Carmen Calvo reaparece en la agenda política cordobesa en un acto 80 días después de su cese
Ochenta días. Es el tiempo que ha mediado entre el primer acto público de la exvicepresidenta Carmen Calvo tras su cese y su sorpresiva aparición de este lunes en Córdoba, en uno de los actos de la Semana de la Patrona de la Guardia Civil en Córdoba.
Sorpresiva porque los medios de comunicación recibieron al medio día la convocatoria que confirmaba la presencia de la hoy diputada y antes número 2 del Gobierno en la la jornada Mecanismos de igualdad en la Guardia Civil y en otras instituciones, y también por el largo silencio en actos oficiales de Calvo, que mantiene desde septiembre una participación en una tertulia radiofónica junto al exvicepresidente Pablo Iglesias.
Así, con apenas unas horas de aviso a la prensa, se ha presentado Carmen Calvo en el Centro de Recepción de Visitantes de Córdoba, su tierra, donde ha sido presentada como presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso por la directora de la Guardia Civil, María Gámez.
Aunque ella misma, antes de entrar al acto, había querido puntualizar que su presencia en Córdoba estaba justificada, más que otra cosa, por su condición femenina: “Estoy aquí por una petición del Ministerio y la directora general que agradezco mucho, en mi condición de diputada y presidenta de la Comisión de Igualdad, pero, en cualquier caso, estoy aquí en mi condición siempre de mujer”, ha justificado Calvo.
No obstante, su reaparición ha sido tan llamativa que no ha podido esquivar preguntas sobre el Gobierno al que ya ni siquiera pertenece. Así, un equipo de periodistas le ha pedido su opinión sobre la polémica entrada en España de Brahim Ghali, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Calvo, casi en plena huída, ha respondido que la autoridad competente para hablar de esta cuestión es la ministra, aunque ha apostillado, con el mismo tono vicepresidencial de siempre, que “cuando algo está en los tribunales, nadie habla de esto”.
Lectura en clave cordobesa
La presencia de la exvicepresidenta en Córdoba, que se ha producido unas horas después de que el asesor del presidente del Gobierno, Iván Redondo, negara haber tenido malas relaciones con ella, también ha generado un pequeño runrún en el socialismo cordobés, que está en los prolegómenos de la renovación de su ejecutiva provincial, donde no está nada claro el equilibrio entre sanchistas y susanistas.
En las dudas sobre esta correlación de fuerzas tiene su peso la victoria de Díaz en las últimas primarias que le enfrentaron con Juan Espadas (Córdoba fue, de hecho, la única provincia andaluza donde ganó Susana Díaz), así como la caída en desgracia del secretario de Organización y exministro de Transportes José Luis Ábalos.
No obstante, hay un sector del socialismo cordobés que también considera que Carmen Calvo podría dar batalla en clave local, como una hipotética candidatura al Ayuntamiento de Córdoba, donde el PSOE quedó relegado a la oposición pese a haber gobernado en el mandato anterior.
Esta posibilidad parece, sin embargo, muy improbable y, desde luego, no es algo que Carmen Calvo haya sugerido en ningún momento de su vista a Córdoba, la ciudad que la exvicepresidenta ha escogido para reaparecer en la agenda política.
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