El rapero Haze confirma al cordobés Frathos como su relevo natural en el rap flamenco
De Los Pajaritos de Sevilla a La Fuensanta. Suena a hermanamiento de barrio. Y, a su vez, a unión de flamenco y ritmos urbanos. Es, sin duda, lo que define Las penas se van cantando la canción que ha unido los designios de dos artistas que tienen muchos puntos en común: el veterano rapero sevillano Haze y el joven cordobés Frathos.
La trayectoria de Haze es muy conocida: Sergio López es el padre del rap flamenco casi desde su primera maqueta, aquel Crónicas del barrio (2004) que disparó su trayectoria hasta ponerle banda sonora a películas como 7 Vírgenes o Yo soy la Juani. A todo eso llegó desde las calles, sin ocultar sus devaneos -felizmente superados- con las drogas y tras pasar una estancia corta en prisión.
Y Sergio hizo carrera de éxito en la música hasta que la crisis económica y los cambios de gustos del público -el trap sacó al rap y el hip hop de la primera línea- le apartaron del primer plano. Haze, que tuvo que vender su casa, muy sabiamente se recicló como universitario, haciéndose, por cierto, con el premio al mejor expediente académico por la Universidad de Sevilla en 2019. Nunca dejó la música y ahí sigue, con una base de seguidores muy amplia, especialmente en Andalucía.
Uno de ellos es Frathos. La historia de Francisco Manuel Alcaide Ocaña, es menos conocida, aunque guarda ciertas similitudes con la de Haze. El cordobés, de 26 años, criado en el Barrio de la Fuensanta, no oculta tampoco sus orígenes humildes y su vida en el barrio, para nada ajena la delincuencia, las drogas y los trapicheos para salir adelante.
Frathos: un millón de visitas sin apoyo discográfico
Al igual que Haze, Frathos sale de la nada y, mezclando flamenco y rap, llega con su discurso -basado en la naturalidad y un realismo poético de barrio- a miles de personas. Millones, en realidad. Sin apoyo editorial de ningún tipo, los vídeos de Frathos en Youtube ha sido reproducidos más de un millón de veces.
Con su último tema, Frathos cumple un sueño. Lo explica en su Facebook: “Hce ya algunos años, un niño sumergido en una realidad oscura y sin ningún futuro decidió pelear. Creció escuchando al único artista de la época que plasmaba aquella realidad cruda en sus canciones, el único de verdad. Un sueño era para mí lo que hoy se hizo realidad. Ese niño de la Fuensanta y aquél chaval que de los Pájaros que destruyó el panorama español, hoy se han unido para hacer música”, explica sobre Las penas se van cantando.
El videoclip de la canción, que acumula casi 50.000 visitas desde su estreno este viernes en Youtube, muestra a ambos en las calles de la Fuensanta y en clubs y espacios de Córdoba -como el Mercado Victoria-. Ambos rapean sobre una base de flamenco y un ritmo que, sorprendentemente -o no tanto, los tiempos cambian- está más cerca del reguetón que del hip hop, y en el que el quejío de la tierra lo pone la cantante Rosa Macías.
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