La aparición de nueve cuerpos confirma una gran fosa de fusilados en el Cementerio de La Salud de Córdoba
Una de ellas está maniatada. Otra presenta un tiro de gracia. Hay osarios y casquillos de bala. En total son nueve. Nueve personas. El esqueleto completo de dos de ellas se aprecia con total claridad, mientras que, del resto, hay huesos esparcidos: un cráneo, un talón...
Es el importante hallazgo que se ha hecho en el Cementerio de La Salud de Córdoba. Junto al muro sur, donde ya se intuía que podía haber una gran fosa común de fusilados bajo una capa de enterramientos habituales, a más de un metro y medio de profundidad, han sido encontrados por el equipo de la empresa Aranzadi, que lleva casi un mes realizando sondeos en la zona, en el cuadro de la Virgen de los Dolores, la última que quedaba por excavar en esta popular necrópolis.
Los libros de enterramientos del cementerio solo hablan de inhumaciones en ese cuadro a partir de 1938, como si antes -como en el resto de las zonas y en plena Guerra Civil- no se hubiera utilizado ese espacio, mientras que el trabajo de documentación hecho hace dos años apuntaba allí mismo como un posible lugar donde reposaran restos de fusilados.
Los arqueólogos lo han confirmado. En la última semana hallaron, bajo una primera capa de enterramientos que databan de 1938, un cadáver que mostraba evidentes signos de violencia. Presentaba tres disparos. Uno en el hombro, otro en el fémur y el último, un tiro de gracia. Eso en el primer sondeo.
En el segundo, ubicado a unos metros, también más o menos a la misma profundidad, comenzaron a aparecer restos. Uno a uno, hasta siete personas diferentes. Una de ellas, maniatada y dejada caer de cabeza. Una fosa. Sin lugar a dudas.
El teniente de alcalde delegado de Gestión y presidente de la empresa municipal de cementerios de Córdoba (Cecosam), Antonio Álvarez, ha detallado que los trabajos conveniados con la empresa van a permitir ahora hacer el trabajo de obtención de muestras genéticas para identificar los restos. Desgraciadamente, por el momento no se va a seguir excavando en esta zona, hasta que se firme un nuevo convenio.
La historiadora Carmen Jiménez y el arqueólogo Luis Tobar han destacado que la principal importancia de este hallazgo es que viene a confirmar la sospecha de que los testimonios y las pistas que apuntaban a esta zona no estaban errados. A ninguno, además, le ha soprendido el estado de conservación de los restos hallados, puesto que conocen bien el terreno.
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