CÓRDOBA CF ANÁLISIS DEL RIVAL

— CÁDIZ CF

Así llega el Cádiz CF: del liderato a la crisis total en un mes para el olvido

Un nuevo derbi andaluz de alto voltaje, pero marcado por la urgencia histórica en el bando visitante. El Cádiz Club de Fútbol aterriza este fin de semana en El Arcángel en el momento más delicado de su temporada. Lo que hace apenas unas semanas parecía un proyecto sólido, encaramado al liderato de LaLiga Hypermotion y con la vitola de favorito indiscutible al ascenso, se ha desmoronado a una velocidad de vértigo. El cuadro amarillo llega a Córdoba convertido en un equipo sin norte, fuera de los puestos de play off (8º) y sumido en una espiral de negatividad que amenaza con llevarse por delante todo el proyecto, empezando por su entrenador, Gaizka Garitano.

Y es que la realidad del cuadro cadista es tan clara como preocupante. El equipo acumula seis jornadas consecutivas sin conocer la victoria, un mes negro en el que apenas ha sumado 3 de los últimos 18 puntos en juego. Esa mala dinámica tocó fondo el pasado fin de semana en el Nuevo Mirandilla ante la Cultural Leonesa (1-2). Aquel encuentro no solo certificó la mala racha, sino que destapó la caja de los truenos de puertas para adentro. Garitano, visiblemente superado por la situación, calificó la primera parte de su equipo como “inadmisible” y señaló públicamente a la plantilla, realizando dos cambios tácticos en el minuto 38 -retirando a titulares como el excordobesita Diarra y al máximo anotador, Tabatadze- y otro más al descanso.

Esa maniobra desesperada evidenció una fractura preocupante: el estilo que caracterizó al Cádiz de Garitano el curso pasado, basado en un ritmo lento, la seguridad defensiva y la eficacia de cara a puerta, ha dado paso a la nada. El equipo ha perdido su solidez defensiva, concediendo ocasiones claras que a menudo salva su portero, Víctor Aznar -de los pocos que mantiene el tipo en medio del naufragio-, y se muestra sin ideas en la creación ofensiva. La ansiedad de verse cayendo en la tabla y verse por primera vez fuera de play off (obviando la jornada 2), ha bloqueado las piernas y las ideas de unos futbolistas que llegaron a liderar la categoría de plata desde su 'tacita'.

De hecho, el caos táctico es el mejor reflejo de esta crisis de identidad. El equipo no sabe a qué juega, y los vaivenes del propio Gaizka Garitano así lo evidencian. Ni el 4-2-3-1 inicial, buscando aprovechar la velocidad de Tabatadze y Efe en los extremos, ni los intentos a la desesperada de jugar con dos puntas (4-4-2) y colgar balones a Roger Martí están funcionando, mientras que el técnico vizcaíno tampoco acaba de dar con la clave para articular un centro del campo en constante cambio. El Cádiz CF se ha vuelto previsible, lento y frágil, un situación que podría aprovechar el Córdoba CF en caso de saber jugar con su ansiedad.

En medio de ese escenario gris, la única luz -aunque intermitente- sigue siendo Iuri Tabatadze. El extremo georgiano es el máximo goleador del equipo con 4 tantos y, por condiciones, su mayor amenaza individual en el uno contra uno. Sin embargo, ni él se libra de la quema general: fue uno de los señalados y sustituidos antes del descanso ante la Cultural Leonesa, víctima del caos táctico de Garitano y contagiado por la apatía del equipo. Junto a él, la afición esperaba a Ontiveros y a Suso como el grandes salvadores, pero el malagueño vive un calvario, lastrado por una pubalgia persistente -“ni siquiera entrena durante la semana”, según confesó su técnico-, mientras que Suso tampoco estará en El Arcángel, dejando al equipo huérfano de sus mayores talentos diferenciales.

Con este panorama, el Córdoba CF tiene una oportunidad de oro para dar un nuevo golpe sobre la mesa y buscar atacar, al fin, esos puestos de play off con los que lleva coqueteando varias jornadas, pero que no acaba de dar el paso hacia ellos. En frente estará un Cádiz CF en caída libre, pero que también podría destaparse como un gigante herido y peligroso por su propia desesperación. Un cuadro amarillo que, por dentro, parece ser un polvorín con jugadores jóvenes señalados, pesos pesados que no tiran del carro y un entrenador que sabe que El Arcángel puede ser su última parada. Un rival que vendrá a morir con sus ideas o a buscar una resurrección agónica en el segundo derbi andaluz consecutivo para los de Iván Ania.