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Un estudio advierte que consumir más de un 10% de azúcar del total de calorías diarias puede alterar la microbiota

La microbiota está relacionada con la digestión y la defensa frente a otros microorganismos patógenos

Redacción Cordópolis

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La Copa Covap, iniciativa educativa y deportiva organizada por la Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches, advierte junto con el Hospital Universitario Reina Sofía (HURS), entidad colaboradora en la décima edición de este proyecto, que un consumo de azúcares libres superior al 10% de la ingesta calórica diaria (2.000 Kcal/día aproximadamente) puede alterar la microbiota y generar problemas metabólicos y cardiovasculares, como la obesidad, la diabetes o la enfermedad inflamatoria intestinal. Así lo confirma un trabajo de investigación publicado en la revista científica Nutrients en el que se analizan distintas dietas con elevadas cantidades de azúcar.

Los azúcares libres son aquellos que se añaden intencionadamente a los alimentos durante su elaboración (azúcares añadidos) y también el azúcar natural de ciertos alimentos como la miel, los siropes o el zumo de fruta, entre otros. En cantidades elevadas, estos azúcares “alteran la microbiota, que es el conjunto de microorganismos que viven de forma simbiótica en nuestro cuerpo y que tienen un papel clave en el proceso de extracción de nutrientes y energía de los alimentos, así como en el metabolismo”, explica la especialista en Endocrinología del Hospital Universitario Reina Sofía (HURS) e investigadora del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (IMIBIC), Aura Dulcinea Herrera.

La función de la microbiota está relacionada con la digestión y la defensa frente a otros microorganismos patógenos, pero también tiene efectos metabólicos y participa en la producción de sustancias esenciales para nuestro organismo, como vitaminas del complejo B y K, ácidos grasos de cadena corta y neurotransmisores. Además, tiene función detoxificadora, es decir, elimina sustancias que el organismo ha ido acumulando y no necesita. Cabe destacar que el cuidado de la microbiota durante la infancia es fundamental, ya que, a partir de la adolescencia sus características cuantitativas y cualitativas serán las mismas a las que tenga en la edad adulta.

En ese sentido, las dietas con altos niveles de grasas saturadas, azúcares añadidos y un bajo consumo de frutas, verduras y fibra son perjudiciales para la microbiota, ya que “afectan directamente a la composición y funcionalidad de la microbiota intestinal y, como consecuencia, pueden provocar diferentes enfermedades”, asevera Herrera. Por ello, y de acuerdo con el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reducir este tipo de azúcares por debajo del 5% de la ingesta calórica tendría beneficios para la salud.  

Respecto a los niños, la ingesta máxima recomendada de azúcar libre varía según la edad y el sexo, siendo cero gramos la recomendación en menores de dos años. “A partir de esa edad no debe superar el 5% de la ingesta calórica diaria que, hasta los tres años, equivale a unos 15 gramos de azúcar al día (alrededor de 3 cucharaditas). En cambio, para los niños de 4 a 6 años el consumo no debe superar los 18 gramos de azúcar libre al día; mientras que, para edades comprendidas entre los 7 y 10 años, máximo unos 21 gramos”, aclara Herrera.

La relación entre la microbiota y el azúcar ha sido el tema central de la 10ª Copa Covap en la sede de Utrera, celebrada este domingo. La jornada ha estado marcada por la presencia de cerca de 400 niños y niñas de 10 y 11 años, donde también han aprendido que el ejercicio aumenta el tránsito intestinal y reduce el tiempo de contacto con determinados patógenos, por lo que la práctica deportiva tiene efectos protectores contra algunas afecciones, como la obesidad. Por tanto, “el ejercicio en edades tempranas puede influir en la composición de la microbiota intestinal y mantener una proporción adecuada de la misma a largo plazo, además de favorecer el desarrollo óptimo de la función cerebral”, argumentan desde el HURS.

Por otro lado, la Copa Covap es un evento en el que, además de celebrarse partidos en las categorías de fútbol mixto y baloncesto masculino y femenino, nutricionistas imparten a los familiares una formación didáctica sobre alimentación, centrada este 2023 en el azúcar, y psicólogos analizan el uso de las tecnologías y las redes sociales con los participantes.

Los equipos CIA Sevilla de baloncesto femenino, C.B. Utrera de baloncesto masculino y CEU San Pablo de fútbol mixto han ganado en sus categorías y representarán a Sevilla en la Fase Final que se celebrará en junio.

La clave para mantener una microbiota óptima

La dieta mediterránea, debido a sus componentes, es capaz de modular la microbiota intestinal, ya que aumenta su diversidad. De hecho, “un patrón dietético de tipo mediterráneo se asocia con una microbiota intestinal de características específicas, hasta tal punto que diferentes estudios surgieren que pacientes que siguen este tipo de dieta tienen menor prevalencia de enfermedades cardiovasculares, por ejemplo”, expone la profesional sanitaria del HURS.  

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