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Un grupo de jóvenes recrea y utiliza con arqueología experimental un horno de vidrio medieval

Alumnos trabajando en la construcción del horno de vidrio en Torreparedones

María Berral

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El soplado de vidrio en el Medievo era muy distinto al que se hace actualmente, también el propio horno donde se soplaban las piezas lo era. Estos solo estaban construidos con ladrillo, agua y arcilla. Con estos materiales se han llenado las manos quince estudiantes de la Universidad de Córdoba y de Newcastle, en Inglaterra, para hacer en España el primer horno de vidrio construido gracias a la arqueología experimental. Este ha estado inspirado en uno que fue excavado en Murcia en los 90 y que había sido construido en el siglo XII.

En la arqueología las fuentes de información “tienen ciertas limitaciones” porque no ocurre al igual que en la historia en la que hay documentos donde autores recogen cierta información. “Existen ciertas lagunas”, explica a Cordópolis el coordinador del proyecto entre las dos universidades, David Govantes. Mediante la rama experimental de esta ciencia lo que se pretende es “reproducir prácticas antiguas con las materias primas que se empleaban en la época para tratar de entender cómo desarrollaban esas prácticas y tratar de completar algunas de las lagunas que dejan las fuentes de información tradicionales”, detalla.

Y es que a las personas que habitaron en aquella época “no les interesaban las mismas cosas que nos interesan a nosotros y no lo dejaban por escrito”. Por lo que la experimentación ayuda a comprender mejor cómo y porqué desarrollaban así ciertas prácticas. “Hay cosas de las que nos enteramos y comprendemos haciéndolo”, cuenta Govantes.

Como tanto en la Universidad de Newcastle (especializada en vidrio histórico) como en la de Córdoba la arqueología experimental y el interés por la época medieval eran puntos en común, alumnos ingleses han viajado hasta Torreparedones, en Baena, para vivir en sus propias manos la construcción de un horno de vidrio. El coordinador ha detallado que el trabajo ha sido arduo -sobre todo por las altas temperaturas que la provincia está sufriendo-. Este comenzó el pasado miércoles y ha sido terminado este martes, casi una semana en la que han trabajado desde primera hora de la mañana hasta las 14:00, retomando a las 18:00 y hasta las 22:00 u 23:00. “Aunque algunos nos hemos quedado algún día durante toda la noche”, aclara Govantes.

La reinterpretación ha sido hecha gracias a la base de un horno -la única parte que quedaba de este cuando fue excavado en los años 90- en Murcia, y a la inspiración de manuscritos medievales. En Newcastle ya han construido varios ejemplares para entender mejor la producción del vidrio en esta época, y con su ayuda se ha construido “por primera vez en España” uno con las mismas características. Este cuenta solo con dos puestos de sopladores ya que uno ha perdido el collar de la puerta y ha tenido que ser tapado, “algo que no ha sido un imprevisto porque podía ocurrir”. El otro está siendo utilizado por el coordinador para experimentar con diferentes composiciones químicas (como arena, cenizas de un tipo de planta de la Península y sal mineral mexicana) utilizadas en los vidrios históricos.

El mejor soplador de Reino Unido

Uno de los sopladores que ha participado en el trabajo de creación de las piezas ha sido el ganador de unas de las ediciones de Blow Away el concurso de sopladores de Netflix, Elliot Walker. Junto a él han venido Bethany Wood, también del mismo concurso; Rosie Power y el español, Luis Bodas. Como curiosidad Govantes señala la diferencia que el propio Walker -que acostumbra a trabajar en hornos alimentados por gas o gasoil, pero no leña- le ha referido. “Con la pieza que ha hecho de prueba dice que ya ha notado mucho la diferencia, que es difícil de explicarla porque se basa en sensaciones”, explica. Un trabajo distinto y que ha supuesto todo un reto para el profesional.

Durante la mañana de este martes han realizado alguna prueba, pero lo más complicado comenzó a partir de las 20:00 donde el grupo se ha puesto manos a la obra para elaborar tantas piezas como fuesen posibles. Así han dado por concluido el proyecto experimental. Una experiencia para el recuerdo de estos jóvenes pioneros en España en un trabajo que habrá tapado muchas lagunas en sus conocimientos sobre arqueología.

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