De plata para crecer: el desafío del CBM
El período de descanso termina. Aunque realmente acaba en lo que respecta al plano competitivo, toda vez que este fin de semana retoma su particular guerra de plata. Por delante, una vuelta de campeonato completa que afronta con una firme aspiración. No es otra que la continuidad en la División de Honor Plata, un desafío que asume con una doble vertiente. El Cajasur Córdoba de Balonmano quiere seguir en la segunda categoría nacional, como es lógico, un objetivo que al mismo tiempo resulta importante a medio y largo plazo. La razón, que sea más complicada la salida de algunas de sus jóvenes promesas o de jugadores que son producto de su inagotable factoría y actúan con el primer equipo. En definitiva, el cuadro granate encara el segundo tramo liguero como un gran reto, para el que está preparado. El punto de partida es bueno pero no queda otra que mantener el pulso y mejorar las prestaciones para evitar apuros o un disgusto final.
Las vacaciones pertenecen al pasado de un tiempo a esta parte. En concreto, desde que el equipo regresara al trabajo. Pero es el próximo sábado cuando definitivamente caen en el más grande de los olvidos. El Cajasur disputa ese día, a partir de las 20:00 en Fátima, su primer encuentro del nuevo año, que también lo es de la segunda vuelta de División de Honor Plata. Un duelo que tiene especial relevancia dado que le mide a un rival directo en la lucha por la permanencia, el Amenábar. La victoria es en este caso meta cuasi ineludible ante el cuadro de Zarautz, ante el que cedió en el estreno de la competición de plata (25-20). Los vascos cuentan con dos puntos de ventaja sobre la escuadra que dirige Jesús Escribano, que tiene ante sí la oportunidad de dar un pequeño impulso a su trayectoria y, quién sabe, obtener mayor oxígeno en la tabla, en la que por el momento se encuentra fuera de las posiciones de descenso.
Tiene una tarea complicada, no obstante, el conjunto granate, que completó la primera vuelta con cinco victorias y un empate. Esos resultados los logró en casa (en siete partidos), por lo que de cara al segundo tramo debe reforzar su potencial como local y aprender a sumar como visitante. El lado positivo, que venció a buena parte de sus rivales más directos (Bordils, Tolosa y Nava) y además supo arrodillar a otros que no lo son tanto (Cisne y Alarcos, aunque la distancia en la tabla con estos es mínima). El Cajasur encara el reto con un gran dato anotador, ya que es el noveno equipo que más dianas materializa (390), pero con un registro de goles en contra al que debe dar un giro: es el tercero que más encaja, con 415. Sea como fuere, el CBM encara su nueva fase del desafío de plata con energías renovadas.
Perfectamente definido tiene el objetivo el conjunto cordobés, que además tiene en su continuidad en la División de Honor Plata un importante salvoconducto a medio y largo plazo para evitar que salgan jugadores formados en su admirada cantera. Su plaza en la segunda categoría del balonmano nacional le otorga un mayor peso en ese sentido para dificultar el desequilibrio de atractivo que en la última década pudiera existir con otros clubes. En ese tiempo, Ruano, Julián, Padilla o Carlos Molina fueron algunos de los nombres de jugadores de la factoría granate. Los dos primeros retornaron un día, el segundo el pasado verano. David Estepa es el último gran ejemplo, con su fichaje por el Barcelona, del fructífero trabajo en categorías inferiores, que es pilar básico en su caso, de una entidad que desea seguir con su crecimiento de la mano de sus mejores talentos. Aunque ahí también mandan las ofertas, la salvación en plata es un paso importante.
0