Piden al nuevo Ayuntamiento que restaure la locomotora ubicada en los jardines de la antigua estación
Con pintadas, con su estructura carcomida y con basura en su interior. Ése es el aspecto que presenta la locomotora ubicada en los jardines de la antigua estación y que tres organizaciones han denunciado ante el Ayuntamiento. La asociación en defensa del patrimonio industrial de Córdoba, la asociación vecinal Vial Huerta de la Reina y la asociación cordobesa Amigos del Ferrocarril han presentado una instancia para que la nueva Corporación “sea sensible” ante esta realidad y acometa las tareas de restauración pertinentes para esta locomotora, seña de la llegada del ferrocarril a Córdoba.
Este vehículo a vapor fue fabricada en Parías en 1864 y recorrió cientos de travesías a lo largo de su vida y, durante un extenso período de tiempo, cubrió una de las primeras líneas férreas de España: Madrid-Zaragoza-Alicante. Tras pasar por una mina en Sevilla fue recuperada por la empresa Electromecánicas para ser utilizada en su transporte interno. Allí estuvo en servicio hasta 1970 hasta que posteriormente pasó a la Plaza de las Tres Culturas. En 1996 finalmente fue cedida al Ayuntamiento, que la trasladó a su actual ubicación.
Ahora que se cumple el 160 aniversario de la llegada del ferrocarril a la ciudad, el presidente de la asociación en defensa del patrimonio industrial de Córdoba, Bartolomé Olivares, ha pedido al nuevo Consistorio que ponga en valor la historia industrial de la ciudad, al igual que ocurre con el patrimonio arqueológico o histórico. Olivares ha recordado que poco antes de las elecciones de 2015, el Ayuntamiento “pintó el exterior de la locomotora y por eso está medio bien”, aunque las vigas “están carcomidas”, por lo que la restauración debe ser integral.
Por su parte, el presidente de la asociación cordobesa Amigos del Ferrocarril, Álvaro Olivares, ha catalogado como “un logro” que dicha locomotora continúe en la ciudad aunque “lo malo” es que “por falta de sensibilidad política o por escasez económica no se posible mantenerla en condiciones”. Por ello, Olivares ha promovido no sólo un mantenimiento cada cuatro años, sino una limpieza, una restauración y un repintado constante ya que la locomotora sufre mayores daños “al estar al intemperie”.
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