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Sondeos en el cementerio para acabar con el silencio sobre el enterramiento de fusilados en Córdoba

Nuevos trabajos en fosas del Cementerio de La Salud

Carmen Reina

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A primera hora de la mañana de este lunes, en el cementerio de La Salud de Córdoba una pequeña excavadora acaba de iniciar los trabajos de rebaje del terreno en el cuadro de la Virgen de los Dolores. A un lado de este, el cuadro de Santa Bárbara donde reposan restos de militares fechados hasta 1937. Al otro lado, el cuadro IV con sepulturas hechas hasta 1936. Y en medio, donde ahora se trabaja, el silencio.

Los libros de enterramientos del cementerio solo hablan de inhumaciones en ese cuadro a partir de 1938, como si antes -como en el resto de las zonas y en plena Guerra Civil- no se hubiera utilizado ese espacio. Sin embargo, a la vez, consta que se demandó ampliar el cementerio por falta de espacio. Por eso, los sondeos que acaban de arrancar buscan acabar con ese silencio y ver si en el cuadro de la Virgen de los Dolores se ubica alguna fosa más donde acabaron los fusilados tras el golpe de 1936 y la guerra.

Es la última zona que queda por sondear en la parte antigua del cementerio de La Salud. En el cuadro de San Ramón se hallaron restos de personas represaliadas y se exhumaron a más de una veintena, obteniendo pruebas de ADN para cruzarlas con la de los familiares que buscan los restos de sus seres queridos. En el cuadro de San Plácido, las catas arqueológicas también dieron resultado positivo y se sabe que allí reposan más represaliados en una fosa común. Allí siguen a la espera de que se dote de presupuesto su exhumación. En total, el estudio documental previo sobre las fosas del cementerio de La Salud y del de San Rafael señalan que en ambos camposantos de Córdoba se enterraron a más de 4.000 víctimas del golpe de estado de 1936 y el franquismo. Y, ahora, toca ver qué se halla en el cuadro de la Virgen de los Dolores.

Con ese objetivo, un equipo de profesionales de la empresa Aranzadi, conformado por una historiadora, un arqueólogo, un antropólogo, tres auxiliares y dos alumnos en prácticas de la Universidad de Córdoba, tienen un mes por delante para certificar si debajo de los enterramientos de 1938 se produjeron otros anteriores que no están documentados y, en su caso, si podría tratarse de una nueva fosa común con restos de fusilados.

Dos sondeos distintos

Los trabajos han comenzado señalizando, en principio, dos sondeos: uno en el límite del cuadro con el de los enterramientos militares y otro más centrado, donde hay una leve depresión del terreno. Si hubiera tiempo (y dinero) podrían realizar un tercer sondeo en otro punto del cuadro, explican a Cordópolis desde el equipo de profesionales que trabajan allí.

Tras el rebaje de terreno de la excavadora, el trabajo seguirá de manera manual. La previsión es encontrar los restos de los enterramientos que se conocen a partir de 1938 y poder sacarlos -como ya se hizo en otras zonas del cementerio-, para comprobar si debajo hay más restos, como puede sospecharse. Serían justo de los años anteriores. “Justo al lado hay enterramientos de 1936 y 1937. ¿Por qué aquí no?”, se preguntan. Y ese es el argumento que ha validado los trabajos que llevan a cabo y que se financian con una dotación de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

Testimonios orales

Los testimonios orales que se han podido recoger apuntan a que los enterramientos de represaliados pudieron hacerse bajo el de los militares. Mientras, el libro de enterramientos del cementerio está “vacío” en lo referente a esos años y esa zona determinada. “El vacío documental ha sido el argumento para realizar estos sondeos. Para descartar o confirmar que aquí hay otra fosa común”.

No será fácil. En un cementerio en uso durante tantos años, en una población tan grande como Córdoba, constan que ha habido muchas modificaciones del camposanto, incluso con traslado de restos a osarios, donde se acumularon, mientras un velo de silencio lo cubría todo. Ahora, los sondeos que acaban de arrancar buscan una respuesta a ese silencio.

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