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“Siempre a la verita tuya, hasta que de amor me muera” o el adoctrinamiento machista en la copla

'La copla como manual doctrinal femenino’ por Matilde Cabello y Marisol Membrillo

Carmen Reina

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“A tu vera / A tu vera, siempre a la verita tuya / Siempre a la verita tuya / Hasta que por ti me muera”. “A tu vera / Siempre a la verita tuya / Siempre a la verita tuya / Hasta que de amor me muera”.

Estas dos estrofas pertenecen a la letra de la canción ‘A tu vera’ (1962), que en estos días se ha escuchado en un escenario en Córdoba en una actividad relacionada con la próxima conmemoración del 8 de marzo, Día de la Mujer, por la igualdad. Esta canción, con otros muchos ejemplos, forman parte del espectáculo La copla como manual doctrinal femenino, que la escritora y periodista Matilde Cabello y la actriz Marisol Membrillo llevan a cabo uniendo investigación, artes escénicas y canción, para mostrar cómo en la dictadura franquista se introdujeron los valores machistas, con la figura de la mujer sometida, en las letras de las canciones.

Hace décadas que Matilde Cabello estudió el origen de la copla, su historia y cómo en su evolución, se transformó en “la canción española que nada tiene que ver en el mensaje con la copla andaluza”. Y vio cómo a partir de finales de los años 30 del pasado siglo, el franquismo dejó su huella también en esta forma de expresión. Su investigación se ha fusionado con la interpretación de Marisol Membrillo y ambas han guionizado este espectáculo en el que se ve cómo desde el inicio de la dictadura, “dentro del lenguaje se introduce como un manual doctrinal femenino: unos modelos de mujer que son los mismos que aparecen en el cine, en las revistas femeninas, en la radio con las telenovelas y consultorios”, explica la escritora y periodista a Cordópolis.

En esos mensajes, “la mujer está deformada”, dice Cabello y cita textualmente como ejemplo los artículos de la falangista Pilar de Primo de Rivera para “devolvernos a las mujeres al redil”.

Reeducar a las mujeres

Sobre el escenario, un guitarrista acompaña las explicaciones de Matilde Cabello y la interpretación de Marisol Membrillo. Y ponen el foco en las letras de las canciones, vistas a través de las gafas violetas de la igualdad, para comprobar cómo en las letras de las coplas se trata de “reeducar a las mujeres”, bajo el prisma machista.

“En las primeras coplas antes de los años 30, las mujeres y los hombres, ambos, se quejan, muestran sus sentimientos, tristeza, dolor, etc. Pero a partir de 1936-1937, es cuando empiezan a ‘reeducar’ a las mujeres”, sostiene la investigadora.

Uno de los ejemplos más claros es la transformación que surge en otra copla muy conocida: Ojos verdes, de Rafael de León -autor de multitud de canciones en la época. Recuerda Cabello que, a Rafael de León, la Guerra Civil le coge en Barcelona: “Los republicanos intentan matarlo porque pertenece a la aristocracia, pero se salva por su amistad con los poetas del 27. Y cuando entran los nacionales, lo quieren condenar a muerte por ser amigo precisamente de los poetas del 27. Entonces, se les ocurre que tienen un filón para acercarse al pueblo, a través a la música. Se les ocurre que escriba letras de la moral, para adoctrinar”.

Y en Ojos verdes está uno de esos ejemplos: “El original de esta copla que luego rescata Carlos Cano habla de una prostituta que está en Granada, donde llega un jinete, se enamora de él, pasan la noche y cuando llega la mañana, este quiere pagarle y le paga de forma muy cortés, para que se compre un vestido”.

La letra de esta canción se transforma, para adoctrinar a las mujeres y cuando en realidad estaba “apoyá en el quicio de la mancebía”, desaparece para decir “apoyá en el quicio de la casa mía / apoyá en el filo de la celosía”. O desaparece la referencia a ambos protagonistas en la habitación. “Se convierte en una historia decente. Desaparece el prostíbulo, la relación amorosa, etc”, apunta la investigadora.

Tres modelos de mujer en la dictadura

En esta fusión de conferencia y recital, con rasgos cómicos e irónicos para poner el foco en el adoctrinamiento machista de letras que han llegado a nuestros días, se muestra cómo la dictadura imponía “tres modelos de mujer” como estereotipos: “La madre, siempre por encima. Quien no quiere a su madre, no quiere a nadie, decían; la mujer sagrada, como madre de los hijos; y la otra, que siempre era mala, te quitaba el marido -porque ellos no se iban- te lo quitaban”, precisa Cabello.

“Dentro de esos tres estereotipos se centra la copla. La mujer mala siempre recibe castigo. Y si se queda embarazada solo la puede redimir el papel de madre”. Y siempre “se advierte de los riesgos de estar con un hombre casado. Pero la culpa es de ella siempre: ‘Lleva anillo de casado, pero a mí ya me había besado y era tarde para mí’, dice una de las letras.

Esta doctrina machista refleja también el sentido de la posesión y la propiedad de la mujer por parte del hombre. “O es de mí o de nadie”, cita Cabello. Y, más aún, “cuando deja de ser su mujer, ella se sigue sintiendo propiedad del hombre. Eso es algo constante. Él es el dueño”, apunta sobre un sentido que está en el origen de la violencia de género.

En estas letras de canciones, como extensión del adoctrinamiento general de la dictadura, la mujer se define por “el sometimiento, está absolutamente subordinada” al hombre. “Y, además, no se le considera un ser con la inteligencia del hombre, la mujer está ciega y no ve lo que pasa”, cuenta para citar otra letra de la copla ‘Los tientos del reloj’: Cuando se marcha de noche no le pregunto dónde va (…) Y cuando se abre la puerta, siendo las claras del día, hago ver que no me entero, entre despierta y dormida’.

Ese perfil que pretende retratar a las mujeres en las canciones, “coincide con lo que decía Elena Francis -que por cierto era un hombre-, en su consultorio en la radio: la mujer callad, no replica, el hombre no consiente que una mujer esté por encima, las mujeres son menos inteligentes, no se puede equiparar nuestra inteligencia con la varonil, solo debemos interpretar lo que ellos decidan... Era un mensaje de una sumisión absoluta”.

¿Más ejemplos? Otra canción muy conocida: María de la O. El original “trata de una mujer que sufre porque se ha casado por dinero y se arrepiente porque estaba enamorada de otro hombre. Cuando hacen la película, el papel de esa mujer es que es mala, porque está enamorada de otro. Es un ejemplo claro de la mujer que no se ha entregado totalmente al hombre y es una pecadora”.

Mensajes que llegan, en muchas ocasiones, hasta nuestros días, en contra de la igualdad entre mujeres y hombres. “Si nosotras hablamos, es que somos unas enteradas, repelentes, charlatanas. Si lo hacen ellos, son unos elocuentes y sabios. Si nosotras somos calladas, es que somos unas sosas. Si un hombre es callado, es que es interesante”, pone como ejemplos de estereotipos aún actuales.

Todo es fruto de los modelos de mujer que nos han vendido en la canción española. Y nuestra generación todavía, es fruto de eso, a pesar de nuestro interés por desaprender”.

El espectáculo ‘La copla como manual doctrinal femenino’ se ha llevado a cabo este 2 de marzo en el Centro Cívico Arrabal Sur de Córdoba, organizado por la Coordinadora de Mujeres del Distrito Sur, en colaboración con las áreas de Igualdad y Cultura del Ayuntamiento de la capital, dentro del programa de actividades con motivo de la próxima celebración del 8M.

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