De Benamejí al restaurante La Chalana con Koldo: las sospechas contra el comandante de la Guardia Civil
17 de octubre de 2023. 14:25. Un comandante de la Guardia Civil es fotografiado a las puertas del restaurante La Chalana por otros compañeros del instituto armado, adscritos a la Unidad Central Operativa (UCO). Están siguiendo a Koldo García, considerado como la piedra angular de una trama por la venta fraudulenta de mascarillas a diferentes administraciones públicas. Y lo están haciendo por orden del Juzgado Central de Instrucción número dos de la Audiencia Nacional.
En esa imagen, el agente de la Guardia Civil, natural y residente en Benamejí (Córdoba), lleva un portadocumentos. A su espalda está Koldo García que habla con una tercera persona. A las 16:04, el comandante de la Guardia Civil, que viste de paisano, sale del restaurante La Chalana, en el que Koldo suele reunirse con diferentes personas, muchas de ellas asociadas a una presunta trama que ha impactado contra el Gobierno y especialmente contra el exministro de Transportes José Luis Ábalos, suspendido de militancia del PSOE. El agente lleva varios documentos en la mano.
Estas imágenes y esta cita son capitales para los investigadores de la UCO, que llevan meses siguiendo a Koldo García, a sus socios y también a diferentes personas que podrían formar parte de su íntimo círculo y que le podrían haber ayudado, de alguna u otra manera, a cometer los presuntos delitos investigados: cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.
Los agentes sospechan, aunque no se lo han imputado aún, que el comandante cordobés de la Guardia Civil fue el responsable del chivatazo a Koldo García. Antes de la comida en La Chalana, el propio Koldo habla con su hermano Joseba, al que informa que sabe que le están investigando y que el lunes siguiente se reuniría con cuatro guardias civiles para saber el estado de la investigación. Este es el motivo principal por el que el lunes de la pasada semana, la UCO de la Guardia Civil detuvo a este comandante de la Guardia Civil y registró su casa de Benamejí, donde tiene fijada su residencia aunque había sido designado para ocupar el puesto de agregado del Ministerio del Interior en la embajada de España en Venezuela.
A partir de ese momento, tanto Koldo, como su hermano, como sus socios, habrían iniciado un proceso para tratar de dificultar a los investigadores dar con las presuntas dádivas cobradas de forma irregular, o la titularidad del patrimonio amasado gracias a comisiones por la venta de mascarillas que no habrían sido declaradas a la Hacienda Pública.
En el informe, al que ha tenido acceso este periódico, se trata de demostrar cómo el comandante de la Guardia Civil formaría parte del entramado y tendría una importante conexión con Víctor de Aldama, uno de los principales empresarios implicados en la investigación. De Aldama es el presidente del Zamora Club de Fútbol y estuvo muy cerca de comprar el Córdoba Club de Fútbol.
Así, se documenta a través de escuchas cómo al parecer el agente de la Guardia Civil podría haber recibido pagos de hasta 2.000 euros mensuales en efectivo, según consta en un análisis de los mensajes de diferentes chats de las personas implicadas en el asunto. También se relaciona al comandante con De Aldama, con quien se cruzaría mensajes y fotografías que lo identifican, como una enviada desde un camino del sur de la provincia de Córdoba en un día festivo. O cuando De Aldama le felicita por su paternidad. Los agentes han comprobado que efectivamente en la fecha señalada por la felicitación el comandante fue padre.
El arresto
El agente fue detenido el pasado tres de marzo en el aeropuerto de Madrid cuando se disponía a subir a un avión con destino Caracas, destinado en la embajada española de Venezuela recientemente tras pasar por la estructura antiterrorista de la Guardia Civil. Los investigadores llegaron hasta él después de analizar el contenido de unos grupos de WhatsApp de los investigados y sus conversaciones: referencias de pagos en efectivo a alguien apodado “R”.
“Se han localizado indicios de pagos en metálico de manera mensual a esta persona”. El empresario Víctor Aldama, quien según los investigadores tenía una relación cercana con este agente, se refiere a estos pagos en varias ocasiones: “Lo de R 2 lo de todos los meses”. Los investigadores entienden que, además, reuniones de este agente con Aldama coinciden con las supuestas órdenes de pago.
Una de las acusaciones que pesa sobre este guardia civil es hacer favores a la trama usando su puesto de agente. “Habría realizado gestiones en beneficio de Aldama en el ejercicio de su condición de Guardia Civil. En particular, habría facilitado una línea de comunicación segura a Aldama”. El informe no especifica más detalles. El término “línea segura” se suele utilizar para métodos de comunicación, como líneas telefónicas o sistemas de mensajería, que no pueden ser detectados por investigaciones como la que estaba entonces en marcha contra la trama.
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