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Los deberes de Alfonso Serrano

Alfonso Serrano, en su etapa como director deportivo del Tenerife | CD TENERIFE

Rafael Ávalos

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No es sencilla la tarea. Más bien, todo lo contrario. Es uno de los retos más complejos en los tiempos recientes. La labor no es otra que reconstruir un equipo descompuesto en un momento en que la estabilidad es escasa. De esto último ha de evadirse Alfonso Serrano, nuevo director deportivo del Córdoba. Así debe suceder si desea completar con éxito todos los deberes que tiene por delante, que no son pocos. No sólo tiene que dar forma a una plantilla que aspire única y exclusivamente al ascenso a Segunda A, también le corresponde devolver la ilusión a una afición hastiada tras una temporada para el olvido. Una cuestión va ligada a la otra, pues lógicamente lo segundo depende en buena parte de sus decisiones en el mercado. Por cierto, que la primera medida ha de ser la contratación del entrenador. A partir de ahí, viene lo demás.

El entrenador, la primera piedra

La no consecución de la permanencia conlleva el adiós de Rafa Navarro. El técnico no va a continuar al frente del Córdoba después de una etapa que arrancó con mucha ilusión y cerró con decepción, o quizá frustración -o ambos sentimientos-. El descenso a Segunda B tiene lugar tras un curso pésimo y un tramo final también negativo. Así, en el banquillo tiene que colocar Alfonso Serrano la primera piedra de un proyecto que sólo puede ir dirigido al rápido retorno al fútbol profesional -aunque la primera piedra del edificio es él precisamente-. Sobre la mesa colocó el vallisoletano, antes incluso de firmar su contrato, el nombre de Julián Calero, pero también maneja otros como el de José Manuel Aira. El caso es que el pucelano debe acertar con su elección de cara a una campaña complicada, como lo es siempre la de una caída de categoría.

Salidas y renovaciones, el baile del vestuario

Muy profunda va a ser la remodelación del plantel blanquiverde. El límite salarial hizo que el pasado año los jugadores sólo pudieran firmar por un año -salvo la excepción de Carrillo, que fue de los primeros en marcharse-. Consecuencia directa de esto es que apenas siete futbolistas de los que completaron la temporada con el Córdoba tienen contrato. De ellos, muy pocos van a seguir. De entrada, el club pretende sellar con prontitud la venta de Andrés Martín -esencial para el alivio en tesorería- y algunos compañeros dejaron en el aire su continuidad, como Marcos Lavín o Loureiro. Luego están también la idea de Alfonso Serrano y el asunto pecuniario en algún caso, por lo que puede haber más salidas incluso. Pero no es esto lo único que tiene pendiente de resolver el nuevo director deportivo en relación al vestuario de la 2018-19: también ha de lograr las renovaciones que se pretendan. La de Piovaccari es la primera que se citó en la lista. Chus Herrero, Miguel Flaño y De las Cuevas son otros tres miembros del plantel que interesa mantener.

Los cedidos de vuelta, otra papeleta

A medio camino entre el punto anterior y el siguiente -fichajes- se encuentra éste. Es el referido a aquellos jugadores que no cerraron la temporada como blanquiverdes pero tienen contrato con la entidad. Son seis los jugadores cedidos y habrían de volver de cara a la nueva campaña. Entre ellos, el caso más claro es el de Sebas Moyano, con quien quiere contar el Córdoba. Tiene dos años más de vínculo, pero es posible que goce de ofertas. También tienen opciones de seguir, tras sus préstamos, Víctor Mena y Zelu -que curiosamente estuvo a las órdenes de José Manuel Aira en la Cultural Leonesa-. Compleja es la situación de Josema debido a sus emolumentos y salida se le va a buscar probablemente a David Moreno. Quiles cierra la lista, si bien el futbolista depende de lo que ocurra con el Recreativo en el play off a Segunda A y tiene la alternativa de decidir si los onubenses no ascienden.

Fichajes, la salsa del verano en el fútbol

Dadas las circunstancias, el otro punto en materia deportiva cobra más importancia si cabe que en otras ocasiones. La plantilla del Córdoba puede quedar con menos de diez integrantes, por lo que va a ser en torno a una decena -e incluso algo más- la cifra de incorporaciones que va a tener que realizar Alfonso Serrano. El nuevo director deportivo blanquiverde va a contar con entre 1,5 y 2 millones de euros para conformar su proyecto. De esa cantidad ha de dedicar buena parte a las contrataciones venidas a ser importantes, en portería o delantera, por ejemplo. Así, tiene que jugar con un puzle numérico para configurar una plantilla compensada y de garantías, con savia joven y veteranía, con nombres menos conocidos otros que suenen mucho más. El mercado va a estar interesante este verano para el cuadro califal.

El primer objetivo: devolver la ilusión a la afición

Claro está que el único objetivo de la próxima temporada para el Córdoba es el retorno a Segunda A. Aunque no es menos cierto que no es sólo éste y hay otro anterior, que es básico para la consecución del ascenso. Se trata de la devolución de la ilusión a la afición, que despidió la pasada campaña con niveles de hastío y enfado difícilmente comparables con los de otras etapas del conjunto blanquiverde. Los seguidores vieron con cada vez más rabia e indignación la errática trayectoria de un equipo del que poco a poco se terminaron por desligar. Las dos últimas entradas de El Arcángel estuvieron por debajo de los 5.000 espectadores -y de los 3.000 incluso-. Recuperar la unión entre plantilla e hinchada es más que necesario para caminar con firmeza hacia una Segunda A que todos añoran ya.

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