Un centenar de personas se concentran contra la tala del olmo centenario del Marrubial
Un centenar de personas se ha concentrado este viernes en el olmo centrado que hay en la ronda del Marrubial para advertir al Ayuntamiento de Córdoba de que encontrará oposición vecinal y de ecologistas si decide talar este árbol para ampliar a cuatro carriles esta vía. El presidente de la Gerencia de Urbanismo, Salvador Fuentes, y el alcalde de Córdoba, José María Bellido, anunciaron que se había culminado el último paso administrativo para poder empezar las obras.
Unas obras que implicarían la tala de este árbol, según lo han entendido los manifestantes -por el momento no hay indicaciones al respecto en el proyecto-, y que, a juicio de uno de ellos, el activista Pepe Larios, no tienen ningún sentido en un momento como el actual, en el que Córdoba sufre las graves consecuencias del cambio climático. “Son soluciones antiguas frente a una sociedad que lo que se tiene que plantear es eliminar al máximo posible la circulación de automóviles por la ciudad”, ha dicho Larios, erigido en uno de los portavoces de la protesta, convocada entre otros por la Plataforma en defensa del árbol.
Para este histórico ecologista, el trazado que plantea Urbanismo tampoco va a acabar con los problemas de congestión del tráfico, pero, en cualquier caso, lo que se pregunta es por qué, para ampliar la vía, se plantean siempre eliminar elementos naturales. “En frente tenemos la muralla del Marrubial y a nadie se le ocurría tocarla para hacer una carretera. Los elementos arquitectónicos de valor hay que conservarlos, pero los elementos naturales que además están dando servicios ambientales, eso no se protege, es una auténtica barbaridad”, ha dicho.
A su lado, más de un centenar de personas de todas las edades rodeaban al olmo centenario y mostraban a los viandantes y a los conductores carteles en los que se podían leer mensajes como “Nuestro voto para quien se comprometa a salvar el Olmo”; “Voto por una Córdoba limpia y verde: no a la tala de árboles” o “Los turistas también queremos árboles”.
Otros colgaban del olmo numerosos mensajes que pedían su conservación y políticas que fomenten la plantación de árboles en la ciudad. Larios, de hecho, pedía justo eso mismo, frente a las políticas de “tala de árboles maduros para luego sustituirlos por árboles jóvenes”. En este sentido, defiende que los ejemplares jóvenes “cuestan dinero”, no dan los mismos servicios ambientales que los maduros y, sobre todo, suponen “despilfarrar el coste económico de un árbol de gran tamaño”.
“Un árbol como este olmo, de gran envergadura, significan en la ciudad ocho aparatos de aire acondicionado en la calle. Frente a eso, lo que tenemos que reivindicar es una ciudad en la que la arborización sea algo fundamental en todas las calles y no que tengamos espacios hostiles como los que por ejemplo están ocurriendo aquí y en otros sitios de la ciudad”, ha criticado el activista, que advierte que las obras que plantean desde Urbanismo sólo sirven para “darle dinero a las constructoras”.
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