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San Sebastián de los Ballesteros, el pueblo de ‘los alemanes’ de Córdoba

Panorámica aérea de San Sebastián de los Ballesteros

Carmen Reina

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En la zona sur de la Campiña cordobesa, una pequeña localidad atesora la esencia de la historia de la colonización de estas tierras y se erige como el pueblo de ‘los alemanes’ de Córdoba. San Sebastián de los Ballesteros, un municipio con poco más de 800 habitantes, fue fundado a finales del siglo XVIII durante el proyecto de repoblación colonizador que llevó a cabo Carlos III en Andalucía. Gran parte de esa nueva población llegó de la mano de personas procedentes del centro de Europa y, aquí, se establecieron alemanes de los que ahora viven sus descendientes.

Esa herencia germana se conserva hoy en día en multitud de apellidos que han ido pasando de generación y generación, como una particularidad de quienes viven en San Sebastián de los Ballesteros y descienden de aquellos primeros colonos. Hasta 24 sonoros apellidos tienen un lugar especial en la entrada del Ayuntamiento, evocando el nacimiento de la población y haciendo que, aún ahora, a sus vecinos se les conozca coloquialmente como ‘los alemanes’ de Córdoba.

Pero de su fundación y raíces, San Sebastián de los Ballesteros también da muestras en sus edificios y urbanismo. “Testimonio y gratitud de todos los vecinos al ilustrado rey Carlos III, fundador de nuestro pueblo. Año 1768”. Con esta inscripción en una estatua del monarca, el municipio le recuerda en la Plaza del Fuero, en el centro de la población.

Además, el Molino del Rey y la Tahona son dos de los edificios más antiguos, donde antes de la colonización había una hacienda jesuita y a partir de la cual se levantaron casas y barrios para establecerse después esos colonos que llegaron hasta la zona. La Tahona, primero como bodega de los jesuitas y luego, como horno de pan a primeros del siglo XIX, es ahora el Salón de Plenos que utiliza el Ayuntamiento.

El Molino del Rey servía en los primeros tiempos para hacer aceite y más tarde pasó a manos de la Corona. Se conservan actualmente unas quince tinajas originales donde se guardaba el aceite y en la actualidad se utiliza como sala de actos culturales y Museo Etnográfico de la localidad.

Paseando por San Sebastián de los Ballesteros, la calle La Colonia, sigue recordando las raíces del pueblo. Y entre sus lugares de interés también destaca la Fuente de San Rafael, de 1913, utilizada originariamente como abrevadero para los animales a su paso y para surtir al pueblo de agua.

Cerca, la Ruta de los Alemanes devuelve el origen del municipio a la memoria de quienes lo habitan y quienes lo visitan: un itinerario de 7,6 kilómetros para realizar caminando, a caballo o en bicicleta, que recorre puntos como el pozo y la fuente, la ermita o el mirador, para unir historia, senderismo y naturaleza. Y para rememorar siempre el pasado alemán de este pueblo cordobés.

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