Un pueblo levantado “¡Por una ermita libre!” que se pueda visitar
A mediados del siglo XX, una vecina de Valsequillo (Córdoba), ideó que en sus tierras junto al núcleo urbano del pueblo se edificara una ermita. Ella era devota de la Virgen de Fátima y, desde entonces, los vecinos de Valsequillo tenían la Ermita de Nuestra Señora de Fátima en su historia y sus tradiciones, visitándola cuando querían y realizando procesiones y romerías en su honor.
Hasta hace un par de años. Los herederos de aquella vecina -que viven en otro municipio-, han cerrado sus tierras y el acceso a la ermita ya no es libre. Cuentan los vecinos que abren solo un domingo al mes y para las fechas de la procesión y la romería, en Semana Santa y en mayo, respectivamente. Pero los vecinos de Valsequillo quieren “¡Una ermita libre!” y desde 2022 han colocado pancartas en sus ventanas y balcones para pedir que la Ermita de Nuestra Señora de Fátima siga abierta a los fieles siempre.
“Que nadie nos quite lo que es nuestro. Por una ermita libre”, reza el lema central de las pancartas que se pueden ver en el municipio, junto a mensajes sobre el “cerrramiento injusto” que sufren, “stop vallado” o los “70 años con derechos” que ahora, como vecinos, ven eliminados. “Valsequillo unido”, apostillan las pancartas.
Tradicionalmente, el Domingo de Resurrección, los vecinos de este pueblo viven un día de campo junto a la ermita y, por la tarde, llevan en procesión a la Virgen hasta el pueblo, donde permanece hasta el segundo domingo de mayo, fecha de la romería con la que la devuelven a su pequeño templo. Ahora, además de que no pueden visitar la ermita cualquier día que los fieles quieran, tampoco pueden estar en el campo junto a la edificación, dentro del terreno ahora vallado y cerrado con una cadena y un candado.
Por eso, explican los vecinos y constata a este periódico la alcaldesa de Valsequillo, Ana Sánchez (PP), “los vecinos tenemos en nuestras casas las pancartas”, reivindicando volver a la situación que siempre hubo: que los habitantes del municipio puedan ir a ver su Virgen de Fátima siempre que quieran.
Esta situación no solo ha indignado a los habitantes de la localidad, sino que también se ha tomado cartas en el asunto para presentar una demanda a quienes han tomado la decisión de cerrar al paso el camino que da acceso a la ermita y la propia edificación.
La Hermandad del Cristo de la Expiración y de la Virgen de Fátima de Valsequillo -integrada por fieles de la misma y que pone su sello en las pancartas que se ven en el pueblo-, ha puesto el caso en manos de la justicia. Y no está sola: “El Obispado de Córdoba respalda la reclamación”, aseguran a Cordópolis fuentes de la institución religiosa, que además “estudia jurídicamente el asunto”, aseguran.
Mientras tanto, hasta el momento no hay diálogo abierto con los propietarios del terreno donde se levanta la ermita y el candado echa el cierre a los vecinos, que demandan volver a la situación por la que fue construida, para que todos sus fieles acudieran siempre que quisieran a visitar a su Virgen.
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