Un viernes de Cuaresma de tradición y futuro en Córdoba

Olvidadas las inclemencias meteorológicas, las hermandades retoman el pulso a la calle en esta Cuaresma. Y también otros colectivos que sueñan con serlo el día de mañana. Las dos realidades confluyeron este viernes en Córdoba. Mientras en el casco histórico quedaba fielmente representada la tradición, en un barrio más allá de la antigua muralla se escenificó el futuro. Fue con la celebración de sendas salidas en Vía Crucis, que no fueron, además, las únicas de la noche.

Sobre las 20:45 se abrieron las puertas de la parroquia de San Andrés. Las mismas que no se entornaron el Miércoles de Ceniza con motivo de la lluvia, cuando Nuestro Padre Jesús de las Penas debía recorrer su feligresía y alcanzar San Agustín. Esta vez el cielo no ofrecía la más mínima duda y sí hubo rezo de las Estaciones presidido por Nuestro Padre Jesús del Buen Suceso. La imagen no sólo anduvo por el entorno de su templo, sino que se aproximó al que custodia el conjunto de Nuestra Señora de las Angustias.

Apenas un cuarto de hora después el ejercicio de la Vía Sacra arrancó al otro lado del Marrubial. En Levante surgió el sueño de una cofradía hace casi un año. San Juan de Ávila es la iglesia en la que se sitúa el Grupo Parroquial Fervor y Plegarias. Y fue este viernes, cuarto de Cuaresma, el elegido para transitar por las calles del barrio con el Crucificado cuya advocación le da título. La talla mostró una corona de espinas realizada por Santiago Márquez unos meses atrás.

Lo cierto es que de ese vínculo entre tradición y futuro en el plano cofrade de la ciudad hubo otro ejemplo en esta ocasión. Próxima a San Juan de Ávila se ubica la franciscana parroquia de Santa María de Guadalupe. De ella partieron los hermanos de la Soledad a las 20:30. Fue con motivo de otro Vía Crucis, que celebró la corporación del Viernes Santo con el Crucificado de la que es su sede canónica. De esta forma, fue una víspera de cuarto fin de semana de Cuaresma realmente intensa en la capital.