César Montes se lleva el oro en los Juegos Mediterráneos
La selección española de balonmano ha logrado subirse a lo más alto del podio en los Juegos Mediterráneos. 17 años después de su última final en dicho torneo, el equipo dirigido por Jordi Ribera, cuyo segundo entrenador ha vuelto a ser el cordobés César Montes, se ha hecho con la victoria después de superar en una emocionante final a Egipto (27-28), favorita al título. Un encuentro de infarto, en el que el combinado nacional, plagado de jugadores poco habituales en las convocatorias, consiguió remontar en los últimos minutos para proclamarse campeón en Orán. De esta manera, un nuevo oro que se suma al del equipo femenino y que supone un doblete para el balonmano español en el torneo.
Lo cierto es que el duelo comenzó de manera fulgurante para los de Ribera, que aprovecharon los fallos egipcios en el arranque del choque para robar balones, salir al contraataque y conseguir así una ventaja de tres tantos en los primeros cinco minutos (1-4). No obstante, la zaga egipcia no cedía mucho más y a los Hispanos les costaba sangre y sudor penetrar la portería rival. Con el pabellón volcado sobre los africanos, el equipo español se afanó en su juego. Ian Tarrafeta dirigió las operaciones desde el central y la defensa española trató de incomodar al máximo la ofensiva egipcia.
Pero el buen hacer de Egipto propició que las tornas se pusieran a su favor (8-7), entrando España en unos minutos de absoluta sequía ofensiva. Sin embargo, un tiempo muerto sirvió para revitalizar los ánimos, aunque el luminoso marcaba tres goles de ventaja para los africanos al descanso (16-13).
Egipto sacudió de nuevo a los españoles tras la reanudación con dos tantos rápidos. Eso sí, una doble exclusión en el bando egipcio permitió a los de Jordi Ribera recuperar terreno (19-18). A remolque en todo momento, Chema Márquez e Ian Tarrafeta se echaron el equipo a las espaldas para mantenerse cerca. Un electrónico que se mantuvo en todo momento entre un tanto y dos de distancia, pero una nueva reacción española igualó el marcado a 23. Sin duda, oxígeno para la escuadra nacional, que empezaba a creer en la remontada.
El choque entró entonces en una fase de intercambio de zarpazos del que salieron beneficiados los egipcios, más sólidos en defensa. España, de nuevo a rebufo, se enganchó al parachoques de Ian Tarrafeta, un ciclón en la ofensiva. Mientras, bajo palos, Sergey Hernández sacó a relucir su mejor repertorio de paradas y mantuvo vivas las esperanzas en los últimos minutos (27-27). De esta manera, la selección entró en el último minuto del encuentro con un gol de ventaja (27-28). En un final de infarto, el guardameta español detuvo magistralmente un lanzamiento desde los siete metros que tiró por tierra cualquier opción egipcia de empatar y certificó el triunfo.
0