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Inmaculada Salcedo: “Cuando hay un grave problema de salud pública, la libertad individual pasa a un segundo plano”

Entrevista N&B a Inmaculada Salcedo, portavoz del Comité de Expertos Covid en Andalucía

Carmen Reina

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Inmaculada Salcedo, jefa de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Reina Sofía de Córdoba, desde el inicio de la pandemia de la Covid19 ha sido la portavoz del grupo asesor de expertos sobre el coronavirus del Gobierno de la Junta de Andalucía. ‘La Fernando Simón andaluza’, decía alguien en una gráfica comparativa. Desde antes de que se declarara el estado de alarma por la irrupción de la Covid en nuestras vidas, desde enero de 2020, esta cordobesa ha estado al frente de las medidas que los expertos sanitarios han propuesto al Gobierno andaluz para frenar los contagios. Un año y ocho meses de actividad intensa, casi sin descanso, ola tras ola y, ahora, con la esperanza de la vacuna haciéndose realidad.

Tras la última reunión del grupo de expertos este mismo mes, con la bajada de la quinta ola de casos positivos ya hecha realidad y antes de tomar unos días de vacaciones, Salcedo atiende a Cordópolis en su despacho del Hospital Reina Sofía, donde una tarde cualquiera de agosto sigue a pie de teléfono el equipo de rastreo de casos positivos del virus que nos ha cambiado la vida. Echa la vista atrás para hacer balance y reflexionar sobre lo hecho ante la pandemia, pero también mira el horizonte futuro, aferrada a la efectividad de la vacuna para afrontar un nuevo curso.

PREGUNTA. ¿Cuándo fue la primera vez que escuchó la palabra coronavirus?  

RESPUESTA. Bueno, ya había habido otros brotes de otros coronavirus, que habían empezado en China, otro en Arabía Saudí, y de eso ya habíamos oído hablar como brote epidémico y como epidemia grave. De hecho, el de Arabia Saudí tenía una letalidad muy elevada, más que este, sin embargo hubo 850 casos, no hubo más. ¿Por qué? Porque el que se contagiaba se moría y no lo transmitía. Pero una pandemia de este calibre jamás pensé que la íbamos a vivir. La estudiamos en su momento, pero jamás pensé que la íbamos a vivir. 

P. ¿Qué fue lo primero que pensó cuando la llamaron para ser portavoz del Grupo Asesor del Coronavirus en Andalucía?

R. La verdad es que, era un domingo, iba andando por la calle despejándome un poco del trabajo y me quedé muy sorprendida y, a la vez, pues muy honrada. Me llamó el diector general de Salud Pública y me dijo que quería que fuera la portavoz del grupo de expertos y para mí, pues, fue un orgullo. Como especialista en Salud Pública, en Medicina Preventiva, es un orgullo que vean que los profesionales que estamos dedicados a esto podemos tener una voz que hable con propiedad de las cosas que pasan durante una pandemia. Y la verdad es que fue un orgullo y no me lo pensé: acepté. Dije: si siempre protestamos porque queremos cambiar las cosas y nos dan la oportunidad de trabajar con ellos, pues hay que aprovechar la oportunidad de intentar hacer ver cómo funciona la Salud Pública y asesorar. Yo creo que este Gobierno (de la Junta de Andalucía) está bien asesorado. 

Las desigualdades sociales son un gravísimo problema de salud pública

P. ¿Qué pasó para que nadie, antes de marzo de 2020, alertara ni viera lo que después se vino encima?

R. Bueno, ya había algunos casos de coronavirus que decían que venían de China. Y yo creo que la anticipación que tuvimos en Andalucía fue muy buena. Fue muy buena porque nosotros, el 31 de enero (de 2020) ya teníamos el comité de expertos constituido. El consejero (de Salud) nos había reunido el 27 de enero y empezamos a funcionar y a mí se me nombró portavoz ese mismo día. Siempre nos hemos anticipado con mucha rapidez a los acontecimientos. Y de hecho, en esa primera ola de la pandemia, donde el exceso de mortalidad fue altísimo en todas las comunidades autónomas, sobre todo Madrid, Cataluña, etc, nosotros en Andalucía tuvimos unos resultados francamente buenos. Tuvimos de las menores mortalidades de España.

Íbamos trabajando un poco todos con palos de ciego porque era nueva esta situación de contagios de este virus, pero sí que Andalucía tenía buenos resultados. Luego ya, cuando fue la desescalada, que yo también estaba en el grupo de asesoramiento del Ministerio de Sanidad porque así lo decidió nuestro consejero, pues todas las comunidades empezamos a desescalar y en el verano hubo como una especie de luna de miel y, en otoño, ya sabéis que hubo un repunte importante que nos pilló a todos…que pensábamos que esto se había acabado.

Y en Andalucía no dejamos en ningún momento de reunirnos, de trabajar, de buscar todo lo que había frente al virus, de aplicar las medidas no farmacológicas, las distancias, las mascarillas, de fabricar y tener nuestros respiradores… Creo que en ningún momento hemos tenido colapso de los hospitales. En ningún momento hemos vivido situaciones que han vivido otras comunidades autónomas. Por eso, el anticiparse a los hechos ha sido muy bueno.

Luego ya, también, el acúmulo de personas, provocaba contagios. Siempre se hablaba de cerrar la hostelería, establecimientos…y Andalucía ha jugado un poco a mantener el equilibrio, el modelo híbrido que dice el presidente de la Junta. Es decir, sostener la economía con unos cierres parciales, por ejemplo hasta las 17:00 o las 18:00 pero por la mañana tenían la opción de tener desayunos, comidas y luego cerrar. Ese modelo híbrido ha permitido que la economía se mantenga, porque entre los momentos duros también que hemos vivido eran de personas que te decían: Mire usted, yo me arriesgo a contagiarme pero mis hijos tienen que comer. 

Las desigualdades sociales son un gravísimo problema de Salud Pública. Y las personas tienen que mantener su economía por lo menos para dar de comer a su familia mínimamente. Y hemos intentando en todo momento que la salud y la economía vayan de la mano y ha funcionado. De hecho, escuchaba yo en la radio que las comunidades autónomas que han cerrado a cal y canto todos los establecimientos de hostelería y ocio en esta última oleada (la quinta), no tienen mejores resultados que nosotros que hemos mantenido los cierres parciales y hemos dado un poco de oxígeno a las familias. 

P. Esa anticipación que defiende, ¿en qué se ha basado? Y por otro lado, como decía, esa segunda ola tras el verano pasado, igualmente se dio. ¿Realmente fueron efectivas las medidas?

R. Sí, las medidas han sido efectivas en todo momento porque, si no las hubiéramos implantado y no hubiéramos insistido en ellas, hubiera habido muchos más contagios y muchos más fallecimientos. Evidentemente, cuando se acumulan personas sin la distancia social, gente que no cumple las normas adecuadamente, siempre se provocan focos de contagio. Eso es inevitable porque no podemos estar detrás de todo el mundo. Pero ha funcionado. Han funcionado las mascarillas. De hecho, fíjese que no hay casos de gripe este año ingresados, no hay meningitis meningocócica de los niños que se transmiten por gotas y que son muy graves, no hay reagudizaciones graves de paciente con EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), gracias a la mascarilla y a la higiene de manos que es vital, es la primera medida en evitar las infecciones en los medios sanitarios y fuera de los medios sanitarios. Estas son medidas que llevamos defendiendo los expertos en Salud Pública hace muchísimos años. Y por fin se han concienciado de que cosas baratas y cosas que están al alcance de todo el mundo dan verdaderamente resultado, dan un resultado óptimo.

Y, bueno, también afortunadamente se nos ha escuchado a los especialistas en Salud Pública, se nos ha escuchado en todo momento. Tanto en Consejería como en la reunión del Comité de Expertos y, aún a veces habiendo debate y posiciones que no pensaban igual, se nos ha escuchado y se ha tenido en cuenta la evidencia científica siempre en todo momento. Eso ha funcionado.

P. ¿Cree que la pandemia ha puesto sobre la mesa las carencias del sistema de salud?

R. Sí, rotundamente sí. Está claro que en Salud Pública hacían falta más recursos y de hecho en el sistema del Servicio de Vigilancia de la Consejería de Salud se han puesto más personas, aquí -en su servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Reina Sofía de Córdoba- también….Yo tenía cuatro médicos, ahora somos siete. Tengo más enfermeras, tengo más recursos…en la medida de los profesionales que hemos ido encontrando. Porque no nos olvidemos de que partimos de una situación en que muchos profesionales se fueron y ahora es muy difícil captar el talento. Lo que intentamos ahora es que, todos los que se han formado últimamente se queden con nosotros. Yo he tenido la suerte de que los residentes míos se han quedado y mis adjuntos son ahora antiguos residentes, somos un equipo que ha crecido y yo creo que, en la medida que se ha podido, se ha crecido, tanto en Salud Pública como en Atención Primaria, que había un déficit de sanitarios, evidentemente, sobre todo en esas dos áreas. Eran las dos grandes áreas olvidadas y eso se ha puesto de manifiesto. Luego también han hecho falta profesionales en UCI, en Urgencias y en muchísimos servicios. Y se ha intentado contratar, cuando se han encontrado, lógicamente. 

P. Sobre esos profesionales sanitarios y también sociosanitarios de las residencias de ancianos, punto negro en la pandemia, ¿Qué opina sobre la vacunación obligatoria de estos profesionales?

R. Pues mire, cuando hay un grave problema de salud pública, las normas cambian. Digamos que la libertad individual pasa a un segundo plano cuando se trata de libertades colectivas. ¿Vacuna obligatoria? Mi opinión personal es que sí, que el personal que está trabajando con personas vulnerables se debe de vacunar, porque es una responsabilidad individual y colectiva.

Y, de hecho, se puso el foco en las residencias de ancianos desde el primer momento de la pandemia como ustedes saben en Andalucía. Se medicalizaron residencias, lo que permitió que las personas mayores se atendieran por médicos de familia, incluso por internistas de hospital, en las residencias donde estaban para evitar que se vinieran solos a estar en una habitación de un hospital y no se beneficiaran de un ingreso hospitalario. Y eso ha funcionado tan bien que muchos familiares y residentes de centros sociosanitarios nos decían que por qué no se quedaba eso ya de por vida, que si podían tener un médico de familia -además de los médicos que tienen algunas residencias-, y un internista del hospital que fuera su referente. Y en la medida de lo posible lo estamos haciendo cuando es necesario. Porque el residente quiere estar en su entorno. Me refiero a una persona mayor de una residencia. Quiere estar en su entorno, allí se le da formación a los trabajadores, se les ha dado mucha información, se ha hablado con familiares, se han tenido muchos controles, pruebas de diagnóstico continuamente, régimen de visitas estricto y ha funcionado muy bien. Pero claro, las personas mayores tienen una inmunidad más débil y tienen lo que se llama inmunosenescencia, es decir, la vacuna les hace un poco menos de efecto que a otros grupos, igual que ocurre con pacientes especiales trasplantados o con un tratamiento inmudepresor. Y por eso, a día de hoy, tenemos todavía pacientes vacunados que cogen la enfermedad. Pero es muy raro que la cojan grave. 

La pandemia ha puesto sobre la mesa las carencias del sistema de salud

P. ¿Cree que nos hemos acostumbrado a surfear las olas de la pandemia? ¿Cree que habrá una sexta ola?

R. Bufff (resopla) Yo, la verdad es que siempre he dicho, a todos los medios -aprovecho para decir la labor tan importante que hacéis, mi felicitación absoluta-, que no me gusta hacer pronósticos porque la expectativas que no se cumplen son las peores. Pero si me preguntas, a día de hoy, yo ya empiezo a ser optimista. En el sentido de que tenemos mucha población vacunada, hemos vacunado en los últimos días -la entrevista se realizó tras la última reunión del Comité de Expertos andaluz el 18 de agosto-, a 400.000 chavales de entre 12 y 19 años, que eran un grupo vulnerable.

Sin embargo no hemos empezado por ahí como han hecho otras comunidades autónomas, sino que hemos seguido nuestros grupos de edad que marcan la evidencia científica. ¿Por qué? Estuvimos tentados en un momento de que cuando íbamos por los de 40 años, vacunar a los de 20 y dejar a los de 30. Pero no. Hemos seguido como aconsejábamos los expertos de Salud Pública, siguiendo los grupos de edad apropiados. Porque en ese momento veíamos que se ingresaban (en los hospitales) los de 40 años porque no estaban vacunados. Los de 20 se podían contagiar y había que hacer mucha información y mucha educación sanitaria con ellos, pero no podíamos abandonar a los grupos de edad que les tocaba. Y hemos ido, con nuestro ritmo de vacunación por grupos de edad, porque nosotros lo hemos aconsejado así desde Salud Pública. Y ha funcionado, ha funcionado porque esas personas que antes ingresaban en hospitales, aquí los hemos vacunado rápidamente y no han ingresado.Y ahora ya les ha tocado a los jóvenes. La verdad es que la campaña de vacunación en Andalucía ha sido brutal. Tenemos el 100% de las vacunas puestas, ha sido…vamos, el despliegue, no hay más que ver los medios de comunicación de todas las provincias. 

P. Hablemos del Covid persistente. ¿Qué es exactamente?

R. Bueno, son realmente pacientes que han superado la enfermedad y que ellos mismos dicen: El que no nos hayamos muerto no significa que no haya un problema. El Covid persistente es una secuela de mayor o menor gravedad, las secuelas son de mayor gravedad y el persistente es algo más leve, que le quedan a las personas que han pasado el Covid. Cefaleas intensas, cansancio, fatiga crónica que les queda, algunas dificultades de tipo cognitivo, la debilidad muscular…. Todo eso está ahí. Un paciente que está unos meses en la UCI ya no sale igual que entró. Y tiene suerte porque está vivo, porque sigue con una vida relativamente normal…. Pero hay personas que hacían deporte intenso y ya no pueden hacerlo, hay personas que tenían una vida de mucha actividad y ya no pueden tenerla… Ese es el Covid persistente. 

P. Estos pacientes demandan de alguna manera que se considere como enfermedad ese Covid persistente y no sé si la administración puede poner los recursos suficientes para que así sea y se les atienda.

R. Bueno, de hecho hay consultas con personal de centros sanitarios donde se atienden este tipo de pacientes y se está haciendo un esfuerzo importante en dilucidar a ver en qué medida se les puede ayudar y tener en cuenta qué tipo de secuela le ha quedado. En coordinación con su médico de familia que son los que, digamos, siguen a estos pacientes ya a nivel domiciliario y ver qué opciones hay de rehabilitación y de todo tipo de secuelas. Y en eso se está haciendo un esfuerzo, efectivamente, porque no todo es no morirse.

P. Hablaba antes de la campaña de vacunación y de cómo se ha desarrollado. ¿El Covid se convertirá en ‘una gripe’ más?

R.Bueno, pensamos que sí, que cuando en un momento dado toda la población esté vacunada y se vienen desarrollando nuevas vacunas y nuevos grupos de población se sigan vacunando, pues va a quedar entre nosotros un poco como un virus que aprenderemos a convivir con él. Esas son un poco las perspectivas, aunque ya digo que no quiero aventurar nada porque en esto lo peor que se puede hacer son hipótesis que luego no se cumplan. Pero quiero entender que sí.

Y luego también diría que el que el 100% de la vacuna no sea efectiva, no es nuevo. Ninguna vacuna es 100% efectiva. Todos sabemos que hay un porcentaje de sujetos no respondedores, en la vacuna de la hepatitis, de la triple vírica… y no pasa nada porque ahora haya sujetos no respondedores. Lo que hay es que estar el máximo de vacunados para que se beneficien de la inmunidad de grupo y tener muchas precauciones. 

El Covid quedará entre nosotros como un virus con el que aprenderemos a convivir

P. En cuanto a las medidas para frenar los contagios, ¿se ha corrido mucho en quitar la mascarilla al aire libre?

R. Mmmm Yo creo que sí. De hecho, no lo digo yo, lo dice el presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública, que no es de esta comunidad autónoma, es de Valencia. Se han ido de ligeros porque las personas que salen al exterior sin mascarilla -aunque ahora si estás solo en un ambiente exterior lógicamente no hace falta-, luego ya no se la ponen cuando entran en el interior de un local. No todo el mundo, pero hay personas que, gente joven, que va sin mascarilla y dice 'Bah pues ya no me la pongo'. Y eso genera una ausencia de responsabilidad sobre la mascarilla. Es decir, me confío y ya no me la pongo…porque además, si voy a tomar algo, luego ya salgo al exterior…. Y ya empieza uno a funcionar sin mascarilla. Y en un momento dado, se encuentra uno a un compañero, un conocido, saluda, es positivo y ya tenemos el problema. Ya tenemos el contacto, el contagio y ya tenemos un peligro de vuelta a ampliar la cadena de transmisión.

P. ¿Nos cuesta como sociedad mantener esas medidas? Entiendo que también se han dado durante un muy largo periodo de tiempo

R. Sí, la verdad es que la distancia social sobre todo, el hecho de generar circuitos diferenciados para que las personas no se mezclen, no saludarnos, no abrazarnos, no darnos besos entre familiares, entre conocidos…cuando una persona está enferma no poder acompañarla… Eso es duro. Pero son unas medidas que tenemos que acostumbrarnos a que convivan con nosotros. La mascarilla es molesta pero, fíjese que, los niños en los colegios han sido superdisciplinados. No se la han quitado en ningún momento. Desayunaban y se la volvían a poner rápidamente. Han sido un ejemplo para todos nosotros. Compañeros nuestros, amigos que son profesores, nos decían: Fíjate que el hermanito pequeño que tengo en clase no se quita la mascarilla en ningún momento, mantiene la distancia en la fila, cuando llega su hora corriendo se la pone… Y sin embargo a lo mejor un hermano más mayor sale alegremente y se la quita… Pues nos tendremos que acostumbrar. Igual que los niños se han acostumbrado, tenemos que ser lógicos y pensar que si esta medida es buena, sobre todo en invierno y en centros sanitarios, donde se acumulan personas con posibles enfermedades respiratorias, yo creo que ha demostrado su eficacia sobradadamente. De hecho, aquí (en Reina Sofía) cuando aislamos pacientes, la mascarilla es uno de los aspectos del EPI -equipo de protección individual- que se tiene que poner el familiar.

P. Sobre esas medidas restrictivas, uno de los sectores que más beligerante se ha mostrado a veces ha sido la hostelería. ¿Cree que han sido diligentes a la hora de hacer cumplir las medidas en sus locales? Todos tenemos en la retina imágenes de ciertos locales, aglomeraciones, sin mascarilla….

R.Es muy difícil porque, es verdad que los negocios tienen la obligación de mantener las normas con su personal. Entre los camareros, por ejemplo, no tenía nadie en ningún momento la mascarilla quitada. Entonces, el respeto empieza por la responsabilidad individual. Yo si entro en un local a comer, en el momento de comer me la he quitado, pero luego ya no. En algún momento se te puede olvidar. Pero claro, ¿qué ocurre? ¿Es lógico que una persona que trabaja allí te llame la atención y a lo mejor siente mal? Pues es complicado, es complicado porque la responsabilidad individual de cada uno no la puede suplir el dueño del negocio. Tenemos que ser responsables de que, si queremos seguir teniendo una vida relativamente normal, tenemos que contribuir entre todos. No podemos echarle la culpa a quienes han visto mermados su negocios de manera tajante durante la pandemia.

P. Hablemos ahora de los rastreadores y su papel fundamental para frenar la propagación del virus. En uno de los últimos informes de Sanidad (23 julio) señalaba que la provincia tiene una de las tasas más bajas de trazabilidad de los nuevos positivos. ¿Qué ha pasado? ¿Faltan rastreadores?

R.Bueno yo creo que no es precisamente Córdoba de las provincias que tienen menos rastreadores. Pero es verdad que harían falta más, obviamente. Harían falta equipos completos en Atención Primaria, en Atención Hospitalaria. Nosotros ya estáis comprobando que estamos rastreando en el hospital (Reina Sofía) todo el día, pero todo el mundo no tiene los recursos suficientes, las personas tienen que tener sus vacaciones, tienen que descansar, y es complicado.

Pero creo que, para el número de recursos disponibles, hemos gestionado muy bien el tema de los rasteadores. Porque hemos montado unidades específicas, dependientes por ejemplo de unidades como la nuestra o de los distritos sanitarios donde se ha llamado a los pacientes, se les ha seguido…. ¿Que harían falta más? Pues sí, vendrían muy bien, evidentemente, que hubiera más rastreadores tanto en Atención Primaria como en Atención Hospitalaria, sería magnífico. Porque en todo momento las personas se sentirían controladas en el buen sentido de la palabra, pero además apoyadas, si necesitan algo en su domicilio, qué pasa en el hospital, qué contactos tiene…. Siempre vienen bien. Pero evidentemente en verano, si hacemos un estudio de todo, pues las personas que están de vacaciones tienen que descansar, lo hemos suplido como se ha podido realmente y no creo que se queden personas a su albur, sin un estudio de contactos porque, ya digo, nosotros hasta sábado y domingo tenemos personas trabajando aquí en el hospital haciendo estudios de contactos y apoyando a la Atención Primaria.

La campaña de vacunación en Andalucía ha sido brutal

P. ¿No es posible incorporar a más rastreadores, a ese personal que dice que vendría bien? Porque sí hemos conocido casos, más o menos puntuales, de familias que tenían un positivo y habían estado una semana o más esperando que se les llamara.

R. Bueno, casos puntuales siempre hay, eso es verdad. Y puede ser que haya habido personas que por las razones que sea no se les ha localizado, no se les ha podido llamar, no lo sé…. Hay que tener en cuenta también -no quiero decir con esto que esa sea la causa-, que hay muchas personas que no tienen los teléfonos actualizados, ha sido dificultoso…Pero es verdad que puede ocurrir, no niego que pueda ocurrir que algún caso no se pueda atender…. Pero yo no creo que se haya quedado ningún caso positivo ni ningún contacto de esos casos sin tener un mínimo de información. De eso estoy convencida porque los médicos de familia, las enfermeras de Atención Primaria y los rastreadores de Atención Primaria han hecho también un gran esfuerzo.

P. Hablaba antes de la responsabilidad de los más pequeños, de los niños. ¿Cómo vislumbra la próxima vuelta al cole? ¿En qué situación?

R. Pues, francamente, bien. Yo tengo familiares profesores, maestros y maestras, y pedagogos que trabajan en colegios, creen que una vez superado el curso pasado, este evidentemente pretendemos, creemos, que va a ser exactamente igual o mejor. Los niños están concienciados, son muy disciplinados y, desde luego, muchos deberíamos aprender de ellos. Yo creo que va a ir bien. Con muchos niños y familias ya vacunadas, con ese valor añadido de tener grupos familiares enteros vacunados…. No hay que relajar las medidas porque el virus sigue entre nosotros y siempre está el abuelito que tiene menos defensas, o se va a visitar a otro familiar vulnerable… Pero creo que, superado el curso académico pasado, este va a ser mejor aún.

P. ¿Sin relajar las medidas?

R. Por supuesto. La higiene de manos, de las superficies, la ventilación…eso tiene que seguir. Y de hecho en los centros sanitarios ha sido vital. Circuitos de quirófanos, circuitos de pacientes positivos o negativos, en Urgencias, en la UCI… Eso ha sido fundamental.

P. Sobre la decisión del Tribunal Supremo de no poder exigir en Andalucía el certificado Covid para entrar en interiores de locales de ocio nocturno, ¿Qué opinión tiene al respecto? ¿Sería deseable que se exigiera el certificado de vacunación o una prueba negativa?

R. Sí, la verdad es que nosotros propusimos esa medida, que se aceptó en el comité de expertos, y había que llevarla como sabemos al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que tenía que dar el visto bueno. Los temas legales se me escapan porque en eso está el gabinete jurídico que son los que dan el visto bueno o no a determinadas medidas, pero yo a nivel personal creo que hubiera sido bueno llevar algún tipo de control: una prueba diagnóstica en las 72 o 24 horas previas, un carné que diga que estás vacunado, que has pasado la enfermedad…sería bueno, para tener ciertas garantías. Pero luego, yo creo que lo más importante es mantener unos aforos adecuados, mantener una higiene adecuada, una ventilación… Y yo creo que es más importante mantener esas medidas porque ya prácticamente todo el mundo está vacunado.

Muchos profesionales sanitarios se fueron y ahora es muy difícil captar el talento

P. Se ha pensado en esa trazabilidad que pueden tener los locales, restaurantes, etc Todos reservamos una mesa con nuestro nombre y teléfono y conservar esos datos a lo mejor es necesario para hacer ese seguimiento.

R.Yo he comprobado personalmente, cuando he ido a algún sitio a comer en familia, siempre separadas las mesas y demás, que nos han pedido el teléfono de contacto de todos. Seguramente, me parece muy positivo, tienen que tener una relación de todo el personal que ha estado aquí, para poder declararlo a Salud Pública y poder hacer estudios de contactos. O sea que yo creo que los establecimientos se han concienciado porque si se van haciendo las cosas bien van a tener mucha más posibilidad de que no haya cierres, que se permitan aforos y ellos seguir con su economía.

P. En ese punto de la pandemia, ¿dónde están centrados los esfuerzos del sistema sanitario andaluz?

R. Bueno, pues en todos los frentes que tenemos abiertos. En primer lugar, la vacunación, completarla a tope, con todas las vacunas que nos vayan llegando, con puntos ya sin cita previa, con los grupos de jóvenes que ya todos los grupos están más o menos cubiertos. Por supuesto, vacunar.

Además de vacunar, concienciar y saber que hay medidas que van a permanecer con nosotros, que la población no se relaje. Valorar qué ocurre con las personas mayores en las residencias, eso es muy importante. También estamos en los centros sanitarios controlando muy bien la presión asistencial, los circuitos, las urgencias… ya estamos adelantándonos. En Andalucía ya hablamos de anticiparnos a los planes posibles de alta frecuentación y mantener las medidas que cuando llegue el otoño y el invierno van a tener que seguir en nuestros centros sanitarios, también la próxima vacunación de gripe, etc etc

Cuidar mucho también a nuestros profesionales sanitarios, es muy importante, cuidarlos con todos vacunados, con medidas dentro de los centros, que no estén los que puedan volver a contagiarse con pacientes vulnerables... Todas estas cuestiones, que nos basamos en protocolos del Ministerio también, y sobre todo, pues eso, vacunar, medidas de control, planes próximos de alta frecuentación, planes de contingencia que tenemos en vigor para que los centros sanitarios funcionen perfectamente… Han bajado los enfermos de hospitalización, han bajado los enfermos en UCI de toda Andalucía. Y eso la verdad es que es una muy buena noticia. Y sobre todo seguir incrementando los profesionales que hagan falta en Atención Primaria y en la Atención Hospitalaria.

P. ¿Se ha aceptado un nivel de casos, un nivel de hospitalizaciones, cierto nivel, para poder continuar?

R.Nosotros no aceptamos ningún nivel de ingresos ni de graves porque lo que pretendemos es, como decíamos desde el primer momento, que el ciudadano no se contagie, que el que se contagie no enferme, que el que enferme sea leve y se quede en casa aislado o con su médico de Atención Primaria y su centro de salud, que no ingrese, que no ingrese en la UCI y que no fallezca. Por lo tanto, para nosotros, nuestro nivel óptimo de ocupación hospitalaria es el menor posible. Pero porque queremos tener los centros sanitarios para lo que se necesite. Lo que queremos es que las personas estén sin contagiarse ni ingresar, y que estén en sus casas, que es donde realmente el ciudadano quiere estar, no enfermo.

P. Con vista a estos meses de aquí a final de año, ¿la tercera dosis de la vacuna va a ser una realidad?

R.Está encima de la mesa esa posibilidad, no nos compete a nosotros como comunidad porque eso es una decisión de calado. Se plantea en personas vulnerables, en personas mayores...y ahí está un poco el debate a nivel ministerial. Conforme se vayan tomando las decisiones, nosotros como comité iremos dando también nuestra opinión.

Es verdad que harían falta más rastreadores

P. ¿Cuándo se prevé que se pueda decidir?

R. No depende de nosotros. En Andalucía estamos también a lo que se diga desde el Ministerio. En el Consejo Interterritorial de Salud, que es el órgano máximo donde se reúnen todos los consejeros y consejeras de Salud de todas las comunidades autónomas con la ministra de Sanidad. Y luego en la Ponencia de Vacunas, que desde la dirección general de Salud Pública, también se tomará esa decisión ahí. 

P. Con vista a los próximos meses, ¿con qué situación se daría por satisfecha?

R. Yo me daré por satisfecha con que toda la población este vacunada. Que los que no estén vacunados por desconocimiento se vacunen, entiendan que si no existiese la vacuna de la polio hubiera habido muchos más muertos y personas en sillas de ruedas, y afortunadamente tenemos que gracias a la vacuna no han enfermado de la polio, por poner un ejemplo, o de la hepatitis, o de la varicela…. Que todos somos muy afines a vacunar a nuestros niños y sin embargo luego desconfiamos de una vacuna que está salvando las vidas. Entonces, yo a esas personas les diría que se lo piensen y se vacunen.

Y luego, mucha educación sanitaria, entender que la salud pública no es el tratamiento individual sino que afecta a muchas personas y al afectar a muchas personas, muchas pueden enfermar y morir. Y que las medias más baratas y más sencillas, son muy eficaces. Y que todos nos conciencemos en que hay que cumplirlas.

P. No sé si en algún momento creyó que podía ser verdad aquello que se decía de que de esta saldríamos mejores...

R.Yo nunca estuve de acuerdo con esa frase. Nunca. Porque cuando estudiábamos las pandemias, en su momento, sabíamos que el coste era muy elevado, en vidas, en soledad, en problemas de todo tipo, físicos, psíquicos, en profesionales sanitarios y no sanitarios, en pacientes, en economía… Yo nunca he pensado que fuéramos a salir mejores, francamente.

Yo nunca he pensado que fuéramos a salir mejores, francamente

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