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El juez del caso del crimen de La Chica Carlota también sentará en el banquillo a un abogado como “cooperador”

Ciudad de la Justicia de Córdoba.

Alfonso Alba

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El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Posadas ha decidido sentar también en el banquillo acusado de cooperación para el asesinato a un abogado madrileño por el crimen de La Chica Carlota. Para el letrado, la acusación popular, formada por los familiares de Juan Carlos Rodríguez Borrego, cuyo cadáver apareció en su propio jardín enterrado, pide la pena de prisión permanente revisable, la misma que para el presunto autor material de los hechos, Pedro Gómez, un hombre que se hacía pasar por cura. La Fiscalía Provincial consideraba que el abogado, Joaquín R. G., solo podría estar acusado de un presunto delito de estafa.

El juez comunicó este jueves a las partes de manera verbal que en tres días firmará el auto de apertura de juicio oral que pone fin a la instrucción de la causa y que la traslada a la Audiencia Provincial. La Audiencia tendrá que ordenar que el juicio se celebre en una sala concreta. La vista será con un jurado popular. Por vez primera en Córdoba, un jurado popular tendrá que decidir si se condena o no a prisión permanente revisable a un acusado.

El juez de Posadas ha atendido la petición de las acusaciones y ha entendido que el abogado podría ser la pieza clave en este crimen. Así, se le acusa de ser la persona que puso en contacto al falso cura con la víctima. Y se considera como prueba las más de 400 llamadas de teléfono de la víctima al número de este letrado.

El crimen de La Chica Carlota es uno de los casos más complejos de investigar y resolver, presuntamente, de los que ha desarrollado la Guardia Civil en Córdoba en los últimos años. La familia de la víctima, que sufría una grave enfermedad mental, denunció su desaparición y su cuerpo no fue hallado hasta meses después, enterrado en su propio jardín.

Fue durante el verano de 2018 cuando agentes de la Guardia Civil hallaron el cadáver de un hombre, Juan Carlos Rodríguez Borrego, que se encontraba desaparecido desde septiembre de 2017, en el huerto de su vivienda en La Chica Carlota. Tras meses de investigaciones, una minuciosa inspección logró localizar un lugar sospechoso. En el huerto había una pequeña zona en la que se notaba que la tierra estaba algo más alta. Los agentes excavaron y rápidamente vieron que algo había bajo tierra. Era un cadáver en avanzado estado de descomposición. La investigación apuntó a que se trataba de un hombre, de 45 años, propietario de la vivienda cuya desaparición fue denunciada por sus hermanos en septiembre del año anterior.

La instrucción del caso arrancó prácticamente entonces, hace más de tres años. Pedro Gómez fue detenido en Madrid con el vehículo del desaparecido, había usado sus tarjetas de crédito y sus documentos de identidad. En la casa donde fue hallado el cadáver también se hallaron un pico y una pala que se analizaron por si los restos de tierra que conservaban se corresponden con los del huerto donde se encontró el cuerpo. Este pico y esta pala se habría comprado en Ciudad Real.

Pedro Gómez ya entró en la cárcel acusado de haber robado a otras personas drogándolas previamente. De hecho, tiene numerosos antecedentes penales y en el momento de los hechos estaba en busca y captura para cumplir una condena. También, este hombre, que se hacía pasar por abogado del Arzobispado de Madrid, había estado nueve años como novicio del Valle de los Caídos. Allí robó un relicario, por lo que fue condenado. El principal móvil por el que presuntamente mató a su víctima en La Chica Carlota fue el robo, ya que está acusado de vaciarle las cuentas, robarle el coche y también la identidad.

Los agentes de la Guardia Civil acudieron varias veces a La Chica Carlota para saber qué había pasado con el vecino desaparecido. Peinaron la casa en numerosas ocasiones pero hasta que no vieron algo sospechoso en el jardín no dieron con el cadáver de la víctima. Según la investigación, el asesino había cubierto el cuerpo de la víctima con tres colchas y almohadas, que impedía que los gases de la descomposición afloraran por el terreno, lo que hizo que los perros no descubrieran nada raro en la zona.

Los informes telefónicos

La investigación ha durado varios años más, en los que se han sucedido los informes. Los últimos en poder del juez son de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil en Córdoba. Así, por ejemplo, se han analizado todos los dispositivos informáticos de Juan Carlos Rodríguez Borrego. En estos dispositivos se ha hallado material que apuntaría a la presunta participación del abogado contratado por la víctima, Joaquín R. G., en el crimen. De hecho, supuestamente fue este abogado el que puso en contacto a la víctima con su verdugo.

La Fiscalía sostiene que tras la investigación policial no se ha podido precisar que el abogado participase en los hechos o que acudiese a la vivienda de La Chica Carlota. Además, pide el sobreseimiento de la acusación sobre la pareja de Pedro Gómez, el principal acusado de los hechos.

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