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Rosa Herrador, bailaora y poeta: “El arte merece estar pagado, no pagar para poder existir”

Rosa Herrador, autora del libro 'Palabras de carne y verso'

J. López

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La bailaora cordobesa Rosa Herrador conoce y vive el mundo del arte con una pasión y fuerza y ello es fruto de su trabajo como bailaora de flamenco y la disciplina y la satisfacción que esto le provoca. Una disciplina y una forma de expresarse que ahora ha volcado en su primer poemario, Palabras de Carne y Verso.

Nacida en Santa Cruz de Tenerife, con tres años se mudó a Córdoba, donde su madre tenía una escuela de danza desde la que comenzó a enseñarle la técnica y los valores de este arte. Movida por su pasión empezó sus estudios, entró en el conservatorio de Córdoba, después pasó por Málaga, donde empezó a bailar de manera profesional por la costa. Al terminar sus estudios, se marchó a Madrid y empezó a trabajar con la compañía Antonio Gades, con la que hizo numerosas giras por Europa, y posteriormente trabajó en una compañía multidisciplinar con sede en Paris, bajo la dirección del coreógrafo francés José Montalvo.

Pero, aunque la danza ocupaba parte de su tiempo, no tardó encontrar otra forma de sacar afuera lo de dentro. “A veces hay cosas que me despiertan el hecho de escribir, por ese motivo siempre viajaba con mi libreta y anotaba cosas, aunque nunca llegaron a ningún sitio. De hecho, nunca pensé en publicar, escribir de manera profesional o que no fuese por mera afición, pero un día encontré un concurso en una revista de arte que pedía un texto en el que podías tratar la disciplina de la danza, así que me propuse escribir algo al respecto”, cuenta Herrador, que acabó ganando aquel concurso, que ahora recuerda como el germen de Palabras de Carne y Verso.

Por su dedicación a la danza, la bailaora reconoce que nunca había tenido el tiempo suficiente para escribir. Por tanto, no fue hasta que llegó la pandemia y se vio encerrada sin poder trabajar que decidió probar a escribir con seriedad. Así es como comenzó a escribir y acumular textos, buscó información para estudiar la posibilidad de publicar, redactó un número considerable de páginas para poder enviar a las editoriales y se lanzó sin tener ninguna idea del resultado.

Había algo que tenía claro, no iba a pagar por publicar: “Opino que el arte merece estar pagado, no pagar para poder existir”, dice convencida. Con esta idea en mente, decidió que si lo que había escrito tenía algún valor quería que alguien apostara por ello. Finalmente ha sido Libros Indie la editorial que finalmente ha publicado Palabras de Carne y Verso y le ha dado la oportunidad de sacar a la luz este libro.

Cambio de título buscando “algo carnal”

Hay una curiosidad acerca del libro, cuyo título inicial era Manifiesto del diálogo Interior, y que acabó cambiando antes de pasar por la impenta. “Todo lo que escribo está ahí porque algo en mi interior se ha removido, por ello el título debía ser algo carnal”, explica Herrador, que buscó el más “directo y simple” Palabras de Carne y Verso.

“Ahora, cuando nadie me ve, dejo caer el disfraz y respiro. Y admitiendo lo débil que me siento ante vuestros ojos, nada me impide caminar. El más terrible de mis miedos se convierte en movimiento y en ese momento mis sueños se hacen danza”, escribe en una obra en la que, entre otras cuestiones, aborda “la soledad del bailarín que siempre está expuesto al público, pero en la intimidad es una persona muy solitaria”.

“Un bailarín experimenta de forma casi constante la matanza de entrar a la habitación del hotel y encerrarse después de estar tan admirado para sentirse solo e incomprendido. Estos versos muestran la coraza que tiene, la falsa seguridad que puede mostrar en escena y esa debilidad que siente en su interior cuando está solo. Muestran el proceso de crecimiento, cuando él todavía no se siente artista y teme en su interior la inseguridad que le genera el público. Describe como en el estudio se siente poderoso y seguro de sí mismo mientras nadie lo juzga, pero cuando sube al escenario carga una coraza de hierro, por ese motivo cuando nadie le ve deja caer el disfraz y respira”, detalla Herrador

¿Y cuál le gustaría que fuera la enseñanza detrás de Palabras de Carne y Verso? “Sería sin duda lo que expreso en el fragmento Desnudos donde hablo sobre como el simple hecho de maquillarse debería ser considerado un acto de valentía. Siempre he pensado que el alma no puede taparse, pero hay personas que maquillan su alma para alcanzar sus objetivos, hay personas que maquillan su forma de ser para encajar en determinados lugares, hay personas que se disfrazan de otras para aparentar ser algo que no son, hay mujeres que maquillan sus moretones o los maltratos de su pareja para que no se le descubra”, señala sobre un fragmento que encierra el leit motiv del libro: “enséñame quién eres y te mostraré quién soy”.

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