Reyes y Álvaro Aguado: el maestro, el alumno aventajado y las ilusiones compartidas
Sonríen. El momento es propicio para que lo hagan. Y lo cierto es que su semblante alegre no lo pierden nunca, más allá de los instantes de varapalo. Uno es, como suele decirse, la voz de la experiencia. El otro, la cara de la juventud prometedora. Toda una trayectoria del primero les separa, la pasión por el fútbol les une. Son polos opuestos en lo que a historial se refiere, se llaman José Antonio Reyes y Álvaro Aguado y tienen mucho en común. Son el maestro y el alumno aventajado, en una relación estrecha, del vestuario del Córdoba. Un equipo cuya supervivencia en Segunda A defienden uno junto al otro de manera casi casual. El club de la segunda y la primera oportunidad, el mismo al que desean mantener en la categoría de plata y al que dejan una puerta abierta al futuro para su continuidad. Tal para cual, cada uno con su rol y con ilusiones compartidas. Las mismas que tienen miles de aficionados.
El veterano y el joven son los protagonistas de este jueves en el Córdoba. Los dos han pasado, de forma conjunta, por la sala de prensa de El Arcángel antes del importante duelo del cuadro califal del próximo sábado. El Sporting visita El Arcángel en la última jornada y la permanencia está en juego, pero la necesidad apretante no asfixia. Quizá por este motivo Reyes mantuviera en todo momento su sonrisa. “Feliz siempre estoy, pero es verdad que el equipo ha hecho o está haciendo algo que es muy difícil. Está en una situación que hubiéramos firmado hace un mes o dos, y lo tenemos ahí. Nos quedan 90 minutos de sufrimiento y tenemos la gloria ahí. Después de todo lo que hemos luchado y trabajado, verlo tan cerquita es para estar feliz”, expresó en relación a su exultante buen estado anímico. Eso sí, es imprescindible mantener la cabeza serena cuando el balón ruede. “Estos partidos son complicados. Creo que tenemos que salir tranquilos, intentar jugar y llevar un marcador favorable”, dijo del encuentro ante la escuadra gijonesa.
“El 0-0, sabiendo que otros equipos también se la juegan, es importante, pero tenemos que salir con la mentalidad de ganar, sabiendo que ganando da igual lo que hagan los demás. Es la mentalidad que tenemos que tener todos, no queda otra”, continuó. La victoria es el único objetivo para el utrerano, que quiere “darle una alegría a la afición, que todo el año ha sufrido bastante y se lo merece”. Toca por tanto, “salir a matar, a ganar sea como sea, a ir a cada balón como si fuera el último”. Lo de menos en toda esta historia, por cierto, es si el rival le cose a faltas. “Si me dan patadas, a lo mejor tienen más posibilidades de llevarse tarjetas. Lo más importante es que al final ganemos”, El ex de un Sevilla histórico, el Real Madrid o el Atlético sí que aseveró que aguardaba llegar a la última jornada con los deberes hechos. “Esperaba salvarme antes, no me gusta sufrir tanto. Pero al final creo que es más bonito. Después de todo lo que hemos sufrido, va a ser una noche bonita, y esperemos que acabemos bien y felices todos”, confesó Reyes.
Por otro lado, al sevillano se le cuestionó, como no podía ser de otra forma dadas las circunstancias, por su posible continuidad en el Córdoba si éste logra la permanencia. Dejó la puerta bien abierta a su futuro como blanquiverde. “Estoy feliz, cómodo, cerca de casa. Nunca se sabe qué puede pasar, pero me gustaría seguir”, señaló para el regocijo asegurado de una hinchada a la que alabó. Porque la afición ha sido, es y va a ser parte fundamental de lo que pueda conseguir el cuadro califal: todo un milagro. “Vengo de jugar en muchos sitios, en muchos clubes grandes, muchas finales, pero los estadios no se llenan y no se animan como El Arcángel”, afirmó. Una idea en la que estuvo de acuerdo, aunque con otras palabras, su pupilo amén de compañero. Álvaro Aguado es el aprendiz, el alumno aventajado, el niño para los integrantes del vestuario y para el técnico, José Ramón Sandoval. Un futbolista cargado de fútbol que quiere crecer. “Hay que cuidarlo, porque es un niño que todos sabemos que tiene muchas cosas, mucho talento. Pero hay que ir pasito a pasito, porque el día de mañana va a ser un jugador importante”, aseguró el maestro sobre él.
Primero estuvo su salto al primer equipo desde el filial, después la llegada de hombres como el propio Reyes. En el sevillano tiene a uno de sus referentes, uno de sus guías. Y un compañero con el que compartir sonrisas y con el que hacer más llevaderos los malos ratos. “Es todo positivo. Desde que llegó él y unos cuantos más me supieron acoger desde el primer momento. Yo intento quedarme con todo lo que me enseña, ser una esponja y aprender, porque la trayectoria de él o de Aythami, por ejemplo, lo demuestra todo”, comentó Álvaro Aguado sobre su vinculación con el utrerano y otros veteranos del conjunto blanquiverde. Aunque, fue desmentido ligeramente. “Lo de la esponja se lo ha inventado, porque le digo mil cosas y no me hace caso nunca”, dijo Reyes a modo de broma y entre la carcajada generalizada. El ambiente es bueno, inmejorable, para la final que se avecina.
Acerca del desafío último que tiene el Córdoba, el jiennense apostó por ir a ganar e intentar no atender demasiado a los demás campos. Sin embargo, esto resulta muy difícil. “Esta última semana (Reus) me ha tocado vivirlo en el banquillo y te intentas abstraer de lo ajeno, pero aun así te pones muy nervioso porque miras lo que pasa en otros partidos, es lógico”, admitió el centrocampista. Lo importante, que el equipo de Sandoval va en línea correcta. “Nosotros vamos para arriba y estamos acostumbrados a vivir esta situación todo el año. Equipos como el Albacete, el Nàstic o el Alcorcón, que han estado fuera a menudo, se les puede complicar más”, señaló para trasladar la presión a los rivales. El joven jugador alabó además a la afición y consideró que El Arcángel “es un campo increíble, que aprieta desde el primer minuto”. “A pesar de la situación que tenemos, hemos llenado todos los partidos”, añadió. Un hecho que puede ayudar a su continuidad, para la que también abre la puerta. “La oportunidad me la ha dado este club y yo estoy intentando devolvérselo en el campo. Dios dirá cuando el sábado, si puede ser, nos salvemos. Ojalá podamos seguir”, indicó quien considera “un privilegio estar con jugadores de la talla de Reyes, Aythami, Alfaro o Guardiola”. “Me enorgullece”, concluyó.
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