Córdoba CF

Manuel Mosquera, una revolución táctica y un cambio de visión

La era Manuel Mosquera ha llegado al Córdoba CF, y lo ha hecho con múltiples cambios en busca de reactivar a un equipo que, durante los últimos meses, se había olvidado de mostrar la fortaleza defensiva que había sido gala durante la estancia de Germán Crespo en el banquillo califal, así como de la creatividad ofensiva que lo había llevado a convertirse en uno de los equipos más goleadores del fútbol español. La etapa del técnico granadino al frente del conjunto blanquiverde llegó a su fin tras la derrota ante el Linares Deportivo y, con la llegada de Manuel Mosquera, ya se comenzaron a atisbar frente al Alcorcón los distintos cambios que plantea el entrenador gallego para este tramo final de competición.

Quizás la variación más llamativa fuese la del esquema inicial. El Córdoba CF, que durante el último año y medio había venido utilizando habitualmente un sistema 1-4-2-3-1, varió en el duelo ante el Alcorcón y optó por formarse con la alineación predilecta de Manuel Mosquera: 1-4-4-2. Este cambio trajo consigo diferentes variaciones tácticas, tanto en defensa como en el centro del campo. Mosquera optó por alinear a sus laterales menos ofensivos -José Ruíz y Ekaitz Jiménez- en detrimento de los carrileros empleados habitualmente por Crespo. Además de ello, para reforzar el centro del campo, optó por el músculo de Caballero y Diarra, prescindiendo así de un perfil más creativo como Javi Flores o Armando Shashoua.

A pesar de lo que pueda decir el esquema sobre el papel, lo cierto es que el 1-4-4-2 de Mosquera es ciertamente asimétrico en su fase ofensiva. Por el costado diestro, Carracedo hizo las veces de extremo puro, aportando la verticalidad y los centros al área. Por el perfil diestro, una de las apuestas personales de Mosquera, Kike Márquez, que trató de servir de enganche entre el centro del campo y la delantera, dejando así todo el perfil zurdo para un Ekaitz Jiménez que, en su primer partido como titular de la temporada, ya aportó la primera asistencia. Por último, en la punta de ataque, la dupla de Willy y Casas sirvió para fijar la posición de sus centrales y, además de ello, para cargar el área en busca de remates limpios de oposición a centros laterales.

Sin embargo, todas estas variantes introducidas por el técnico gallego en su primer duelo al frente del Córdoba CF ha tenido varios damnificados en la plantilla blanquiverde. El caso más evidente es, quizás, el del centro del campo. El perfil de futbolista creativo que tanto gustaba a Germán Crespo en la medular, personificado en Javi Flores y Armando Shashoua, no tuvo cabida, al menos en este primer partido. El músculo y la intensidad defensiva aportados por Caballero y Diarra son fundamentales de cara a que el equipo no sufra en transición defensiva, y, por ello, ni Flores ni Armando gozaron de minutos en este primer duelo.

Por otro lado, los laterales de carácter más ofensivo tampoco lograron obtener el protagonismo que habían tenido hasta ahora. Carlos Puga no llegó a vestirse de corto, mientras que Calderón, que sí ingresó al terreno de juego, lo hizo en la última media hora de partido debido a la sobrecarga física que sufrió Ekaitz en su vuelta a los terrenos de juego. Por último, otro de los jugadores que no tuvo protagonismo en este estreno fue Canario, que, junto a los lesionados Marco Camus y Gudelj, y los porteros Felipe Ramos y Pablo Picón, son los que completan la terna de jugadores que aún tienen pendiente debutar bajo las órdenes de Manuel Mosquera.