Córdoba está vendiendo vivienda a un ritmo superior al del último año del ‘boom’ del ladrillo
El 15 de septiembre de 2008, el gigante Lehmann Brothers puso el mundo y las finanzas internacionales bocabajo. Su quiebra llevó a un efecto dominó que destrozó la economía internacional y que se notó especialmente en España, un país que llevaba una década, la que fue desde 1997 a 2007, viviendo una borrachera de crédito hipotecario que había disparado la compraventa de viviendas en un estado que, ya por entonces, tenía porcentajes de vivienda en propiedad muy alta en comparación con el resto de su entorno.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) había comenzado a registrar las transacciones de bienes inmobiliarios justo el año 2007, el anterior a la crisis del ladrillo. Los datos de entonces eran eufóricos. También en la Córdoba de las grandes constructoras (Prasa, Marin Hillinger, Noriega), en la que, en aquel año, se vendieron más de 11.000 viviendas, con un promedio de 915 compraventas al mes.
Ese promedio, el más alto desde que hay registros, es más bajo que el que está anotando el mercado inmobiliario este año 2025. Los datos de compraventa de vivienda en Córdoba durante el pasado mes de julio, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), afianzan la tendencia alcista que viene experimentando la provincia desde hace cuatro ejercicios.
Dos de los cinco mejores meses de venta se han dado en 2025
La magnitud del fenómeno actual se aprecia mejor al analizar los picos mensuales. En julio de 2025 se vendieron 1.085 viviendas y en marzo se alcanzó la cifra de 1.006. Superar la barrera de las mil operaciones mensuales es un hito que no se veía en la provincia desde hace casi dos décadas.
Para encontrar registros similares hay que viajar en el tiempo hasta la primavera de 2007, cuando en mayo se vendieron 1.109 viviendas y en junio 1.041. De hecho, los datos de julio y marzo de 2025 se posicionan como el tercer y quinto mejor mes de toda la serie histórica, respectivamente.
Lo más significativo de 2025 no es solo la existencia de picos aislados, sino la consistencia de la demanda. Durante los primeros siete meses del año, las ventas no han bajado de las 800 operaciones en ningún mes, con cifras como las 994 de junio o las 918 de mayo. Este nivel de actividad sostenida es una anomalía en comparación con los años anteriores y es el motor que impulsa las proyecciones récord.
Matemáticamente posible
El ritmo de ventas ha sido tan intenso que, con solo siete meses contabilizados, el presente ejercicio ya tiene a tiro superar al anterior. En lo que va de año se han formalizado 6.573 compraventas, lo que arroja un promedio mensual de 939 operaciones. El año pasado se cerró con un total de 9.468 viviendas vendidas. Para igualar esa cifra, se necesitan 2.895 ventas más. Al ritmo actual, las proyecciones indican que el total de 2024 será superado durante el mes de octubre de 2025.
La duda es si 2025 terminará con récord de venta desde que hay registros y se superarán o igualarán las 11.015 viviendas vendidas en 2007. Para alcanzar esa cima, Córdoba necesita vender 4.442 viviendas más en los cinco meses restantes del año.
Esto exige un promedio de 889 operaciones mensuales entre agosto y diciembre, un objetivo que, aunque elevado, es inferior al promedio de 939 que se ha mantenido hasta ahora. Por tanto, si el mercado mantiene su actual dinamismo, es matemáticamente posible que 2025 se corone como el nuevo año récord.
Un viaje por la montaña rusa inmobiliaria de los últimos 20 años
La situación actual es la culminación de un largo camino de recuperación. Para comprender la dimensión del momento presente, es necesario analizar la evolución del mercado en los últimos 18 años. El año 2007 fue la cima del llamado boom del ladrillo, con meses de actividad frenética en Córdoba como marzo (1.098), mayo (1.109) y junio (1.041) y, tras ese pico, la crisis financiera provocó un desplome abrupto.
Ya en 2008, las ventas anuales cayeron a 8.455. La caída continuó hasta tocar fondo en los años más duros de la recesión. El mercado alcanzó su punto más bajo en 2014, con solo 3.755 ventas anuales. Durante este periodo, era habitual ver meses con menos de 300 operaciones, como abril de 2013 con 265 ventas, una cifra que hoy parece insignificante.
A partir de 2015, el mercado inició una recuperación gradual pero frágil. Se pasó de 4.445 ventas en 2015 a 6.630 en 2019. Este progreso se vio interrumpido por la pandemia de COVID-19 en 2020. El confinamiento desplomó la actividad a mínimos, con solo 280 ventas en mayo de 2020, el dato mensual más bajo de la serie reciente. A pesar de ello, el mercado demostró una sorprendente resiliencia y cerró ese año con 5.598 operaciones, gracias a una fuerte recuperación en el segundo semestre.
El periodo post-pandemia marcó un punto de inflexión. El cambio en las preferencias de vivienda y el ahorro acumulado impulsaron la demanda. En 2021 se alcanzaron las 7.678 ventas, superando los niveles pre-pandemia. La tendencia continuó al alza con 8.462 en 2022 y 9.468 en 2024.
Sin embargo, ninguna de estas cifras anticipaba la aceleración del ritmo que está viviendo el mercado en 2025, cuyos registros, por supuesto, también hacen que se enarquen las cejas por temor a otra posible crisis inmobiliaria.
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