El Córdoba opta por el silencio institucional
El silencio es la opción elegida. Al menos así es por ahora. La decisión del Córdoba es no realizar declaración oficial alguna sobre la situación actual. Ésta no es otra que una pugna por la propiedad del club tras el incumplimiento -dentro del plazo establecido, el 31 de julio- por parte de Jesús León del último pago -de 4,5 millones de euros- para la compraventa iniciada en enero de 2018. El último capítulo en esta historia es el inicio de trámites por parte de Carlos González, anterior dueño de la entidad, para retomar el control de la sociedad anónima deportiva (SAD). La intención en la zona noble de El Arcángel es la de mantener la normalidad en su día a día. Mientras tanto, el todavía poseedor de la mayoría accionarial sopesa la vía judicial entre la aparente unidad del Consejo de Administración que preside.
Como tenía previsto -y señaló reiteradas veces- la pasada semana, Carlos González rubricó en la jornada del lunes un requerimiento notarial para la convocatoria de junta general extraordinaria para la renovación del órgano rector del club. Fue el empresario tinerfeño quien confirmó a CORDÓPOLIS el comienzo de sus acciones superado el mediodía. Por la tarde, su medida tomó oficialidad definitivamente con un comunicado de Azaveco, la empresa con que fue propietario de la SAD y parte vendedora en esta operación. La documentación está dirigida al secretario del Consejo de Administración, Juan Ramón Berdugo, que desde el momento en que la reciba -si es que no lo hizo ya- va a tener 30 días para decidir si la acepta o la rechaza. Este martes, en medio de la mudez reinante, todo hace indicar que va a ocurrir lo segundo. Esto abriría la puerta a la vía judicial, que no arrancaría hasta septiembre al ser agosto inhábil en juzgados.
Fuentes consultadas por el club indicaron a este periódico que, en efecto, desde éste no va a haber posicionamiento público respecto del asunto. De esta forma, el Córdoba apuesta por continuar adelante con el trabajo de la temporada 2019-20 y mantener así la normalidad en su funcionamiento diario. En ese plan de actuación se incluye hoy por hoy el estudio de la situación y de las posibles acciones a llevar a cabo por parte de la parcela legal. En este sentido, Jesús León sopesa precisamente la vía judicial para la resolución del conflicto. Esto conllevaría, probablemente, la falta del pago de los 4,5 millones de euros a lo largo del presente mes. De la posibilidad de que esto suceda informó el pasado domingo el digital Cordobadeporte.com. Cabe recordar que el aún propietario de la SAD comunicó el 1 de agosto, a través de Aglomerados Córdoba -la parte compradora-, su intención de abonar la tan repetida cifra en tres semanas.
Éste es el escenario actual, en el plano administrativo, del Córdoba. La atención está focalizada principalmente en Jesús León como propietario y presidente, pero no tiene menor importancia estos días su Consejo de Administración. El montoreño analiza las alternativas para responder a la problemática surgida, entre las que se cuenta una posible querella a Carlos González según Diario Córdoba. Y lo hace entre la aparente unidad del órgano rector que dirige, conformado por otras cinco personas. Uno de sus miembros es precisamente Juan Ramón Berdugo, el hombre encargado de aprobar el trámite de Carlos González o rehusar a hacerlo.
No está de más recordar que el Consejo registró varios cambios desde la composición inicial de enero de 2018. Hoy por hoy, además de León y Berdugo, lo integran Alfredo García Amado, Magdalena Entrenas, Francisco López y Manolo Garrido -presidente de la Asociación de Futbolistas Veteranos del Córdoba-. De entrada, todos continúan del lado del mandatario blanquiverde, si bien no es descartable que exista algún tipo de divergencia tras los últimos meses de la pasada campaña y, sobre todo, lo ocurrido a partir del 31 de julio. Cuando menos curiosa resultó, por ejemplo, la ausencia de la abogada en la presentación de los tres fichajes internacionales del equipo femenino, que dirige. La versión oficial fue que tenía compromisos que le impedían asistir al acto. Con todo, la suya fue la postura más crítica en anteriores ocasiones, siempre, eso sí, sin ocultar su respaldo al montoreño.
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