Cajasur sustituye las cristaleras que diseñó Rafael de la Hoz en su histórico edificio central
El edificio de la Caja Provincial de Córdoba es uno de los inmuebles protegidos más jóvenes de la ciudad, pero también uno de los más interesantes. Proyectado y diseñado por los arquitectos Rafael de la Hoz Arderius, Gerardo Olivares James y José Chastang, se construyó entre 1984 y 1987 en la esquina entre Ronda de los Tejares y el Bulevar del Gran Capitán. Hasta la fusión con Cajasur, fue sede central de la Caja Provincial de Ahorros de Córdoba. Se configuró con una estructura original y llena de sentido, en la que el edificio parece flotar sobre la antigua muralla de Córdoba. El inmueble en su conjunto está protegido por el Plan Especial de Protección del Casco Histórico de Córdoba (PEPCH).
Los actuales propietarios de Cajasur, la entidad financiera Kutxabank, han iniciado una reforma de este imponente edificio cordobés en el que se han comenzado a sustituir los vidrios de la fachada, diseñados por Rafael de la Hoz. Fuentes de Cajasur consultadas por este periódico sostienen que la mayor parte de los vidrios presentaban un alto grado de deterioro y graves patologías. Pero, aseguran, el objetivo de la reforma emprendida pasa por mantener la fachada. Para ello, se ha contactado con el vidriero que suministró las singulares ventanas a Rafael de la Hoz, aunque las piezas están ya descatalogadas. Tanto en la quinta como en la sexta planta, ya totalmente reformadas, se han comenzado a instalar los nuevos vidrios.
Las obras se están ejecutando con una declaración responsable y en coordinación con los técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo, según han detallado las fuentes de este organismo a este periódico. En Urbanismo sostienen que la intervención persigue una rehabilitación climática de este histórico edificio, que, aseveran, sufría varias patologías que ahora se están corrigiendo.
El inmueble goza de la máxima protección, al ser una construcción singular que además se localiza dentro del casco histórico de Córdoba (que comienza a partir, precisamente, de la muralla a la que homenajea). En el Plan del Casco Histórico tiene una ficha propia, la EV-99. De hecho, hace 20 años tuvo que intervenir desde el Ayuntamiento hasta la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía para autorizar la instalación de un reloj digital en la fachada. El reloj sustituía a otro anterior que había generado una enorme polémica. El entonces presidente de Cajasur Miguel Castillejo instaló una pieza llamada La hora de Córdoba.
“La colocación de un gran reloj en la parte alta del chaflán, en un estilo y dimensiones verdaderamente incoherentes con el edificio, ha protagonizado uno de los más intensos debates ciudadanos cordobeses en las postrimerías del siglo XX”, ha escrito el arquitecto Francisco Daroca en el Sistema de Información del Patrimonio Histórico de Andalucía, donde describe precisamente el edificio de la Caja Provincial. “El desacuerdo popular con la intervención, que consiguió hacer efectiva su retirada, puede entenderse como una tácita valoración por parte de la ciudad de la calidad de la arquitectura del edificio”, señala.
El presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Salvador Fuentes, ha asegurado sobre la reforma que “se está haciendo un seguimiento constante de la obra” y que se está en permanente “contacto con el arquitecto, que es Rafael Castelló”, además de con la propiedad. “Se está restaurando un edificio de primer orden”, sostiene, algo que asegura que es “complicado, tiene un coste elevado”, pero que “el tratamiento es ejemplar”.
Fuentes de Cajasur han asegurado que en los trabajos se ha respetado la estructura del edificio y que el objetivo es que pueda seguir siendo operativo durante los próximos años. En el inmueble trabajan gran parte de los servicios centrales de la entidad en Córdoba.
Un histórico solar
En su descripción del edificio, Daroca destaca que la zona es muy singular y especial para la ciudad de Córdoba. “Hasta 1984 había resistido esta esquina entre las dos principales vías de la ciudad con una edificación del primer gesto del ensanche decimonónico. Sus dos plantas contrastaban con un entorno transformado en las dos décadas precedentes, dominando un ambiente de hasta ocho plantas, incluida la sustitución, enfrente suya, de la plaza de toros de Los Califas por los almacenes de Galerías Preciados (hoy, El Corte Inglés). El hecho de albergar la cafetería más identitaria de la burguesía cordobesa pudo influir en su longevidad, local precisamente diseñado por Rafael de La-Hoz en 1955, una pequeña joya arquitectónica llamada cafetería Savarín”, evoca.
También destaca la singularidad del inmueble: “La fachada, de aplacado de travertino despiezado según una fábrica de sillares en aparejo reticular, aparece simulando sendos muros -a una calle y a otra- separados y flotantes al introducir un hueco vertical centrado en el chaflán, uniéndose en sensaciones visuales de continuidad con la umbría de las plantas bajas. El despiece de la piedra es leit motiv para la geometría de composición, siendo también el valor de los cristales de los ventanales, aparentemente en disposición simétrica en ambas fachadas, efectuándole un ejercicio manierista al rigor moderno”, agrega.
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