Córdoba, una estación de Renfe en busca de nombre desde hace una década

En el Pleno del Ayuntamiento de febrero del año 2011 se aprobó por unanimidad solicitar a ADIF que la estación de Córdoba pasase a llamarse Córdoba-Luis de Góngora. Ese año se cumplían 450 años del nacimiento del ilustre poeta cordobés y la demanda se pretendía que culminase uno de los llamados años Góngora. Diez años después, ADIF aún no le ha cambiado el nombre a la estación.

Durante este tiempo, se han sucedido los malentendidos entre el Ayuntamiento y ADIF. En junio de 2011 hubo un cambio de gobierno. Una mayoría absoluta del PP ponía fin a tres mandatos consecutivos de Izquierda Unida en la Alcaldía. En el traspaso de papeles, nadie recordó enviar la moción aprobada a ADIF hasta el año 2014, según ha reconocido esta empresa pública a preguntas de los periodistas.

En 2014 se retomó la intención de rotular la estación de Córdoba con el nombre de Luis de Góngora pero siete años después todo sigue igual. ADIF y el Ayuntamiento de Córdoba comenzaron a negociar, sin éxito, quién pagaba el cambio de denominación. ADIF entendía que correspondía al Ayuntamiento, que era quien lo había pedido. Pero llegó otro cambio de gobierno.

En 2015, un pacto entre el PSOE e Izquierda Unida dio la Alcaldía a Isabel Ambrosio. En sus cuatro años tampoco fue posible el cambio de denominación. Esta vez el problema parecía estar en un impedimiento jurídico, que la normativa no lo permitía.

Ahora, el Ministerio de Transportes ha respondido al diputado del PP Andrés Lorite que quizás a final de año sea posible retomar el tema. El Ejecutivo, en su respuesta, asegura que está impulsando “la elaboración de un procedimiento para analizar, tramitar y aprobar, en su caso, los cambios de denominación de las estaciones existentes, cuya tramitación se prevé iniciar antes de finalizar el año 2021. En este procedimiento se determinarán los criterios aplicables para la denominación de las estaciones, así como la tramitación requerida para la modificación y la forma de abordar los gastos que pudieran suponer el cambio de la denominación”.

¿Llegará entonces el cambio de nombre?