Docentes interinos y aspirantes andaluces piden la paralización de las oposiciones 2025
Docentes por la Pública denuncia la precariedad laboral que afecta al profesorado interino y aspirante en Andalucía, derivada de las políticas impulsadas en los últimos dos años. Desde 2022, los docentes andaluces han enfrentado un escenario de oposiciones continuas en formatos como las de “reposición”, “estabilización por méritos” y “light”. Sin embargo, estas convocatorias, con ofertas de plazas consideradas insuficientes, no han resuelto la precariedad laboral del colectivo.
Según el sindicato, estas medidas no están estabilizando al profesorado ni garantizando la igualdad en el sistema. “Lo único que están logrando es el hartazgo de un colectivo que soporta condiciones laborales inestables, cambios de centro frecuentes durante el curso, y unos costes de vida, entre alquiler y desplazamientos, que apenas permiten cubrir gastos”, denuncian.
Afectados interinos y nuevos opositores
El sindicato advierte que estas oposiciones representan una “doble estafa”. Por un lado, perjudican a miles de interinos y aspirantes ya dentro del sistema, generando un efecto llamada que podría empeorar sus condiciones laborales.
Por otro lado, afectan a los nuevos opositores, generándoles falsas expectativas de estabilidad laboral. Muchos de ellos, incluso tras aprobar, terminarán como un número más en bolsas de trabajo saturadas y paralizadas desde hace años.
Propuesta de paralización de las oposiciones 2025
Ante este panorama, Delia Gómez Muro, secretaria general de Docentes por la Pública, subraya que el sindicato se opone a la convocatoria de oposiciones para 2025. Según Gómez Muro, una paralización daría mayor seguridad laboral a los docentes que ya están en el sistema y permitiría a los aspirantes en bolsas mejorar su posición.
Además, el sindicato propone convocar bolsas extraordinarias de acceso para quienes aún no están inscritos, evitando así el sacrificio personal, económico y familiar que suponen las oposiciones. “Es momento de dignificar el trabajo de nuestros profesores, asegurarles estabilidad laboral y reconocerlos como parte activa de la comunidad educativa, no como números en listas interminables”, concluye Gómez Muro.
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