Una nueva vida para Toni

A Toni Muñoz (Córdoba, 1968) le aguarda una nueva etapa. Su adiós al Getafe se ha hecho oficial este mediodía, a través de un comunicado en el que certifica su adiós “con el corazón azulón”, ha dicho. El que fuera futbolista del Córdoba -en los años duros de la Segunda División B- y del Atlético de Madrid -entró en el filial y fue pilar en el histórico año del doblete en el 96- ha decidido cerrar un periodo en el que ha vivido de todo. Su sustituto es Ramón Planes, director deportivo del Rayo, cuyo nombre sonó como candidato a formar parte del staff del Maccabi Haifa junto con el del propio Toni.

Al final, parece que el legendario lateral zurdo del barrio del Naranjo no irá -como estaba acordado en su momento- al extranjero. Hace unos días, antes de que el Getafe certificara su retorno a la máxima categoría, el cordobés y el Maccabi vieron deshecho el acuerdo por “un problema familiar complejo”, según desveló el diario Marca citando fuentes de la entidad israelí.

“Cuando uno se encuentra como en casa es difícil tomar una decisión como la que he tomado. Han sido nueve años de trabajo, sacrificio… pero a la vez de muchas alegrías. Trabajar en un lugar donde te sientes querido es algo que no se puede corresponder con nada, eso es lo que yo he sentido todos estos años de trabajo en esta entidad”, ha dicho Toni a través de su carta. “Seguiré siempre vinculado y relacionado con este gran club, mi corazón es azulón. Parte de él está y estará siempre con vosotros. Yo soy del Getafe como uno más”, añadió. Con el retorno del Getafe a la elite, Toni Muñoz considera terminado su ciclo en el club que preside Ángel Torres.

Toni Muñoz se formó en las categorías inferiores del Córdoba CF, al que llegó procedente del equipo de su barrio, El Naranjo, reclutado por el cazatalentos Abelardo Sánchez. Tras pasar por el filial llegó a la primera plantilla, aunque Vicente Campillo optó por recomendar una cesión. Se fue al Egabrense, donde le entrenó Pepe Escalante. A su regreso su progresión fue meteórica. Destacó como lateral izquierdo y el club colchonero le fichó para su equipo B, el Atlético Madrileño, donde siguió dando pasos. Llegó al primer equipo y se convirtió en uno de los ídolos del Vicente Calderón, llegando a ser internacional y formando parte del histórico equipo que ganó la Liga y la Copa en la temporada 95-96. Después de cerrar su etapa como jugador en activo llegó a la dirección deportiva del Atlético, donde estuvo tres años antes de recalar en el Getafe.