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Una partida incompleta

Carlos Caballero, en una acción del duelo con el Alcorcón. | LOF

Rafael Ávalos

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Todo es posible. El recorrido puede continuar, pero también verse cortado de raíz. Un encuentro no es suficiente, es lo que suele suceder cuando el equilibrio entre rivales es tan grande. Y más si cabe después de que el propósito de dar el golpe no se lleva a efecto. Por las causas que fueran, el Córdoba no consiguió mostrar lo que quería en Santo Domingo. Eso sí, supo mantenerse firme en labores defensivas a pesar de que en esta ocasión, el primer partido del nuevo año, la zaga tenía una configuración totalmente circunstancial. No importó, ya que el cuadro califal consiguió responder cuando fue necesario, que en realidad fue en escasas ocasiones. Porque el Alcorcón tampoco es que hiciera un magnífico despliegue de fútbol y potencial ofensivo en un partido que por momentos resultó aburrido. Lo mejor de todo, que el equipo de Carrión tiene en sus manos seguir adelante en la Copa del Rey. El primer encuentro entre los blanquiverdes y los madrileños en los octavos de final terminó como empezó, con empate a cero, y todo se decidirá en El Arcángel. La de este miércoles fue una partida incompleta, como era de prever.

Una incógnita existía, una en especial, antes del inicio del choque en Santo Domingo. Ésta no era otra que la configuración de la defensa por parte de Carrión. No en vano, el Córdoba acudía a la cita sin ninguno de sus centrales puros -de primera plantilla- disponibles. Es decir, el técnico debía resolver una papeleta atrás. El barcelonés optó por la recomposición más previsible de la zaga: reubicó a Luso en un eje central en el que le acompañó Caro, mientras que Antoñito y Samu ocuparon los laterales. Esa decisión dejaba a las claras, en cierto modo, que el preparador blanquiverde estaba dispuesto a dar continuidad sobre el césped a su discurso fuera del mismo. Mantenía a un hombre de largo recorrido en uno de los flancos, el derecho, y además colocaba a Caballero al mando y a Alfaro en la media punta. Una ambiciosa declaración de intenciones que en el campo no cobró forma real. Porque sin ser dominador, ni mucho menos, el Alcorcón consiguió en todo momento desactivar al cuadro califal.

Los madrileños, lejos de lo que pudiera pensarse por el mensaje de su entrenador en la previa del duelo, salían también con cierta pretensión. Julio Velázquez afirmaba un día antes que lo realmente importante es la Liga y que el favorito era su rival. A cambio introducía en punta de ataque al referente de Santo Domingo, un David Rodríguez que pasó desapercibido. Como el delantero que en su día tratará de fichar el Córdoba, los demás futbolistas que saltaron al terreno de juego. Fue así porque el partido apenas deparó, excepto en momentos puntuales, acciones de interés en materia ofensiva. Y eso que el Alcorcón buscó la portería defendida por Kieszek nada más arrancar la contienda. Iván Alejo completó un gran contragolpe con un pase al centro en el interior del área que supuso un primer susto para el conjunto blanquiverde. Pablo Pérez no acertó en el remate y todo quedó en una advertencia.

Tras ese impulsivo arranque del cuadro amarillo, el partido comenzó a entrar en una fase de control alterno del balón que, sin saberlo entonces, se prolongó durante toda la primera parte. En ésas, el Córdoba trató de asestar un golpe al equipo local con una salida a la contra que no concluyó satisfactoriamente. El disparo de Javi Galán se fue por encima de la meta de Dani Jiménez. A partir de ese momento, el encuentro cayó en un insulso combate por el esférico. De vez en cuando los de Carrión procuraban aproximarse al área local, pero no lo conseguían. El balón no circulaba como en otras ocasiones y faltaba chispa arriba. No mucho mejor andaba un Alcorcón que encima se encontraba incómodo en distintos momentos. Las pérdidas eran demasiadas, aunque la escuadra califal no sacaba rendimiento de esas acciones. De esta forma, hubo que aguardar hasta el minuto 45 para ver la mejor ocasión del partido. Tuvo la firma de Piovaccari, cuyo disparo cruzado murió en línea de fondo por muy poco.

El espectáculo resultó poco vistoso antes del descanso, al que se llegó con empate a cero en el marcador, y para colmo empezó a aparecer un invitado inesperado. Si bien primero fue tímida, la niebla ganó poco a poco terreno en Santo Domingo. El incómodo condicionante que surgió no lo fue tanto como justificar una segunda parte que poco dejó también a los espectadores. Era hora de dar un paso adelante y ninguno de los dos conjuntos lo dio de buenas a primeras. Sí que fue el Alcorcón el que pareció tomar la iniciativa en la reanudación. Así, en el minuto 51 lanzó un aviso. Un buen centro de Aguza lo remató bien de cabeza Álvaro Rey, pero sin encontrar puerta. Poco a poco el cuadro madrileño tomó mayor control del choque y el Córdoba empezó a perder brío. Las apariciones en torno al área blanquiverde fueron más habituales, pero no más peligrosas. Egelzabal también trató de marcar con un testarazo, a lo que se topó con la respuesta calmada de un Kieszek que a la postre se erigió en protagonista.

El equipo de Carrión tuvo capacidad para responder una vez más. La contestación fue de Piovaccari, cuyo disparo dentro del área y con dificultades se elevó al cielo. El italiano puso buenas intenciones sobre el campo, pero la soledad en ataque le hizo más difícil mirar a meta rival. Ésa fue la última acción ofensiva verdaderamente destacable de un Córdoba que con el paso de los minutos hubo de poner todos sus esmeros en mantener cerrado el candado de su puerta. El Alcorcón decidió apretar y en el último cuarto de hora puso en algún que otro apuro a la defensa visitante, que sin embargo actuó con absoluta solvencia. En el 75, Kieszek intervino para blocar un tiro, otra vez de cabeza, de Pablo Pérez que no le generó el más mínimo problema. Sí lo pudo tener cuatro después, cuando un gran disparo de Óscar Plano le obligó a hacer una de esas intervenciones que regala con frecuencia para salvar los muebles. En segunda instancia, Antoñito metió la pierna lo suficiente para evitar el remate de Samu Delgado y Luso despejó acto seguido.

La acción que inició Óscar Plano fue sin duda la que más sensación de peligro generó a un Córdoba que entendió que en ese momento no quedaba otra que amarrar atrás y esperar a alguna contra. Ésa no llegó. Pero sí la intensificación del trabajo defensivo. El Alcorcón insistió en sus acometidas contra el marco rival, pero el conjunto blanquiverde se mantuvo solvente en defensa para evitar un disgusto de última hora. En el minuto 84, fue Nélson quien probó fortuna, pero su disparo acabó muy lejos de la portería de Kieszek, que sí se llevó un sobresalto en el 87. Entonces, Samu Delgado se sacó un magnífico tiro cruzado que tras tocar levemente en un zaguero visitante se perdió por la línea de fondo por muy poco. Al final, los de Carrión obtuvieron un premio mínimo, el de no conceder ventaja al adversario y dejar la eliminatoria plenamente abierta de cara al partido de vuelta en El Arcángel, el próximo miércoles a las 19:00.

FICHA TÉCNICA

AD ALCORCÓN, 0: Dani Jiménez, Fede Vega, Elgezabal, Bellvís, Nélson, Tropi (Toribio, 66´), Aguza, Iván Alejo, Pablo Pérez (Samu Delgado, 76´), Álvaro Rey y David Rodríguez (Óscar Plano, 66´).

CÓRDOBA CF, 0: Kieszek, Antoñito, Caro, Luso, Samu de los Reyes, Edu Ramos, Carlos Caballero (Esteve, 78´), Guille Donoso (Juli, 61´), Alfaro, Javi Galán y Piovaccari (Rodri, 74´).

ÁRBITRO: Prieto Iglesias (Comité Navarro). Mostró cartulina amarilla al local Iván Alejo y al visitante Samu de los Reyes.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente al duelo de ida de los octavos de final de Copa del Rey, disputado en el estadio Santo Domingo de Alcorcón ante unos 2.000 espectadores con presencia de aficionados blanquiverdes.

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