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¿Un ‘Wedding’ qué? La boda del año

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Rafael Ávalos

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“Blanca y radiante va la novia”. Que no. No es un matrimonio varias veces clonado, ni unas cuantas parejas de prometidos -o una también varias veces repetida-. Tampoco es un joyero de Cañero. Pero Love is in the Air. “Oh, oh, oh”. O no. Lo cierto es que sí, que el amor salta a primer cuplé y todo termina en una ceremonia pomposa. En la, sin lugar a dudas, boda del año. Pero el protagonismo esta vez no es de los que se casan sino de quienes les organizan el cotarro nupcial. Son los típicos güedin plané de hoy en día. Porque nada mejor a la hora de pasar por la vicaría que contar con un señor, una señorita o un tipo sensible para que lo prepare todo. El mal rato que pase ese individuo -o individua- poco importa. Y mira que sufre… Al final, lo importante es que todo sale fenomenal y tanto la ceremonia como la posterior fiesta es un auténtico éxito. Todo es una barra libre de felicidad. Más aún cuando es la primera celebración que organizan, por mucho que digan ellos, los guerdín plan de Córdoba. Si es en Cádiz, pues ya qué más contar. Vaya, que lo de la Chirigota de San Lorenzo con el Falla es un romance tan rápido como bonito. Y al que piense lo contrario, “ni caso, ni caso, ni caso”.

El ritmo del 3x4 tuvo sello cordobés este viernes en la sexta sesión de preliminares del Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval (COAC) gaditano. Fue gracias a una formación que se estrenaba en el Templo de los Ladrillos Coloraos. Ahí es nada. Los nervios desaparecieron y la Chirigota de San Lorenzo completó un debut brillante allí donde las coplas mandan. Lo hizo con ‘Los que vienen como anillo al dedo’. Y con un tipo que no sólo lo fue en el atuendo sino, como suele suceder con este grupo, en la interpretación. También en el repertorio, muy aplaudido. Los miembros del conjunto aparecieron sobre el escenario con chaqueta rosa chillón, como la pajarita, chaleco naranja extraño, pantalones azul celeste floridos y unas gafas de tonalidad en casos indeterminada. Un poema de vestimenta. Una especie de hipster vestido por Agatha Ruiz de la Prada en una noche poco inspirada. Detrás, los güendir planet tenían el montaje de una boda en espacio al aire libre con una iglesia al fondo, presidiendo la escena. ¿Cuál iba a ser si no? Pues la de San Lorenzo, con su rosetón y todo. Un puntazo.

Cuando arrancó la música, muy buena durante todo el pase -como el conjunto de voces, y ver a una chirigota armonizada es difícil-, el público confirmó su conjetura. “Sí, yo soy un Wedding Planner”. ¿Wedding qué? Un planificador de bodas, cajones. Un hombre con ciertas maneras que disfruta de su trabajo. Más bien no. Busca a la novia, “que es mu perrona”, atiende las mil llamadas del fotógrafo con un GPS perdido y al “de las flores por otro lao”. Un follón de tres pares. Pero nada puede con el guerdí planes, que es un tío preparado. “Yo tengo mucho prestigio y mu poquita vergüenza, porque celebré la boda de Leo Messi en una hacienda […] yo junto lo que sea, porque se me da mu bien, menos juntar los dos ojos a Leticia Sabater”. Tras la presentación, que permitió a la Chirigota de San Lorenzo empezar a ganarse al público, salieron a escena los novios. Pobres ellos… Y vinieron los pasodobles. El primero fue un enlace genialmente organizado.

La agrupación cordobesa no perdió de vista nunca su tipo y éste tuvo presencia en las letras. Lo demostró en ese primer pasodoble, en el que cantó a Cádiz en conjunción con Córdoba. “Pa tu plaza de las flores traigo patios y macetitas, y el altar en la caleta (bis), lo he hecho con arcos de la Mezquita […] pa la Virgen de la Palma le traigo de mi barrio San Lorenzo cuatro campanas (bis)”. Cantó la chirigota, que cerró como debía ser: “He mezclao la Tacita con mi Córdoba, mi mare, y así es como me presento, Caí, por Carnavales”. En el segundo de la tanda, el grupo habló del idilio azul y rojo, rojo y azul, del bipartidismo que lucha por sobrevivir en este país. Una boda por todo lo alto. “No sé pa qué se esconden, si es un secreto a voces, que entre PP y PSOE brotan amores”. Para qué organizar nada si ellos ya lo tienen todo bien dispuesto. “Las mesas repartidas y asignadas”, un buen menú, nada de Juzgado y además “en Valencia van a regalarles hasta los trajes”. “Y Andalucía les servirá como cortijo para celebrar el convite que Susana regaló como madrina”. Dicho queda, con “cada sobre regalado” y “la luna de miel en Panamá”. El Falla respondió, en ambas coplas, con un aplauso bien ganado.

Tras la copa de bienvenida llegó el momento de sentarse a la mesa con los cuplés. El primero nació del twerking -otro palabro chungo-. “Ahora te lo explico, verás que el baile es muy sencillo, flexionamos bien las rodillas mientras apoyamos así las manos y sacamos el culo pa fuera, y poquito a poco lo meneamos, en el fondo pensarán, vaya forma tonta de hacer el capullo… pues así es como todo el mundo caga en un váter que no es el suyo”. Esa escena, ay esa escena, tan cómica como certera -en relación al mensaje-. En el segundo, la Chirigota de San Lorenzo narró la supuesta tortura burocrática sufrida para inscribirse en el Falla. Que sí más tinta, que sí firma en el banco, fotocopia del DNI de tal y de Pascual, aval, estatutos de la asociación… y hasta el libro de familia. Le faltó, que nadie lo diga, la partida de nacimiento de cada componente. ¿Y todo eso para qué? “No sé pa qué tanto lío si voy a cantar aquí na más que un día”. O no…

Credenciales presentó el grupo para colarse en cuartos. En su primer año en el Falla. Entre cuplé y cuplé, un estribillo que fue coreado en su segunda interpretación. “Si me vienen dos hombres para casarse, los caso, si me vienen dos mujeres pa arrejuntarse, las caso, y si viene el del banco con los recibos del alquiler, la luz y el agua… ni caso, ni caso, ni caso”. El estreno era hasta entonces un romance perfecto. Y así terminó con un popurrí en el que los… los planificadores de bodas relataron la dificultad de organizar una celebración nupcial. Buen final de repertorio que tuvo su punto álgido en la cuarteta de la lucha entre Carnaval y Rocío a la hora de cantar en la fiesta posterior al sellado del matrimonio. Ésta es imperdible. Llanto alegre o reír hasta llorar. Muchos quizá no sabrían decir eso de guindí plana, pero todos se lo pasaron bien en el Falla. Éste fue, a buen seguro, el debut soñado de la Chirigota de San Lorenzo. O ‘Los que vienen como anillo al dedo’. O, mucho mejor, los carnavaleros que vivieron la boda del año en Cádiz.

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