Las residencias de mayores de Córdoba, las únicas de Andalucía libres de covid en lo que va de marzo

Las residencias de Córdoba son las únicas de toda Andalucía que no tienen casos de covid en lo que va de marzo. Así lo ha comunicado la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM) en un escrito en el que también ha tachado este domingo de “tremendo error” que “desde febrero se hayan dejado de publicar” los casos de contagios de Covid-19 detectados en residencias, cuando el coronavirus “continúa aquí”.

La federación ha puesto de relieve que, según la última información facilitada por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía a fecha del pasado 7 de marzo, desde el principio de la pandemia hasta esa fecha se han contagiado por Covid en las residencias de mayores de Andalucía un total de 37.628 personas y han fallecido 3.328.Según esta misma fuente, en esos primeros siete días de marzo se han contagiado por Covid en las residencias de mayores 220 personas --cuatro en Almería, 43 en Cádiz, tres en Granada, 81 en Huelva, 31 en Jaén, 52 en Málaga y seis en Sevilla-- y han fallecido diez --una en Almería, otra en Huelva, dos en Jaén y seis en Málaga--, “superando con creces el número de contagios en los primeros siete días de febrero --62-- y de fallecidos”, que ascendió entonces a ocho.

Es más, la FOAM advierte de que se ha superado ya el número de contagios total de febrero --que fue de 210-- y “casi alcanzado, en tan solo siete días” de marzo, “el total de 14 fallecidos de febrero”.

“Nos hemos olvidado del Covid, pero continua aquí, no debemos de olvidar el pasado, debemos aprender sus lecciones, debemos seguir vigilantes y no bajar la guardia, especialmente en las personas mayores”, han subrayado al hilo de datos como esos desde la federación andaluza de organizaciones de mayores.

La FOAM ha subrayado que las residencias son “el ámbito en el que se concentra un número importante de personas que pertenece al grupo de más alta vulnerabilidad”, y “lugares en los que se concentra un alto riesgo de transmisión”, de forma que, según opina la federación, son espacios “en los que debe mantenerse una alta cobertura vacunal y en los que no debe bajarse la guardia en cuanto a medidas de protección”.

“NI MUCHO MENOS ESTAMOS ANTE EL FIN DE LA PANDEMIA”

“Al no requerir información de las residencias es como si estuviésemos optando por olvidarnos de ellas, y con ello dejamos de vigilar donde más lo necesitamos”, según lamenta la FOAM, que insiste en su comunicado en remarcar que “ni mucho menos estamos ante el fin de la pandemia”, porque “el virus no ha desaparecido y continúa teniendo presencia e impacto, que estamos ignorando”.

En esa línea, la federación señala que actualmente se está realizando “la octava parte de pruebas diagnósticas que hacíamos en otros momentos de la pandemia”, además de que sólo se registran y publican datos de incidencia acumulada en mayores de 60 años, “el segmento de población más vulnerable, pero también el más vacunado, y eso desdibuja la situación de la población general”.

La FOAM ha puesto de relieve además que el Covid es “una enfermedad multiorgánica grave que eleva el riesgo de muchas complicaciones a largo plazo y afecta a nuestro sistema inmunológico”, y al respecto critican que “hemos suprimido de un plumazo el uso de mascarillas obligatorio, salvo en contadas excepciones, sin tener en cuenta que se sigue produciendo un número considerable de contagios, fallecimientos y hospitalizaciones por Covid”.

“La prevención de infecciones sigue siendo clave”, se lee en el comunicado de la FOAM, donde se comenta además que, aunque “tres años después de la pandemia muchos se comportan como si la vida volviera a la normalidad”, para “los millones de personas con Covid persistente, con problemas de salud a menudo debilitantes, lo 'normal' se siente como una batalla”, porque “no han podido pasar página”, y “cada día que pasa es una prueba de resistencia y resiliencia para ellas”.

Al respecto, desde la FOAM subrayan que “se calcula que el 15% de todas las personas que han enfermado de SARS-CoV-2 han desarrollado Covid persistente, lo que les dificulta e incapacita para llevar una vida normal”, con síntomas como “fatiga, depresión, insomnio, mareos, problemas para concentrarse y mantener la atención, ansiedad o pérdida del olfato”.