Córdoba CF
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Crónica
La misma vergüenza de siempre
Sin nada que hacer, solo un orgullo que parece no existir desde hace meses atrás. El Córdoba CF volvía a aterrizar en su estadio, donde la última temporada y media parecía que era un auténtico fortín. Nadie podía hacerle frente y solo unos privilegiados sacaban algún que otro punto, pero esto ya ha desaparecido. La escuadra blanquiverde ha pasado de ser un rival a batir a un equipo donde todos los planteles de Primera RFEF son capaces de vencer en 90 minutos. Un desenlace triste a una campaña que apuntaba maneras, pero que finalmente terminará dentro de tres jornadas, si esto sigue así, con el descenso más cerca que el play off. Esta vez, el San Fernando visitaba a un club califa que, contra todo pronóstico, fue superior en gran parte del primer periodo.
Un partido intrascendente y con más atención a lo que podía suceder en la grada que en el césped. Y es normal. A falta de tres jornadas para terminar la temporada, el Córdoba CF solo se jugaba la honra y una plaza en Copa del Rey. Una auténtica catástrofe a nivel deportivo que ha hecho que el encuentro ante el San Fernando haya sido puramente anecdótico. Aun así, los chicos dirigidos por Manuel Mosquera dominaron durante los primeros instantes del duelo a un conjunto gaditano que era incapaz de defender un inocente ataque local, hasta tal punto de que Willy estuvo a punto de hacer el primer tanto del choque, pero Simo no supo filtrar el típico pase de la muerte.
A partir de aquí y en lo meramente deportivo, el Córdoba CF fue muy superior a un San Fernando que quería despegarse de la presión blanquiverde a través de balones a las espaldas de los centrales pero no era capaz de generar peligro en área contraria. Por su parte y 'alentado' por su público, el conjunto califa fue inmerso a mantener la poca dignidad que le quedaba tras un final de temporada que rozaba lo deprimente. De hecho, esta tendencia se mantuvo con el paso del tiempo e incluso Willy Ledesma volvió a tener una ocasión única después de driblar a su par aunque no fue capaz de superar a José Perales.
Aun así, el marcador seguía sin moverse y a la grada no le parecía preocupar. La afición blanquiverde ya se ha hartado por el pobre juego de los suyos y los marcadores poco positivos que se han conseguido desde el pasado mes de diciembre. “Germán, Germán, Germán”, “Juanito vete ya” o “jugadores, mercenarios” era lo que más entonaba una hinchada que veía como, al menos, el Córdoba CF era superior a su rival, aunque no era capaz de abrir la lata y por ocasiones no serían. Al filo del descanso, Diarra se encontró con un balón tras una serie de rechaces y el esférico se fue rozando el palo de la entidad gaditana. Con esto, ambos planteles se fueron al paso por vestuarios con todo por decidir menos los objetivos por parte local.
La segunda mitad fue un calco de la primera parte. El Córdoba CF salió mucho más dominador ante un San Fernando que dejaba jugar a unos blanquiverdes que poco a poco fueron incrementando sus ocasiones. Primeramente Calderón y justo en la jugada de después De las Cuevas rozaron el tanto inicial de los chicos dirigidos por Manuel Mosquera pero el palo y el larguero, respectivamente, evitaron que se adelantaran en el marcador. Sin embargo, esta superioridad cayó por su propio peso y Simo, tras un gran pase de Willy Ledesma, inauguró el marcador con un tiro raso inalcanzable para José Perales.
En cambio, no todo iba a ser de color de rosas para un conjunto blanquiverde que ya sabía que una victoria no solucionaba nada, pero sí que cambiaba un poco las sensaciones amargas de los últimos cuatro meses. Aun así, el San Fernando podía aprovechar el desconocimiento de un Córdoba CF que vio como el cuadro gaditano volvía a subir el empate en el marcador después de que un disparo visitante tocase en José Alonso y se colase en la portería defendida por Carlos Marín. Y con este gol se terminó un partido ridículo e intrascendente para una entidad cordobesa que vuelve a demostrar el vergonzoso estado deportivo en el que se encuentra. La afición ya está harta y así lo ha querido demostrar en los 93 minutos que ha durado el partido.
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