¿Cómo fue la proclamación de la II República en Córdoba hace 90 años?
Este miércoles se cumplen 90años de aquel 14 de abril de 1931, día de sol con algunas nubecillas, en que el pueblo de Córdoba, como muchos otros de España, tomó las calles y proclamó la República.
En la plaza de Cánovas, desde muy temprano, comenzaron a concentrarse cientos de personas de diferentes barrios de nuestra ciudad. Sobre las cinco de la tarde, desde un balcón del número 4 de la plaza, sede del diario Política, se informó con una pizarra a los congregados de que había sido proclamada la República en Madrid; acto seguido, desde la misma redacción, se izó la bandera tricolor y un estudiante colocó en la cabeza de Gonzalo Fernández de Córdoba un gorro frigio.
El abogado Rafael Mir de las Heras desde el balcón se dirigió a la multitud para que guardara un minuto de silencio como homenaje a quienes perdieron la vida por la República. Córdoba se proclamó republicana tras una rotunda victoria en las urnas el 12 de abril. Las elecciones municipales se convirtieron en un plebiscito nunca acaecido en la Historia de España. En el Centro Republicano de la ciudad se reunieron los concejales electos y redactaron la siguiente nota dirigida al pueblo cordobés: “Cordobeses, ha llegado la hora de la República. Los que subscriben, que se consideran vuestros legítimos representantes, os conminan para que seáis dignos del momento. A este efecto pedimos al pueblo orden y serenidad… …preparamos una gran manifestación, mientras tanto no manifestaos ni producid tumultos que puedan perjudicar nuestra causa. Esperad nuestras instrucciones. ¡Viva la República! Firman: los veintisiete concejales republicanos proclamados en las elecciones”.
De inmediato se constituyó la Junta Republicana de la ciudad formada por: Jaén Morente, Ruiz Maya, Carreras, Vaquero, Troyano y Azorín, que comenzó a actuar al día siguiente de su constitución. Esta Junta encabezó una multitudinaria manifestación por las calles de Córdoba frente a grupos de estudiantes con chalecos rojos, personas con corbatas y pañuelos del mismo color y un gran número de obreros al compás de las notas de la Marsellesa, himno que tocaba la banda municipal vestida de paisano y era coreado por el público. Varios coches hacían sonar el claxon, adornados con símbolos republicanos.
Sobre las siete de la tarde, Antonio Jaén Morente, muy emocionado y acompañado por algunos dirigentes políticos locales, proclamó la República en Córdoba desde el pedestal del monumento al Gran Capitán, ante una manifestación enfervorecida que abarrotaba la plaza de Las Tendillas y ovacionaba las palabras del orador: “La República que se acaba de proclamar en España es una República de orden, respetuosa con la leyes y con la propiedad, por tanto suplico a los cordobeses que se manifiesten con el más perfecto orden que fue siempre norma de todos sus actos”.
La nueva Junta de Gobierno visitó al gobernador civil Manuel Salvadores de Blas para informarle de los cambios y rogarle que retirara las fuerzas del orden de las calles. Como en cualquier revolución o cambio de régimen, los estudiantes desarrollaron un papel crucial en las primeras horas de los acontecimientos. Así quedó patente en las calles de la localidad. Tras la quema de fotos en la Escuela Superior de Veterinaria, la Escuela Normal de Magisterio y la Escuela Industrial, cantaron himnos funerarios y se dirigieron a la población al grito de ¡Viva la República!
Antonio Jaén les salió al encuentro en la calle de la Feria (San Fernando) rogándoles que se disolvieran; subieron por la calle Nueva (Claudio Marcelo) custodiados por fuerzas de la guardia civil, y dieron por terminada pacíficamente la concentración en la plaza de Cánovas. En La Escuela de Veterinaria se izó la bandera republicana y Rafael Castejón dirigió unas palabras a los allí congregados: “… la fórmula de las elecciones ha sido identificada con el verdadero sentimiento del pueblo libre”. De igual forma, el señor Gil Muñiz en la Escuela Normal de Magisterio comentó: “El magisterio español es el más encargado de hormar una nueva generación”.
Pronto la nueva bandera ondeó en todos los centros oficiales, así como en distintas casas particulares. Se nombró gobernador civil a Antonio Jaén Morente, alcalde de Córdoba, a Eloy Vaquero Cantillo, y presidente de la Diputación a Ramón Carreras Pons; todos ellos tomaron posesión de sus cargos en actos de gran exaltación y emotividad. Fueron horas de incertidumbre y de tensión de ánimo contenida ante el nuevo capítulo que se iniciaba en la historia.
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