atender a 2.000 tienes que atender a 7.000... por mucha buena voluntad que le pongas es imposible responder en un tiempo razonable a esa demanda. Segundo problema: los requisitos de las ayudas tienen en cuenta la Renta del año anterior. Aquí hay algo que le ocurre a mucha gente: no tienen un problema con los ingresos del año anterior, mal que bien se valían entonces. El problema es con los ingresos de ahora. Entonces, juntando las dos cosas y después de mucho reflexionar, y una conversación con el Movimiento Ciudadano, con Juan Andrés de Gracia, él mismo lo comentó, fue donde una idea original que le planteé se acabó volcando en esta plataforma. Pero esta plataforma ha nacido, como todo, de hablar con mucha gente, que a lo mejor sorprende, y de pensar cómo podemos articular algo que dé respuesta inmediata. Tienen razón los que dicen que la ayuda y la atención debe ser desde los Servicios Sociales. Y no le quito la razón ni un ápice. Pero si queríamos hacerlo en abril y en mayo era imposible.
P. Hay que cambiar el funcionamiento de los Servicios Sociales. No sé qué mano puede tener el alcalde de Córdoba para hacerlo o necesita de una modificación estatal para hacer que esto funcione.
R. Sí y no. Lo primero que tienen que entrar en juego son las prestaciones sociales, no las del Ayuntamiento, sino la cobertura social del Estado.
Tendremos que mantener los impuestos para que esto sea sostenible
P. La renta mínima.
R. El ingreso mínimo vital pero también las prestaciones de desempleo de los ERTEs, las ayudas a los autónomos. Ten en cuenta que sobre todo en el mes de abril hubo muchas personas que teniendo derecho no lo cobraban. Y no todo el mundo tiene ahorros para aguantar dos meses. Entonces, lo primero que tiene que entrar es la cobertura de los derechos que ya existían, de estos nuevos que ahora mismo se han creado como el ingreso mínimo vital. Esto para muchas de estas personas va a ser suficiente para poder salir adelante. Y los servicios sociales municipales tienen que quedar para donde eso no llega, para personas que ya están fuera de esas coberturas sociales. El que se queda al margen es el que ya tiene que entrar en esto, es mi planteamiento. Ahí es cierto que lo que tenemos que hacer es dotar de más recursos económicos porque va a haber más demanda y dotar de más recursos humanos. Y luego hay que mejorar los procesos. Ahora vamos a sacar unas nuevas ayudas que van a rebajar los requisitos de los usuarios y en donde la tramitación creo que ya somos ágiles. A mí tramitar una ayuda en un periodo de diez días y pagarla en 15 me parece un periodo razonable, más allá de que a todos nos desespera, y sobre todo a la persona que lo necesita. Pero esto es una administración pública que tiene sus controles y tiene sus procesos.
P. Y en mitad de toda esta crisis dimite la directora de Servicios Sociales.
R. No voy a entrar en las causas porque son personales, pero dimite porque este trabajo es duro, hay mucha presión y requiere una capacidad de resistencia y de aguante importante. No es un problema de trabajo, de funcionamiento o de discrepancia. Es un problema de que aunque la gente no lo crea y el político tenga mala fama en situaciones como esta creo que se puede empezar a valorar algo más: nosotros hemos trabajado 16-18 horas al día, y sin un día de descanso durante 70 jornadas seguidos. Y en el caso de Servicios Sociales con una presión, como tú dices de gente llamando a tu puerta, bestial. No todo el mundo ni está preparado para soportarlo y algunos prefieren dedicarse a otra cosa. Hay trabajos más cómodos que este. Y eso es lo que ha pasado. Ten en cuenta que en Servicios Sociales, más allá de la necesidad de personal, había un arrope de todo el gobierno municipal. Por ejemplo, Asesoría Jurídica tiene allí a un abogado destacado, Hacienda tiene a una persona allí, que es la titular del Órgano de Planificación Presupuestaria. Fueron refuerzos voluntarios de otras delegaciones y ahora hemos dotado a un técnico. Es decir, Servicios Sociales se ha convertido en este tiempo en el núcleo central de la actuación que todos hemos entendido que hay que ayudar. El primero yo que me he volcado con Eva Timoteo y con Isabel Albás para sacarlo adelante. Creo que esa dimisión por eso no se ha notado.
No puedo decir que se gaste el dinero que va para la Feria en ayudas sociales. No se puede
P. ¿Cuál es el futuro ahora de la plataforma Todos por Córdoba? La solidaridad o la caridad no es infinita. Llega a su fin y además ya se está notando. El propio Banco de Alimentos está advirtiendo de que se está quedando sin provisiones. Y la emergencia sigue existiendo.
R. Esto es como una desescalada, pero tiene que quedar una red de trabajo para el futuro. Además, está así en el plan de choque. Evidentemente ha sido una solución de emergencia que no es algo que deba persistir. Eso venía a tapar estos meses. Lo normal es que cuando se abra la economía baje también el nivel de demanda. Y los usuarios, insisto, tienen que ir a través del cauce de los Servicios Sociales. ¿Cuál es la idea? El Movimiento Ciudadano pedía que se mantuviera la plataforma durante el mes de julio. Tiene que haber un periodo de transición, hasta que seguramente se acabe quitando y es probable que coincida con el mes de julio. Pero tenemos que ir dotando alternativas. ¿Las alternativas cuáles son? Prestaciones sociales del Estado, que no dependen de nosotros. Nosotros sí que vamos a sacar unas ayudas especiales para personas que se han visto afectadas por esta crisis con unos requisitos distintos. Es decir, que el usuario de la plataforma pueda pasar a ser atendido por una ayuda social valorada por el trabajador social y específica para estas situaciones. Y luego, lo que sí que tenemos que ser conscientes todos es que esto es solidaridad. Lo que no vale es decir que cuando lo hace el Banco de Alimentos es caridad y cuando lo hace el Rey Heredia es solidaridad. O viceversa. Aquí hay entidades que vienen trabajando desde hace mucho tiempo y tienen que seguir haciéndolo. Y es bueno que lo hagan. Por ejemplo, aquí se trabaja mucho con la red Habita, que tú conoces perfectamente. Tenemos que trabajar que haya un trabajo en red de forma que se convierta en una labor habitual. Tenemos que seguir apoyando al Banco de Alimentos, a Prolibertas, a Cáritas, a Cruz Roja, a Acisgru... Yo no miro ideología. Lo único que digo es que esa red que ha estado ahí siempre y va a seguir estando es una aliada para la ciudad. No creo que sea bueno que lo rechazamos. Al revés. Hay que potenciarlo. Tenemos que trabajar porque todos esos convenios que están en manos del Ayuntamiento salgan rapidísimo.
SI NO VIENE EL SUPERÁVIT Y LOS FONDOS EXTRAORDINARIOS PUEDO ASEGURAR QUE MUCHOS AYUNTAMIENTOS VAN A CAER
P. ¿Qué tienen los ayuntamientos de Sevilla o Granada que no tenga Córdoba? ¿Por qué allí ha sido posible un acuerdo de todos los partidos para sacar adelante unos presupuestos y aquí no? Aquí la oposición acusa a su gobierno municipal de falta de diálogo.
R. Mira, Alfonso, ahí me he comprometido a no tener malas palabras ni a tener críticas excesivas porque creo que no es bueno en estos momentos. Desde el Gobierno lo que tenemos que hacer es sumar. Pero vamos a ver: primero, nosotros hemos logrado y hemos optado por un método de trabajo, como he dicho al principio, que es la concertación social. Lo dije desde primera hora. Se lo dije desde el principio a los portavoces: íbamos a intentar llegar a un gran acuerdo social, que en otras ciudades no se ha llegado. Se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío: nosotros tenemos un gran acuerdo social con los sindicatos y con los empresarios, que al final son los que van a protagonizar la creación de empleo, no el Ayuntamiento. Y luego a la oposición: Si hay un gran acuerdo social donde está UGT y Comisiones Obreras y la Confederación de Empresarios debe ser un acuerdo cuanto menos centrado, no sectario. Y si los propios empresarios y sindicatos no es que hayan avalado las medidas sino que las han propuesto no debemos ir muy desencaminados para atajar esta realidad económica y social. Yo les pediría que también nos dieran un voto de confianza. Quiero decir: esas medidas son realistas, se pueden financiar, son las que quieren la sociedad. Lo normal es que quieran incluir algunas cuestiones, que aún estamos negociando con algunos grupos, pero lo lógico es que se sumaran al acuerdo. No tiene sentido desde mi punto de vista, y es verdad que eso es una decisión del gobierno, que nosotros queramos imponerle a la sociedad cuáles son las medidas que tienen que tomar y que luego van a ser ellos los que van a tener que aplicar. Por eso me refería siempre a los principios que me han traído aquí y que he mantenido. Yo siempre he dicho que hay que escuchar y tomar nota del que está. Y es lo que hemos hecho ahora. Luego lo que también pido es que se las soluciones que se aporten y las propuestas que se hagan sean realistas. Pedir un plan de empleo de siete millones de euros... Alfonso, sabes de lo que estamos hablando. Eso queda bien, es un buen titular. Puede que haya quien diga que bien, un plan de empleo de siete millones de euros, pero, ¿de dónde sacamos esos siete millones de euros y en qué consiste ese plan de empleo? Eso nadie me lo ha dicho todavía. Hay que bajarse al terreno y saber si se quiere estar en una posición constructiva o si uno prefiere, algo legítimo, ver los toros desde la barrera, pensar que va a haber una crisis grave, que va a tener un desgaste el Gobierno y a ver si de ahí saco algo. Algunos partidos aquí están en eso, francamente.
Contraponer reactivación económica con ayuda social es un error
P. Entiendo que tampoco ayuda mucho el ruido político a nivel nacional. Mientras hacemos la entrevista hay un debate en el Congreso sobre la prórroga del estado de alarma. El nivel de las intervenciones, como el del líder de su partido, es altamente crispado. Yo he llegado a quitar la tele porque era hasta insoportable.
R. Por eso te digo que yo no voy a caer desde este principio en provocar más ruido. Me conoces y creo que me conoce todo el mundo, que sabe cuál es mi forma de ser y de actuar a veces. Yo como todo el mundo también soy de sangre caliente. A veces prefiero contar hasta 100 y seguir sin poner más obstáculos para que algún día no podamos llegar a un acuerdo con otras fuerzas políticas. También te digo que hay algunas cuestiones que están en el plan de choque que sin haberlas acordado son medidas que nos propuso la oposición. Y todos lo sabéis. Tal cual venían propuestas así se han recogido. O sea, que a mí me da igual que firmen o no firmen, pero si vemos que es bueno, lo hablamos con sindicatos y empresarios, y lo ven positivo, se ha incluido. ¿Que luego no quieren firmar? Allá cada uno. Yo no voy a ser quién eche más leña al fuego.
Córdoba no ha llegado nunca a recuperarse al nivel de empleo previo a la crisis de la construcción
P. Después de esta crisis, ¿el equipo de gobierno del Ayuntamiento se plantea aprobar unos presupuestos de emergencia este año pactados con la oposición o de momento aguantamos con los recién aprobados?
R. Tenemos que ver qué escenario financiero vamos a tener. El Gobierno de la Nación no va a tener presupuesto este 2020. Ha renunciado. Seguimos con los presupuestos generales más longevos, los de Cristóbal Montoro, que van para su tercer ejercicio. Nosotros decidimos aprobar los presupuestos de este año porque entre otras cosas nos jugábamos 20 millones de euros en inversiones. Es que al final son 20 millones de euros más para la economía de la ciudad. Ahora ya como se está comprobando se va a poder modificar el presupuesto para adaptarlo. Para el año que viene, creo que lo primero que tenemos que ver es qué marco financiero tenemos. Las ciudades, todas y Córdoba es una de ellas, tenemos tres papeles posibles y así se lo he dicho a Pedro Sánchez y José Luis Ábalos en una videoconferencia: a nosotros nos pueden dejar que sigamos siendo protagonistas de la salida de la crisis y aliados del Gobierno con lealtad institucional. De verdad, si la ciudad de Córdoba va a estar al lado del Gobierno de la Nación, que nadie lo dude. Esto no va de partidos. Pero necesitamos recursos: nuestro remanente y fondos extraordinarios. En la anterior crisis el pago a proveedores inyectó a todas las entidades locales 12.000 millones de euros. Ahora hemos pedido todas las entidades locales 5.000 millones de euros. Hemos pedido para el transporte público de las ciudades, que tiene una situación muy complicada, más fondos específicos para algunas actuaciones concretas. Pero es menos que la otra vez. Si eso es así, te garantizo que las ciudades tendrán presupuestos que ayuden a salir de esta situación. Pueden dejarnos simplemente que no nos hundamos y que ayudemos a nuestros vecinos a salir de la crisis de forma limitada, que es que nos dejen usar el remanente de tesorería. Con eso, este año 2020 podríamos actuar en el plan de choque, ayudas sociales, de empleo... Ojo, que esto no viene para el Ayuntamiento, que esto va para los vecinos. O pueden desentenderse y dejarnos caer. Si no viene el superávit y no vienen fondos extraordinarios te puedo asegurar que muchos ayuntamientos van a caer. Además, más pronto que tarde. No es el caso de Córdoba, que tenemos alguna capacidad de resistencia más. Aunque Montoro acabó el pobre con mala fama he tenido una cosa muy clara que él dijo en varias ocasiones: si quiebra un ayuntamiento quiebra el Estado. Nosotros somos parte del Estado. Y ahora mismo hay acuerdo y consenso entre todos los alcaldes en lo que queremos. Si esto se alarga en el tiempo, muchos ayuntamientos van a entrar en problemas y muchos vecinos no van a acceder a esas soluciones. Si es que al final ayudas como las que estamos planteando aquí solo las podemos hacer los ayuntamientos. Las ayudas de emergencia son de los ayuntamientos, el transporte público es de los ayuntamientos, si yo quiero dar subvenciones para la reapertura de empresas, lo vamos a hacer los ayuntamientos. Eso no lo van a hacer ni el Gobierno ni las comunidades autónomas porque no llegan a esa capilaridad que tenemos nosotros. En función de eso ya te diré qué haremos con los presupuestos, francamente.
P. También depende de los ingresos propios, los que seamos capaces de generar. El mandato ha cambiado también en la promesa que hizo de bajar impuestos.
R. Lo que hemos recogido en el plan de choque es un escenario de estabilidad fiscal. Es que sería irresponsable. Si tuviéramos margen, yo soy de los que piensa que bajar impuestos facilita la economía y el empleo. Pero es que ahora mismo nuestro escenario de bajada de ingresos está en torno a 15 o 20 millones de euros al año. Sin hacer nada. Claro, si a eso le sumamos la bajada de impuestos que quería llevar a cabo es que esto no se puede financiar. Esto es como la cuenta de cualquier casa: si te bajan el sueldo y le subes la paga al niño, ¿qué te queda para la hipoteca? Esto es igual. Nos han bajado los ingresos y nos han subido los gastos de manera importante en servicios sociales, transporte público y otras empresas de servicio público. Chico, no voy a subir los impuestos, pero sí que durante un año o dos tendremos que mantenerlos para que esto sea sostenible.
Nos estamos recuperando más rápido de lo que todos pensamos hace tres semanas
P. Turismo. Tengo una duda y soy bastante crítico. Creo que esta ciudad ha apostado demasiado por un modelo turístico concreto. Puede que ahora no estamos dando de bruces precisamente por haber apostado demasiado por ese modelo. Teníamos una gallina de los huevos de oro con la que nos iba muy bien. Sin llegar a ser avalancha, pero el turismo en la ciudad empezaba a ser masivo. Pero esto de apostar prácticamente todo a un mismo sector creo que tiene este tipo de problemas sobre todo cuando nos enfrentamos a lo que estamos viendo ahora y a lo que veremos en el futuro, porque no sabemos muy bien cómo va a responder el sector.
R. A ver, parcialmente, sí, pero vamos a ser reflexivos. Recordemos algunos casos. Igual que en esta crisis no tenemos precedentes en cuanto a un sector muy importante que tenga problemas sí lo hemos tenido. Nosotros no podemos vivir, por así decirlo, de un monocultivo económico, ni con turismo ni con nada. Tenemos que tener distintas apuestas de ciudad estratégicas, ya te digo, la agroindustria, la transformación digital, la logística, industrias tradicionales como la joyería, otra parte del sector servicios. Tenemos que tener distintas apuestas. El turismo es preponderante en la ciudad. Pero ahora yo te cambio la pregunta. ¿Y de la noche a la mañana porqué cambiamos el turismo y el empleo que crea? Acordémonos de lo que pasó con la construcción. Este es un problema de tiempo.
P. Sí, sí.
R. Estoy de acuerdo. El turismo no puede ser la única actividad económica que saque Córdoba adelante, pero tiene que ser una actividad económica más que saque Córdoba adelante. Y hay que tener en que en el corto plazo nosotros no tenemos un conejo en la chistera para decir, mira, lo que hacía el turismo ahora se hará con la transformación digital y que todos los empleos se reconvirtieran. Eso es un sueño irrealizable. El acierto está en diversificar, en tratar de orientar las políticas económicas. Nos tienen que ayudar desde el Estado y desde la comunidad autónoma para que Córdoba pueda tener una apuesta importante en el turismo, pero otra en la logística, otra en la transformación digital, en la cultura, en la industria y que vayamos diversificando la actividad en la ciudad. Pero no cargárnoslo de la noche a la mañana, porque entonces ya sabemos lo que pasó con la construcción. Y de hecho, si tú coges el histórico de paro Córdoba no ha llegado nunca a recuperarse al nivel de empleo previo a la crisis de la construcción. Vamos a intentar que no nos pase lo mismo con el turismo. Al final, desgraciadamente, sino esas personas desempleadas pasarían a ser parados de larga duración.
Tengo una broma que a veces hago: El mejor alcalde que tuvo Córdoba fue Abderramán III
P. Hay mucha gente en el sector que lo está haciendo muy bien. Pero hay otra minoría que no lo estaba haciendo tan bien. Me refiero a contratos por horas o directamente falta de contratos que han provocado que al parar del todo esos trabajadores se hayan quedado fuera de los ERTEs y sin derechos sociales algunos.
R. Creo que estamos hablando más de la hostelería que del turismo. El propio sector, y me refiero a la patronal, está haciendo un esfuerzo muy importante de responsabilidad. En todo. En la regulación voluntaria que hicieron con las terrazas antes de que ocurriera todo esto, en los acuerdos a los que hemos llegado durante estos días sobre veladores y horarios, y ellos también para que en su sector todo el mundo cumpla con la normativa. No podemos demonizar al sector. Seguramente haya malas prácticas y para eso está la Inspección de Trabajo. Sí te puedo garantizar que la mayoría lo hacen bien y que la apuesta de sus dirigentes pasa porque todo el sector lo haga bien. Pero en todo: relaciones laborales, urbanismo, ocupación de vía pública. Aquí también nos ha pasado algo parecido. Tenemos 150 peticiones nuevas de veladores. De esas, no todas, seguro que hay muchos que tenían una terraza pero no estaba regularizada. Bueno pues yo me alegro de que ahora quieran regularlo. Ese es el esfuerzo que tenemos que hacer. Y vuelvo a repetir. Igual que con el turismo. Es un sector importante y tiene que seguir siendo importante. Córdoba es una ciudad apetecible, conocida en el mundo por la Mezquita Catedral. La gente quiere venir a visitarnos. Y tenemos un sector económico importantísimo que además, a corto plazo, no vamos a sustituirlo. Tiene que ser uno más y ojalá lo que hagan los demás sea crecer. Y nosotros vamos a ayudar a toda esta circunstancia que pones de manifiesto, que no dudo que exista, y lo que hay que hacer es apoyar a esa regularización del sector. Esto es como lo de la construcción, desmontamos un sector, revienta la burbuja y ahora nos encontramos con un montón de familias en paro. ¿Qué ganamos con eso todos?
La ciudad de Córdoba va a estar al lado del Gobierno de la Nación, que nadie lo dude. Esto no va de partidos
P. Este pasado domingo escribí que Córdoba podía tener un plan, donde puede existir una enorme creación de empleo, que pasa por la rehabilitación del patrimonio histórico. Un amigo, que es un profesor de Arqueología, Antonio Monterroso, ya me dijo en una entrevista similar que Córdoba no tiene que buscar un plan sino que desde el tiempo de los romanos ya lo tiene: la agroindustria y su estratégica ubicación como nudo logístico e industrial. Durante esta cuarentena yo he sido de los privilegiados que ha podido salir, poco, y he andado por un casco histórico desierto. Pero al que se le empieza a notar que hace falta cuidarlo, restaurarlo, ponerlo en valor, interpretarlo... Ahí hay mucho trabajo y muchos empleos por generar si se organiza un buen plan. No sé si estamos poniendo el carro delante de los bueyes pensando que ya tenemos la Mezquita y van a venir los turistas, o vamos a intentar buscar que los turistas vengan porque vamos a tener la mejor ciudad patrimonial de Europa.
R. Tengo una broma que a veces hago: El mejor alcalde que tuvo Córdoba fue Abderramán III y desde entonces todos hemos ido en decadencia. (Risas) Nos dejó la Mezquita y la ciudad sigue viviendo del monumento. Bromas aparte, Córdoba tiene un potencial enorme. A nosotros nos conocen en el mundo por la Mezquita Catedral. Es única. Los cordobeses tan acostumbrados estamos a verla que no le damos el valor que tiene. Es una joya de la arquitectura única en el mundo, con un mestizaje de culturas que no existe en ningún otro lugar. Es una pasada. De eso hay que seguir presumiendo. En todo el mundo tenemos que sacar pecho y es un tractor brutal para el turismo y la cultura cordobesa. Suerte que tenemos de tenerla. Ahora: tenemos que hacer que el resto de patrimonio y la actividad cultural que tenemos en la ciudad sume a ese tractor que tenemos. Es que es una suerte. Es una maravilla. ¿Cuántas ciudades no querrían tener la Mezquita Catedral? Vamos a sumar al resto. ¿Qué estamos haciendo ahí? Medina Azahara es un proyecto a muy largo plazo, porque queda mucho por descubrir y por excavar. Me ilusiona mucho el proyecto del Salón Rico que tiene la Junta. Y luego nosotros, con la potencia que tenemos en la Concejalía del Casco Histórico, que está empezando a retomar eso de ir adecentando determinados rincones... el Alcázar que ya también entra. Y hacer una oferta cultural y patrimonial que suponga un atractivo turístico. Pero ahí sí que es verdad que no pondría el carro delante de los bueyes. Es decir, tenemos que fortalecer nuestro patrimonio y nuestra cultura y eso traerá como consecuencia un aumento del turismo. Pero no al revés. En esto te doy la razón. Esto no se hace para el turismo. Y es lógico que tenga repercusión. Cuanto más cuidas una ciudad, su patrimonio, su cultura, será más atractiva. Pero esa es secundario.
P. Aparte de que es un enorme nicho de empleo. Hablábamos antes de que no hemos llegado a recuperar los puestos de trabajo destruidos en la crisis del ladrillo. Pues aquí precisamente se podrían generar esos empleos.
R. Sí, sí. Y luego, sobre todo, con una apuesta digital, que es verdad que nos ha dado una sacudida a todos durante el confinamiento. Por ejemplo, sector congresos. Córdoba es una ciudad con un turismo específico que es el de congresos. Córdoba es una ciudad muy atractiva para el turismo de congresos, por su oferta cultura, patrimonial y gastronómica que tenemos. Con todos mis respetos, no es lo mismo hacer un congreso aquí que en Albacete. Todos esos sectores también tienen transformación digital. Una empresa cordobesa ha celebrado aquí n congreso virtual de 12.000 personas que hemos sido punteros. Pues tendremos que empezar a transformar todos estos sectores tras esta sacudida. Esto viene para quedarse, quizás no forma tan exagerada como durante el confinamiento pero son costumbres que van a empezar a cambiar. Va a haber muchas reuniones virtuales, jornadas virtuales y habrá mucho teletrabajo. Ahí sí que creo que es una apuesta decidida de ciudad la transformación digital. Vosotros sois un medio digital. Qué te voy a contar que tú no sepas.
Hemos evitado que hubiera un problema social más gordo en esta ciudad. Que ha estado apunto
P. No quiero que se me quede atrás esta pregunta referente a la Mezquita. ¿Qué hacemos con la segunda puerta?
R. Aquí ha habido un problema más de forma que de fondo. El Ayuntamiento aquí es un espectador privilegiado, por así decirlo. No somos protagonistas de ese expediente, entre Junta de Andalucía, Cabildo y la familia del autor de la celosía. Intentaría volver a llegar a un acuerdo con la familia y con todas las partes. Todavía estamos a tiempo de hacerlo. Y luego, si el expediente ha tenido algún fallo de tramitación pues intentar arreglarlo. Conozco a todos los agentes protagonistas. Creo que con buena voluntad se puede llegar a un buen acuerdo para la ciudad. Luego habrá que ver que cosas se hicieron mal en su día, qué hizo mal la Junta de Andalucía en ese expediente, para tratar de volver a resolverlas. Espero que se arregle porque siendo francos eso es lo que permite la celebración de la carrera oficial de la Semana Santa en el interior del templo. Sería un paso atrás para la Semana Santa cordobesa tener que desecharlo.
P. También durante la cuarentena se presentó una iniciativa en Caballerizas Reales. El plan es expropiar el monumento al Ministerio de Defensa. Tanto Torrico como Fuentes planteaban al presentar la iniciativa que se trataba de devolver a Córdoba y a los cordobeses la propiedad de ese edificio. Mucha gente puede pensar, bueno, y ya puestos porqué no expropian la Mezquita.
R. Eso es coger el rábano por las hojas. Son casos completamente distintos. ¿Porqué Caballerizas tiene que volver a la ciudad y ser de titularidad municipal? Porque eso es lo que nos permite desarrollar el proyecto que queremos llevar a cabo. En Caballerizas hay una negociación desde hace mucho tiempo. Esa negociación estaba condenada al fracaso porque las diferencias económicas eran muy importantes, irresolubles. Y nosotros hemos decidido con la aquiescencia de Defensa y del Gobierno, tengo que decirlo, iniciar una expropiación. El valor de la expropiación lo va a tasar un tercero. Con lo cual será el valor justo que tenga y lo pagaremos. Pero, ¿para qué? Primero, porque está previsto en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Lo digo para el que no lo sepa. Hay una diferencia con la Mezquita importante. Caballerizas es un equipamiento importante. Y segundo: eso nos permite iniciar el proyecto del Centro del Caballo. No voy a meter dinero en algo que es de Defensa, y el Ministerio no quería acometer el proyecto. Eso es lo que vamos a hacer.
P. Pero va a ser un proceso largo. Aún estamos expropiando el suelo de Defensa en el Marrubial.
R. No, no, no tiene porqué. El Marrubial tiene unas complejidades muy distintas. Este proceso no tiene porqué ser largo. Al revés. Es lo que va a permitir que se cierre. Mi opinión personal es que va a ser rápido. Va a haber una valoración por una parte, otra por otra parte, y el acuerdo que se tiene que firmar permitirá la ocupación del inmueble. Luego en la valoración veo más difícil que haya un acuerdo pero va a ser rápida la actuación. Lo importante es que vamos a poder disponer del edificio en el momento en el que se inicie la expropiación.
Lo primero que tienen que entrar en juego son las prestaciones sociales, no las del Ayuntamiento, sino la cobertura social del Estado
P. La cuarentena ha cambiado la forma en la que vemos la ciudad. Ahora nos resulta hasta violento encontrarnos con los coches por la calle y para guardar la distancia de seguridad los peatones necesitan más espacio. ¿Qué idea tiene el alcalde con la movilidad?
R. El problema de movilidad en las ciudades es un problema común. Y quiero explicar bien lo que vamos a hacer, porque seguramente sea sorprendente para muchos. Tenemos que proteger el transporte público, porque se nos cae, a todos. Los déficit que nos dicen por ahí de transporte público en algunas ciudades nos hablan de más de 100 millones de euros solo en Madrid. Tenemos que sostener el transporte público porque vuelvo a lo del turismo y la construcción: no tenemos cómo ordenar la movilidad de la ciudad de de Córdoba y de todas grandes ciudades de otra forma que con los usuarios de transporte público. Hay, creo que son, 15 millones de viajeros en Aucorsa al año. ¿Qué ocurre? Ahora mismo por el miedo al contagio se usa menos. Tenemos que hacer un transporte público seguro. Además de hacerlo seguro, comunicar que es seguro y que sigue siendo igual de eficiente. Tenemos que darle facilidades. Pero es cierto que a corto plazo todos somos conscientes de que de esos quince millones de viajeros a lo mejor habrá cuatro o cinco millones que no van a usar el transporte público. Imagina esto a escala de Madrid o Barcelona: una locura. Tenemos que garantizar una movilidad que no colapse la ciudad para esos cuatro o cinco millones de personas mientras logramos que vuelvan al transporte público. Por eso, iremos a un modelo de movilidad sostenible donde potenciemos el uso de vehículo de movilidad personal, de bicicleta, de vehículos más amables porque sino colapsamos las ciudades de coches. No es que yo sea anticoche, que nunca lo he sido en mi vida ni lo seré ahora. Pero lo que no podemos soportar un incremento de cinco millones de viajeros en coche a los cascos de ciudades. Todas las ciudades, y estamos trabajando en red, estamos yendo a estas soluciones que son carriles a 30, potenciar otro transporte público como el del taxi... En definitiva, capilaridad para esos millones de viajeros que temporalmente van a dejar el transporte público.
P. Le quedan tres años de mandato. No sé si espera que los años que vienen sean tan convulso como estos.
R. Lo espero y lo deseo no por mí sino por la ciudad y los cordobeses. Que yo tenga un mandato convulso es lo de menos. La situación que viene, sanitaria, la economía y social, confío, espero y deseo que será mejor. No creo que tengamos más sorpresas desagradables de este estilo. Pero no por mí. Yo estoy para lo que venga. Uno no elige circunstancias ni lo que te da la vida. Sobre todo para que la ciudad vaya mejor. Es lo de menos como sea mi mandato. Lo demás es que lo podamos contar con alegría.
P. ¿Qué animo percibe en la ciudad con todo lo pesimistas que éramos durante la cuarentena? ¿Entiendes que se está reactivando algo la economía?
R. Sí, fíjate, veo mucha dualidad. Hasta que no tengamos datos objetivos es complejo. Pero los que vamos manejando nos dicen que hay variedad. Hay sectores que se están reactivando, e incluso alguno más rápido de lo que se esperaba, como el turístico, con una respuesta asombrosa. En otros sectores hay dualidades. En comercio, las grandes superficies se están reactivando más rápido que el pequeño comercio y habrá que intentar corregirlo. Y las zonas de barrios más rápido que en el centro. Pero en términos generales creo que vamos más rápido de lo que todos pensamos hace tres semanas. Y espero que siga así.
El plan de choque tiene dos prioridades: que haya trabajo y que ayudemos al que no va a poder trabajar y va a necesitar de ayudas sociales
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