El calor aprieta: marzo se despide con máximas por encima de los 30 grados
Hasta los 26.6 °C llegó el termómetro durante la tarde del sábado 27 de marzo en Córdoba capital, hasta los 28 grados en Montoro la del Domingo de Ramos. Las temperaturas, el neblinoso sol que acompañaba, y el estallido total de la primavera en la ciudad al comienzo de Semana Santa, provocó que los cordobeses saliesen en masa a llenar calles, terrazas e iglesias. En una o dos semanas las estadísticas pandémicas dirán si el buen tiempo general vivido en toda la provincia desde el pasado viernes, tendrá o no efecto en la aún mermada situación hospitalaria cordobesa. Lo que sí podemos asegurar es que este buen tiempo primaveral va a continuar hasta el próximo Jueves Santo. Para entonces la dinámica atmosférica peninsular vivirá un cambio de rumbo que además de posibles precipitaciones de cara al fin de semana, traerá un moderado descenso de las temperaturas que nos situarán en valores algo más contenidos.
El registro de Montoro se situaba además como máxima anual en la provincia, un “hito” meteorológico con las horas contadas. A mediados de semana, las temperaturas a lo largo del valle del Guadalquivir se situarán por primera vez en todo el 2021 por encima de la barrera de los 30 grados. Hasta los 33 grados se podrá ir el termómetro en algunos puntos de las provincias de Jaén y Sevilla. También en Córdoba, donde puntos como la capital y otras localidades de la vega podrán alcanzar los 32 grados en la última tarde del mes. Fue precisamente un 31 de marzo, pero de 2015, cuando el aeropuerto registraba la máxima histórica para dicho mes, situándose en 33 grados. Será difícil que pueda batirse, pero en Córdoba en episodios cálidos nunca se sabe qué puede llegar a pasar.
La responsable de este incremento de las temperaturas será una vez más una nueva borrasca que llegará hasta el norte de Canarias durante la jornada del miércoles, la cual reforzará el flujo cálido del sur sobre la vertical andaluza. La masa de aire en altura será más propia de mediados o finales de mayo que de marzo, lo que da idea del potencial cálido del episodio. La única incógnita reside en cualquier caso en el polvo en suspensión, que ya presente desde comienzos del fin de semana, aumentará su concentración durante los próximos días, lo que contendría el calentamiento diurno y podría dejar registros por debajo de lo esperado.
La aproximación de la borrasca derivará además en cierta inestabilización de la atmósfera andaluza, que en especial en su mitad occidental podrá asistir a la formación de nubosidad de evolución diurna, con la presencia de chubascos dispersos aunque de poca entidad. La nubosidad en cualquier caso será escasa hasta la mañana del jueves, cuando la cercanía de la baja empezará a enturbiar los cielos cordobeses y podría dejar precipitaciones de carácter tormentoso a últimas horas de la jornada. Será desde entonces cuando el golpe de timón meteorológico empiece a notarse además por el descenso de las temperaturas máximas, pudiendo llegar a caer más de cinco grados en 24 horas. Desde entonces la inestabilidad tomaría el relevo a una Semana Santa que en circunstancias normales se ajustaría milimétricamente al guion meteorológico de cualquier otro año.
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