A vueltas con el calendario de la LNFS
“Los clubes no lo entendemos”. Con una afirmación basta e incluso sobra. Suficiente es al menos para entender el malestar de quienes han de afrontar la temporada según lo dispuesto sin atender a peticiones. Tal aseveración cuenta con firma de José García Román, presidente del Córdoba Patrimonio de la Humanidad. El conjunto blanquiverde es uno de los afectados, según la perspectiva de las entidades, por la confección del calendario del próximo curso en Primera y Segunda por parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Una medida la del organismo presidido por Luis Rubiales que no sienta nada bien, todo lo contrario quizá, a los clubes pertenecientes a la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS). Estos, a través de la asociación, procuran un cambio en la decisión y lo hacen a través del Consejo Superior de Deportes (CSD).
De entrada, la RFEF planificó las fechas de la campaña 2020-21 para que los clubes las estudiaran e hicieran sus propuestas. Sin embargo, las ideas de las entidades no cupieron en la resolución de la Federación, que es desde hace un tiempo la encargada de organizar las primeras divisiones de la disciplina. Así, optó por aprobar de manera unilateral un calendario en el que, entre otras cuestiones, se va a arrancar la campaña el 5 de septiembre y existen más de dos, de tres y de cuatro jornadas entre semana. Ante tal postura, la LNFS mantuvo desde el primer momento una posición de rechazo con intención de que se favoreciera, en cierto modo, los intereses de todos los equipos tras la pandemia de Covid-19 -su primer brote en España-.
Sobre el polémico calendario, José García Román lamentó el martes por el hecho de que “han valido más los criterios de la selección”. “Es un calendario que nos perjudica seriamente”, añadió el presidente del Córdoba Patrimonio de la Humanidad. Acerca de la situación, el mandatario blanquiverde recordó la problemática generada por la crisis sanitaria de Covid-19. Básicamente porque los equipos se ven obligados a acelerar su puesta en forma, no va a haber gran presencia de aficionados en las gradas y, por si fuera poco, las fechas se comprimen. Todo con 18 escuadras en liza en Primera. “Los clubes no lo entendemos. Somos mayoría. Pero es tontería luchar contra una piedra”, aseveró el dirigente califal, que por otro lado consideró que “es mejor tener 16 equipos para que haya más competitividad”.
Precisamente en relación con este asunto, la LNFS informó el pasado lunes de que, con la adhesión de sus clubes asociados, remitió a la presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), Irene Lozano, un escrito. En el mismo las entidades expresaron su desacuerdo con el calendario de Primera y Segunda, “donde el organismo federativo no ha atendido a ninguna de las propuestas que le han remitido” los conjuntos. En su comunicado, el ente lamentó que la Federación aprobó las fechas del curso 2020-21 “ignorando las alegaciones aportadas por la mayoría de los clubes participantes en las competiciones de Primera y Segunda”.
“La LNFS sigue defendiendo los intereses de sus clubes y, a través de dicho escrito, ha solicitado conjuntamente amparo al CSD y su intervención para evitar que los derechos de los clubes resulten dañados”, precisó el órgano que reúne a las distintas entidades de Primera y Segunda. Lo hizo “no sólo por una cuestión económica sino por la propia salud de los jugadores, acuciada por la pandemia de Covid-19 y sus actuales rebrotes en todo el territorio español”. Así, apuntó que los conjuntos “han solicitado retrasar el inicio de la competición al 26 de septiembre para favorecer la vuelta a la actividad competitiva de manera progresiva, a través de un período preparatorio adecuado tras el parón de las competiciones y el confinamiento”, así como para “tratar de evitar el riesgo de lesiones”.
Por otro lado, la LNFS consideró que “tampoco se ha valorado el aspecto social y económico, ya que comenzar la liga regular el 5 de septiembre como ha aprobado la RFEF supone, según la normativa vigente a día de hoy, hacerlo con un aforo limitado”. Este hecho, incidió, “afecta a la viabilidad económica de los clubes, que verían mermados sus ingresos en una media de un 30% en concepto de abonos y taquillajes” y “además los socios y aficionados se verían perjudicados al no poder disfrutar de la temporada íntegra”.
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