Vecinos y ecologistas advierten de que cortar el olmo del Marrubial sería un “asesinato forestal”

“Quien corta un árbol viejo, es un pendejo”. Así ha resumido, a viva voz, uno de los asistentes a la protesta, lo que supondría la tala del olmo centenario -140 años, nada menos- que hay en Ronda del Marrubial, frente al antiguo cuartel militar de Lepanto, y que está en serio riesgo de desaparecer de la fisionomía del barrio.

Un barrio en el que, como en todos, hay opiniones vecinales para todos los gustos: desde el que ni siente ni padece, hasta el que exclama que las obras son más importantes que el árbol, pasando por otros, como Paco, que se muestra hasta dispuesto a encadenarse al mismo para que no lo talen. Paco ha ejercido de portavoz de los vecinos de Levante para levantar la voz contra lo que ha calificado de “asesinato forestal”.

“Esto no se puede permitir. Desde esta plataforma, pido y exijo que vengan técnicos de medio ambiente para ver las posibles soluciones”, señalaba Paco, que aclaraba que este olmo es “un monumento de Córdoba”, pues “está catalogado por la Diputación como uno de los árboles más singulares” de la provincia. Este viernes era, con toda probabilidad, el más protegido de cuántos hay en la ciudad y en la misma calle, en la que, en la reforma prevista, se podrían talar medio centenar de árboles, entre ellos moreras y olmos de más de 50 años.

En este sentido, los portavoces de la Plataforma de Defensa del Árbol, María y Nacho, han reivindicado ir más allá de salvar este olmo, y salvar todos los de la zona. “Este olmo es la punta del iceberg de todos los árboles que se están perdiendo en Córdoba, una ciudad que no puede permitirse perder más árboles”, afirma María, que pide que dentro de los planes de reforma se estudie la viabilidad de crear una mediana que respete los árboles que hay en estos momentos en el Marrubial.

Una idea que cuenta, de momento, con el respaldo de casi 1.800 personas, que han firmado para salvar el olmo centenario a través de la plataforma Change.org en los últimos cinco días, lo cual demuestra, a juicio de María, que “hay una sensibilidad que hay que aprovechar, porque la necesidad existe”.

Nacho, por su parte, lamenta que, por el momento, desde el Ayuntamiento no han contestado al escrito que han remitido desde la plataforma en el que un escrito en el que le piden un estudio sanitario del árbol para determinar con exactitud su edad y su reconocimiento de árbol singular protegido. La tranquilidad de todos es que las obras van a un ritmo lento, lo cual podrá dar un respiro a un olmo que ha vivido en tres siglos distintos.