Un abuso sexual entre hermanos en Córdoba destapa que el padre agredió a otra de sus hijas durante 2009
En mayo de 2019, agentes de la Guardia Civil de Pozoblanco tomaron declaración a Sofía (nombre ficticio), quien declaró que durante bastantes días de 2009, su padre abusó de ella. Esta confesión la realizó después de conocer su hermano mediano había abusado sexualmente de su hermana, ambos, menores de edad en el momento de los hechos (15 y nueve años, respectivamente). El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) acaba de confirmar íntegramente la sentencia que condena al padre a 13 años, seis meses y un día de prisión por un delito continuado de agresión sexual a una menor de 16 años.
En su denuncia ante la Guardia Civil, la joven relató diversos episodios de abusos sexuales que habrían comenzado cuando tenía siete años. Según el relato de los hechos, el padre llevaba en coche a su hija a un lugar apartado del pueblo y abusaba de ello. En las primeras veces, el progenitor se hacía la víctima y en las demás mediaban los insultos, la violencia y la amenaza relativa a que se lo haría a su hermana pequeña.
Una vez coaccionada, el padre le obliga a que le tocara sus partes íntimas, le masturbara y le chupara su miembro, acariciándole él a su vez con ánimo libidinoso, llegando a introducir los dedos en su vagina y en otra, su pene. La menor nunca dijo nada hasta 2019 ante la Guardia Civil, aunque la sentencia manifiesta que sí le contó a su madre que había sido abusada por un primo de su padre, pero la progenitora no la creyó y le quitó importancia.
A consecuencia de ello, la víctima sufrió y sufre un malestar psicológico que le afecta a su relación con su pare y con su hijo, por lo que está recibiendo ayuda especializada.
La Audiencia Provincial, tras analizar las pruebas y los testimonios, concluyó que existían suficientes elementos para condenar al acusado. La declaración de la víctima, aunque con algunas contradicciones, fue considerada creíble y verosímil. Además, se tuvo en cuenta el testimonio de los educadores sociales de Justicia Juvenil de la Junta de Andalucía, que trataron a la menor cuando cumplía una medida de régimen abierto por la Fiscalía de Menores, y de las psicólogas de Adima, que realizaron un informe de evaluación y diagnóstico para la causa.
La defensa de Antonio C. G. argumentó que la denuncia era falsa y que la hija había sido manipulada por su madre para acusarlo. Sin embargo, el TSJA ha rechazado el recurso del condenado, ya que las declaraciones de la víctima son creíbles y se ajustan a los criterios de verosimilitud.
Asimismo, aunque los informes periciales psicológicos no son concluyentes, no descartan la existencia de abusos. Además, el TSJA recuerda que la falta de pruebas físicas no es determinante en casos de abuso sexual a menores
Además de la condena por agresión sexual a su hija, la sentencia incluye la prohibición de acercarse o comunicarse con ella durante 20 años, y una indemnización a la víctima de 10.000 euros.
0