Rafael García: “El recorrido de la Esperanza se debe mejorar para no estar 9 horas en la calle”
El obispo de Córdoba ha aprobado recientemente a Rafael García Cerezo como hermano mayor de la Esperanza después de que los hermanos de la cofradía lo eligieran para ocupar ese puesto el 14 de mayo. El nuevo hermano mayor tiene 50 años, de los cuales lleva 40 en la corporación del Domingo de Ramos, a la que ha acompañado en los últimos años con cirio, si bien ha salido con anterioridad también como acólito de la Virgen y como costalero. Ante el reto de dirigir una de las cofradías más populares y queridas de Córdoba, Rafael García dice estar “ilusionado” y se dispone a afrontar la experiencia de los próximos cuatro años con “respeto y humildad”.
PREGUNTA. En este momento, ¿cuáles son las principales necesidades de la cofradía?
RESPUESTA. Las necesidades de nuestra hermandad no difieren mucho de las del resto de las hermandades. Y lo que nosotros, la junta de gobierno, queremos para ella es lo que cualquier otro hermano querría. Buscamos fomentar y extender la devoción hacia nuestros Titulares, engrandecer la institución, avanzar en nuestra presencia y nuestra implicación social, la mejora patrimonial...
P. ¿Cómo van a resolver esas necesidades usted y su junta de gobierno? ¿Qué van a aportarle a la corporación?
R. Con trabajo, buena gestión, respeto, buscando el consenso y el acuerdo con los hermanos, su implicación y su colaboración.
P. Además de abordar estas necesidades, ¿en qué va a mejorar la hermandad con ustedes? En el campo de secretaría, de tesorería, de cultos...
R. Debemos mejorar en todo. Siempre he pensado que es obligación de toda junta de gobierno entregar la hermandad, al menos, un poco mejor de como la recibió. Si se trabaja con esa idea, la corporación siempre avanza. Confío en que podamos hacerlo y que las mejoras sean apreciables.
P. ¿Cómo definiría a su equipo?
R. Magnífico, prima la juventud pero sin dejar a un lado la veteranía. Son personas preparadas, mesuradas y con una gran ilusión. Lo que espero es estar a su altura.
P. ¿Cuáles son las medidas más inmediatas a tomar? Por ejemplo, ¿habrá algún nuevo nombramiento de capataces, vestidor, camareras...?
R. La medida más inmediata que hay que tomar es trasladar a los hermanos las líneas de trabajo que queremos desarrollar, los proyectos que nos gustaría emprender y el camino que queremos recorrer en los próximos cuatro años, siempre en compañía y con el apoyo de todos. No encuentro ningún motivo que justifique que las personas que han estado trabajando hasta la fecha en la hermandad no puedan continuar haciéndolo. Por otro lado, pienso que no resulta serio cambiar a las personas que ocupan unos cargos sin poder argumentar las causas y, a día de hoy, nosotros no podemos.
P. La caridad era uno de los pilares de su programa. ¿Qué hace la hermandad en este apartado? ¿Qué nuevas cosas propone?
R. Se hacen cosas, pero puedo coincidir con quienes piensen que se deben hacer muchas más. No quiero dejar pasar la ocasión sin destacar la labor que en este campo ha venido realizando en estos últimos años el grupo joven. En la nueva junta pensamos que la hermandad debe mantener una actitud de anticipación en su actividad de ayuda al prójimo, buscar dónde podemos colaborar, contactar con otras instituciones y aprovechar el potencial que la hermandad tiene.
P. La hermandad cumplió hace poco 75 años pero tiene evidentes carencias patrimoniales, por ejemplo en el paso de palio o el guión. ¿A qué cree usted que se debe que en tanto tiempo no se haya logrado mejorar en ese aspecto?
R. Pienso que sí se ha ido mejorando aunque en otros campos. La casa de la hermandad, el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de las Penas, la orfebrería del paso de palio de María Santísima de la Esperanza. Entiendo que los hermanos queremos que todo se haga más rápido, pero las limitaciones económicas condicionan y marcan la velocidad en la ejecución de los proyectos. Todos queremos ver pronto un nuevo palio en el paso de María Santísima de la Esperanza, y confío que así sea. Es un compromiso de la nueva junta de gobierno sentar las bases para que las juntas que nos sucedan lo puedan tener más fácil.
P. ¿Cómo ve el actual recorrido de la hermandad? ¿Lo van a mantener o van a acortar los tiempos o el espacio?
R. Entendemos que el recorrido se debe mejorar. Creemos que nuestra cofradía puede y debe tener un recorrido en su estación de penitencia que no implique estar nueve horas en la calle y, por otro lado, debemos tener presente que la hora de recogernos no debe superar las doce y media o la una de la noche. Con estas dos premisas trabajaremos para fijar un itinerario que se adecúe a nuestra realidad y nuestras necesidades.
P. ¿Ha perdido para siempre sus raíces la hermandad al dejar de pasar por Santa Marina por la nueva carrera oficial?
R. Aquel que pueda pensar que la hermandad ha perdido sus raíces por dejar de pasar en estación de penitencia por Santa Marina creo que tiene una visión muy simplista de lo que la hermandad es o debe ser. El barrio de Santa Marina es y será siempre un referente para la hermandad. Una cofradía pierde sus raíces cuando los hermanos olvidan, ignoran o no respetan su historia, los acontecimientos e incluso las anécdotas que han marcado la vida de la hermandad. Es tarea de todos que esto no ocurra.
P. El Bailío es un punto del recorrido esperado por muchas personas cada Domingo de Ramos. ¿Lo van a mantener o lo creen prescindible?
R. A la hora de fijar un recorrido primarán los intereses de los hermanos y los de la cofradía en su conjunto, por encima de cualesquiera otros, buscando siempre el mayor consenso dentro de la hermandad.
P. Uno de los principales valores de toda cofradía son sus hermanos. ¿Los ve implicados? ¿Qué van a hacer para aprovecharlo?
R. Todos sabemos que implicar en el día a día de una hermandad al 100 por 100 de los hermanos es tarea imposible. Sin embargo en las pasadas elecciones, con una participación que se acercó al 25 por 100 del censo, quedó demostrado que son muchos los hermanos de esta hermandad que están preocupados por su futuro. Con independencia de todo ello, la experiencia me dice que en esta hermandad cuando una junta de gobierno pone encima de la mesa proyectos con los que los hermanos se sienten identificados e ilusionados, los hermanos se vuelcan y se llevan a cabo con relativa facilidad. Al hermano hay que hacerle sentir necesario, importante. No hay que reducirlo a un simple número.
P. Aunque en los últimos años ha evolucionado positivamente. ¿Aún se puede conseguir ampliar más el número de nazarenos? ¿Está entre sus objetivos?
R. El incremento del número de nazarenos debe entenderse como una consecuencia, no como un objetivo. Una consecuencia de estar haciendo las cosas bien. Lo importante es buscar la excelencia en el trabajo del día a día. Si se logra, después vendrán las recompensas, y una de ellas puede ser el incremento de hermanos y de nazarenos que realizan estación de penitencia. Incrementar el número de nazarenos sin más, por el simple hecho de aumentarlo, no tiene ningún sentido.
P. ¿Cómo va a afectar a la cofradía la pérdida del espacio que tenía alquilado en el antiguo convento de Santa Isabel después de que éste se haya cerrado y vendido? ¿Van a ser necesarias por ello reformas o nuevos usos de la casa de hermandad?
R. Estaremos más apretaditos, pero tenemos una casa grande y creo que sabremos adaptarnos a la nueva situación. Estoy convencido de que no afectará en exceso al día a día de la hermandad. La más afectada será la banda de música, que verá reducido su espacio para ensayar. Pero desde la junta de gobierno tenemos consciencia de este hecho, y trabajaremos para que el perjuicio sea el menor posible.
0