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La felicidad vuelve a casa

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Cristian López

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Dominar, perdonar, sufrir y ganar. Cuatro infinitivos que bien pueden definir el primer encuentro oficial de la temporada 2020-21 para el Córdoba. El fútbol regresaba a El Arcángel en un campeonato que se presenta tan complicado como ilusionante, en la nueva normalidad de un proyecto recién estrenado. Y el primer paso ya lo dieron los blanquiverdes, que fueron de más a menos en un choque en el que valió la primera chispa de todas. Un arranque de puro vértigo que valía tres puntos. Volvieron las risas al reino califa. Abrazos en la distancia y gritos de rabia. Es lo que toca. Pero no es poco.

La sorpresa saltaba en el bando local ya desde antes de que el balón echara a rodar. En efecto, en la propia alineación quiso Juan Sabas tener protagonismo en su primer encuentro oficial con el Córdoba, pues el técnico madrileño decidió dar la titularidad a Edu Frías. Desde ahí partía ya el cuadro blanquiverde con su movimiento más significativo, aunque lo cierto es que, pese a dicha novedad, los califas no querían dejar nada a la improvisación, y mucho menos al asombro. Y fue precisamente desde esa idea fija de dominio desde la que partió el primer tanto de la tarde.

Apenas cuatro minutos tardaron los cordobesistas en abrir la lata a su favor, por medio de una recuperación en el centro del campo, y que acaba en pase en largo y en profundidad de De las Cuevas hacia Piovaccari, y tras el que italiano define de forma excelente después de driblar incluso al guardameta lorquino. Sobresaliente carta de presentación de un plantel que buscará con ambición reinar en el subgrupo b de la categoría de bronce. Todos son conscientes de la dificultad de alcanzar la promoción el presente curso, aunque en los propósitos de la entidad no hay otro reto más acentuado que el del ascenso. Y para ello, nada mejor que arrancar fuerza, dejando claro un notorio afán de dominio ante un conjunto recién ascendido.

Por esos cauces trascendía el ritmo de partido del Córdoba durante los primeros compases, erigiéndose como dueño y señor de la posesión, así como de los acercamientos al área rival. Fue a través de la banda izquierda, con De las Cuevas como hombre más activo, desde donde partieron las mejores opciones del equipo en los siguientes minutos. Eso sí, la segunda oportunidad más clara llegaría a la media hora de juego, mediante un balón botado por el centro de Farrando, quien buscó a Moutinho a la espalda de la defensa, y a punto estuvo de hacer el segundo el extremo blanquiverde. Ritmo frenético y sensación de ideas bien preconcebidas. No hay había duda que los 800 aficionados presentes estaban disfrutando del regreso del fútbol a El Arcángel tras varios meses de ausencia.

Y si notable fue el trabajo de los de arriba, no menos importante -incluso más se podría decir- fue el del trío formado por Javi Flores, Mario Ortiz y Sidoel, incansables a la hora de vascular y robar rápidamente el balón para salir a la contra. Una marcha más a la hora de defender e impedir cualquier posible construcción del Lorca, que se limitaba a producir, aunque sin peligro real, lo poco que se le presentaba por bandas, principalmente en el costado izquierdo. Eso sí, poco trabajo tuvo Edu Frías, quien veía como el primer tiempo iba muriendo poco a poco por aquel entonces a una velocidad más pausada. El control de balón se fue igualando de manera paulatina, aunque ya no habría mucha más picardía en las inmediaciones de cada área.

Un ritmo plano y sin profundidad que se mantuvo tras el paso por vestuarios. El Lorca Deportiva no asumió su necesidad de una salida efervescente debido a su desventaja en el electrónico, mientras el Córdoba parecía haber cambiado su estrategia hacia un juego mucho más pausado. Sin embargo, el mayor talento acababa siendo diferencial, y en blanco y verde se firmó la primera ocasión de gol de los segundos 45 minutos. El protagonista fue Piovaccari que, en el 54', consiguió llevarse un balón dividido en la diagonal del área y cerca quedó de completar su particular doblete, pero su golpeo picado acabó marchándose rozando el poste.

Un primer acercamiento que volvió a despertar el ímpetu local, que fabricaba con mucho peligro, aunque parecía haber humedecido su pólvora. Y si no que se lo pregunten a De las Cuevas, que no logró chutar con precisión en un mano a mano contra el arquero visitante, después de una buena triangulación con Mario Ortiz y Javi Flores. Y si clara fue la primera, más franca aún la tuvo el alicantino apenas unos segundos después, en un dos para uno con el de Gallarate, y en el que el extremo falló inexplicablemente tras un pase franco del ariete y que le dejaba solo ante la portería. Mucho estaba perdonando el Córdoba, superada entonces la hora de partido.

Y es que el Lorca todavía no había dicho su última palabra, ni siquiera su intención más peligrosa. Iba a sufrir el Córdoba tras no haber sido capaz de dejar prácticamente encarrilado el triunfo. Primero fue Marconato el que rozó el empate en el 68', después de un error de Espeso en el despeje, que dejó un balón muerto en el área, aunque el futbolista levantino acabaría mandando el balón por encima del travesaño de la meta defendida por Frías. Un primer aviso que se completaría con un centro medido por banda derecha y que impactó Mussoni de cabeza, cuyo golpeó obligó al portero catalán a estirarse para cazar el esférico por bajo. Fueron los minutos de mayor dominio de los visitantes, que habían conseguido encontrar una mayor profundidad con los cambios. Eso sí, ahí también quiso actuar Sabas que logró poco a poco neutralizar la efervescencia lorquina dando a entrada a jóvenes como Luismi, Julio Iglesias o Del Moral.

La recta final del choque se presentaba de auténtico infarto. No era más que la primera jornada del campeonato, lo cual deparó en un tramo decisivo completamente abierto. La falta de ritmo competitivo hizo que el juego se fuese rompiendo definitivamente, y ahí lo intentó Willy, que puso a prueba a Alberto Hortal hasta en dos ocasiones, aunque sendos disparos del extremeño acabaron repelidos por el portero lorquino. Fue entonces cuando los visitantes se lanzaron a pecho descubierto a rascar al menos un punto, y el Córdoba sacó las uñas y los dientes para defender. Y ahí murió un partido que deja la primera alegría en casa. El primer triunfo al calor de un hogar y del que apenas pudieron disfrutar 800 afortunados, pero a buen seguro se sintió en diversos puntos por muchos miles.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA CF, 1: Edu Frías, Djetei, Farrando, Espeso, Sidoel (Julio Iglesias, 52´) Bernardo Cruz, Mario Ortiz, Javi Flores (Samu Delgado, 71´), De las Cuevas (Del Moral, 82´), Moutinho (Luismi, 52’) y Piovaccari (Willy, 71´).

LORCA DEPORTIVA, 0: Alberto Hortal, Sergio Rodríguez, Héctor Galiano, George Higgins, Marcos Legaz (Bolo, 68´), Óscar Oliva, Mauro Marconato, Thomás Baroni (Ignacio Pastor, 68´), Pablo Serrano (Mamadou Cellou, 57´), Elyakim Mussoni y Emilio Iglesias (Coyette 78´).

ÁRBITROS: Jesús Delma. Mostraron cartulina amarilla a los visitantes Óscar Oliva y Baroni, así como al local Piovaccari.

GOLES: 1-0 (4’) Piovaccari.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la primera jornada de Liga en el Grupo IV-B de Segunda B, disputado en El Arcángel ante 800 espectadores.

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