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Inmersión entre lobos y osos

I am dive anoche en el Ambigú | SERGIO TEJERINA

Redacción Cordópolis

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Los sevillanos I am dive presentaron Wolves, su última grabación en la sala Ambigú

Wolves

El tiempo acompañaba para la velada que se avecinaba, al menos para mi. Podríamos llamarla la noche de las atmósferas musicales y la web de AEMET hizo lo posible por estar presente con sus predicciones. Noche de repentina lluvia, de gotas gordas, de las que te calan. Me recordó esos días en que todo estaba nublado y solo se ponía a llover justo cinco minutos antes de que salieras del colegio. Algo así  ocurrió ayer, comenzó a llover y empezó la noche envolvente. Desde la terraza del Ambigú se podía ver el skyline de Córdoba con una luz diferente mientras caía la lluvia y sonaron las primeras notas del oso cuenta historia, los locales Bear the storyteller.

Escuchar los primeros acordes y sentir el pellizco en el estómago de la primera vez que viste a Mogwai en directo. La familia del oso, sin ninguna grabación publicada y escaso material para seguirlos, se hizo grande. La simpleza del cuarteto que llena un escenario de orquesta. Batería marcando, nada desapercibida. Bajo eléctrico, sonido fuerte y sordo, sin púa, a veces con acordes y a veces con punteo de dedos. Violoncello, acompañando y suavizando las bases. Guitarra, sonidos superpuestos desde lo mas bajo del mástil, ya sin trastes en los que seguir tocando.

Los del oso que cuenta historias no hablan, proyectan todo el tiempo imágenes y no presentan sus canciones. Una leyenda en la proyección te explica de qué va la próxima. Videos de naturalezas lejanas, de ríos con aguas heladas para composiciones que te generan un estado mental, que te liberan endorfinas. Para completar el círculo, abandonaría un simple proyector y los metería en una habitación de tres paredes y que las proyecciones los envolvieran, cuales Standstill en su espectáculo Room.

Escuchándolos me vienen a la memoria muchos de mis grupos preferidos en directo, mucho Mogwai, algo de Wilco, acordes de Yo la tengo y sensaciones de los sevillanos Thannhaüser. Larga vida a los cuatro del oso que cuenta historias. Seguid contándomelas en noches como la de ayer, la primera de muchas.

Parada técnica para subir a escena a la gran familia de los cacharritos en la que se han convertido mis adorados I am dive. El dúo sevillano hace temblar, con excelente gusto, cualquier catálogo de artefactos sonoros que caiga en sus manos. Lo que al principio eran canciones acústicas cada vez van aumentando las capas, y los innombrables efectos sonoros que aplican.

I am dive crean atmósferas incomparables, cuasi hipnóticas. Una legión de cables, dos guitarras eléctricas y una voz hacen que levites durante el tiempo que están en las tablas.

“No nos gusta la luz, nos gusta el humo, mucho humo” dijeron mientras apretaban la máquina infernal de niebla artificial inundando la sala de acordes pausados que salían de pedales, un mac y maquinetas varias con multitud de colores chillones. Sin frontales de luz, solo con unos cuantos focos par colgando de un truss haciendo las contras, se veían dos sombras moverse en su retículo tecnológico.

A camino entre un post noise electrónico, hipterismo ilustrado y una colección de matices sonoros, Esteban y José hacen bien todo lo que tocan. Me siguen emocionando con proyectos en los que están o han estado como The Baltic Sea, Renochild o Blacanova.

La coctelera de I am dive tiene ingredientes de Thom York, Neil young o Sigur Ròs que los agitan, los pasan por su cerebro dual y la lian. En el concierto cayeron todas las de su último lanzamiento Wolves y otras de sus anteriores grabaciones.

Han girado por Estados Unidos, Japón e innumerables citas en España. Los I am dive palomo (yo me lo guiso, yo me lo como) se han grabado, producido y editado sus composiciones. Ejemplo de independencia sin aspavientos y con mucha humildad.

La noche, pese a problemas técnicos de sonido varios y a la escasa entrada (llegaron a decir que en japón había ido más gente que en Córdoba), terminó ya sin lluvia pero con todos calados de melodías de las que te hacen mover la cabeza de forma lentamente acompasada.

Entre osos que cuentan historias y lobos que hacen inmersiones estuvo la noche, estuvo la preciosa noche. Esas noches que piensas lo bonito que sería bailar agarrados en estos conciertos, como hacían nuestros abuelos. En el próximo si no me da verguenza, lo intento. ¿bailas?

PD: queridos I am dive, la próxima vez que vayáis a Japón llevadme en la maleta.

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