Restaurado un retablo muy cordobés de la Mezquita Catedral
Aproximadamente unos 100.000 euros, obtenidos de los ingresos de los numerosos visitantes, ha invertido el Cabildo Catedral de Córdoba en la restauración el retablo de la capilla de San Mateo y Limpia Concepción de Nuestra Señora, ubicada en el interior de la Mezquita-Catedral, una pieza del pintor montillano Baltasar del Águila que data de mediados del siglo XVI.
“Se recupera una pieza de destacado interés artístico y que también sirve para reivindicar la pintura retablística cordobesa de finales del siglo XVI, a través de una de sus obras más representativas”, explicaba en la presentación de la obra el deán presidente del Cabildo, Manuel Pérez Moya, quien ha explicado que los trabajos de restauración se han extendido durante más de un año y han sido llevada a cabo por los equipos de restauración y mantenimiento del propio Cabildo.
Los 96.570 euros invertidos en la restauración del retablo se suman a otras obras de similar índole acometidas este año 2017 -en la Capilla de San Pablo y en la Puerta de San José- y que elevan a 700.000 euros la cantidad aportada por el Cabildo a la conservación y puesta en valor del patrimonio de la Mezquita-Catedral, un templo que, para el deán presidente supone “un gran centro de creación cultural”.
Un retablo en un estado muy deteriorado
El retablo se encontraba en un estado de conservación deficiente, tras haber desarrollado una serie de patologías por acción de humedad y acumulaciones de polvo, pero también por infecciones de insectos xilófonos y hongos, lo que comprometía la estabilidad e integridad de la composición original, según ha explicado la técnica en conservación y restauración Anabel Barrena.
La restauración de esta emblemática obra de la retablística cordobesa ha conllevado la recuperación y puesta en valor de la producción de Baltasar del Águila, autor de las composiciones pictóricas, para lo cual ha habido que desmontar por completo el retablo y trabajar en la consolidación constructiva de cada una de sus piezas, así como en fijar las grietas, reponer piezas faltantes y proceder a su desinfección, entre otras tareas.
Asimismo, también se han restaurado los dorados y los policromos del soporte y las pinturas del retablo, entre las cuales hay una de un crucificado, otra de la virgen María y una última que representa a Dios.
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