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Ana Castro: “La poesía es mi único espacio seguro y de libertad”

La poeta cordobesa, Ana Castro.

María Berral

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Muchos le han atribuido el nombre de “la poeta del dolor”, aunque eso a ella ya no le afecta, porque al final ha visto en él una manera de curar heridas a través de la escritura y un motivo de reivindicación e información. Ana Castro ya fue protagonista de Cosmopoética, encargándose de su comunicación entre 2011 y 2013, pero este martes participa como invitada para hablar de su proceso creativo, del dolor crónico que sufre -formando parte del 70% de las mujeres que lo padecen en España- y cómo encuentra en la poesía su espacio seguro.

Hablando del festival que este año celebra su XX edición, la periodista ha destacado no sólo el carácter poético de la ciudad y sus poetas sino el que para quienes leen poesía “son buenos los lectores, singulares, que más allá de una historia, buscan la emoción”.

La Cierva Implacable, la última obra publicada de la cordobesa y que fue premiada con el Premio Ricardo Molina por el Ayuntamiento de Córdoba, ha sido con la que, según ha confesado llegó a “la plenitud” de su poesía. “En ese libro mi voz está asentada y he encontrado su sitio en todos los sentidos, no solo poéticamente sino también vitalmente y no solo está presente el dolor físico, que me atraviesa y es el protagonista de los primeros libros, sino también el dolor de la sangre, de las raíces que arrastramos con nosotros por nuestra por nuestra herencia”, ha apuntado.

A pesar de un nombre rompedor que refleja la fuerza, tiene detrás un proceso de escritura, que Castro ha reconocido que “ha sido duro”. Aunque también espera que lo sea la lectura, “debe resultar dura o incluso incómoda”. En ella habla de temas personales “sin pudor”, lo que puede generar opiniones o consecuencias en los lectores que se plantea como “un reto y un atrevimiento”. Pero para la escritora tiene más peso el que “la poesía es mi único espacio de libertad y todo un espacio seguro en el que debo crear tal y como quiera y mi voz debe de ser libre de decir con mi verdad”.

Una cierva es un animal que relacionamos “no con la ferocidad que podríamos atribuirle a su análogo masculino el ciervo, sino con un papel más cuidado, proyectado incluso hacia su cervatillo, la primera imagen se nos puede venir a la cabeza al pensar en una cierva es la mamá de Bambi”. Una imagen con la que ha querido romper en este libro presentando “una cierva fuerte, feroz, valiente que no teme decir absolutamente nada”. Este martes, “la cierva renace” en un encuentro en el que conversará sobre “poesía joven escrita por mujeres de los vínculos entre nosotras, de la reivindicación de una propia”. Además, Castro ha confesado su voluntad de hablar de “la importancia de recuperar nuestra genealogía femenina, olvidada para dar a conocer las raíces de las que procedemos, la tradición literaria”.

A pesar del dolor crónico que sufre desde los 24 años, la poeta ha asegurado que cuando lee poesía es uno de los momentos en los que alcanza “la belleza” que le ayuda “a seguir adelante a pesar de ese dolor”. A pesar de que este es inherente en su persona, “forma parte de mi y me define, impregna la creación”. Este proceso no parte de la premisa de crear un poemario, sino que, según ha contado sucede de la escritura de poemas hasta que en un momento “empiezo a ver que se trata de un corpus que tiene una vida propia”. Establecer la estructura de la obra para Castro es “lo último”. Este todo normalmente suele tener para la poeta relación con con el momento que atraviesa o vive, “o con una herida que trato de procesar a través del lenguaje poético”. Solo un último poemario que aún no ha visto la luz y que permanece inédito, “ha sido concebido desde el principio como una unidad”.

La periodista ha resaltado el dolor como uno de los temas que deberían ser más tratados en la literatura, al igual que este lunes Dolores Reyes lo hacía con la amistad femenina. “Se entiende que cuando un hombre dice algo está sentando cátedra pero si lo decimos nosotras es que somos una somos débiles y estamos por debajo. Hay que reivindicar que ese dolor acallado que soportamos las mujeres sin poder dejar a un lado nuestras funciones”, ha apuntado.

Pero en este dolor también está reflejado el poder del hombre que se hablaba en la charla en la que también participaba Rosario Villajos. El dolor crónico que afecta a Castro lo hace también a 8 millones de personas en España y un 70% de ellas son mujeres, sin embargo, ha indicado la poeta, “la mayor parte de los estudios que se hacen sobre fármacos no han contemplado a la mujer como sujeto de investigación hasta pasados los noventa o los dos miles cuando quienes tomaban la medicación eran las mujeres”. “La medicina es una de tantas cosas que está hecha por hombres por y para hombres”, ha señalado.

Finalmente, la autora de La Cierva Implacable, ha confesado que ahora mismo siente la necesidad de que su voz “vuelva al terreno de lo físico, de lo psicológico y al dolor”. “Necesito expresar el momento tan difícil que estoy viviendo y probablemente la nueva creación guarde relación con el cuadro del dolor en cuanto a a temática, no sé tono ni forma, pero sí que necesito escribir sobre el cuerpo”, ha concluido. Un adelanto del que puede que sea su próximo libro, su próximo viaje “hacia un lugar que desconocemos y que solo a través de la escritura llegamos a intuir”.

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