Los peritos dicen que el asesinado en Puente Genil por drogas recibió disparos a unos 13 metros
Los guardias civiles que este miércoles han declarado como peritos en el juicio contra el hombre acusado de delitos de asesinato con alevosía y tenencia ilícita de armas, tras supuestamente asesinar a otro varón por una venta de drogas en un paraje de la localidad cordobesa de Puente Genil en septiembre de 2012, han manifestado que el asesinado presuntamente recibió disparos por la espalda a una distancia superior a unos 13 metros.
Durante el juicio, celebrado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, los agentes han detallado que se encontraron tres casquillos y un proyectil, que los disparos se habían realizado desde un mismo punto y con un solo arma, para el que hacía falta licencia, que entraron y salieron del cuerpo dos de las balas y que no había restos de sangre en el coche en el que se fue el procesado.
Uno de los agentes ha expresado que le “sorprendió” que la víctima anduviese una distancia “un poco grande” tras recibir los disparos y otros guardias civiles han señalado que el coche del acusado apareció el día siguiente de los hechos en un camino, cerca de Puente Genil, en una zona donde “no era visible” y a “un kilómetro” del lugar en el que ocurrió el crimen, al tiempo que han indicado que cuando llegaron al paraje el hombre disparado estaba vivo y lo atendían en la ambulancia, de hecho se desplazó hasta un helicóptero sanitario, según han aseverado.
Mientras tanto, el procesado manifestó el lunes ante el jurado que él no disparó, sino que lo hizo un amigo con el que iba a dicho paraje o el hombre, conocido suyo, para quien era la droga y que, según él, apareció de repente en la zona, todo ello tras “un forcejeo”.
Así, precisó que él dijo que por qué no se hacía la transacción de droga en el interior del pueblo, si bien su conocido le señaló que mejor en las afueras del pueblo. Ante ello, dicho hombre le dio el dinero a su amigo y fueron de noche hacia el paraje, según el acusado.
Una vez en el lugar, el procesado se quedó en el coche en el que iba junto al citado amigo y se bajó de una furgoneta el fallecido, mientras que el conductor de la misma --el suegro de la víctima-- daba la vuelta, aunque pudo ver los hechos, según el testimonio del acusado, quien prosiguió que su amigo fue a comprobar la droga y advirtió de que era “escayola”, de manera que se inició “un forcejeo” entre ambos.
En ese instante, apareció el hombre conocido y supuestamente le disparó al varón que se bajó de la furgoneta, aunque puntualizó que él estaba junto al coche y solo escuchó los disparos, de forma que no vio la pistola y cuando llegó al coche su amigo le dijo que disparó el conocido, algo en lo que ha agregado que este último les dijo que de lo ocurrido no dijeran nada. Si bien, ha señalado que él estaba “drogado” y no está “seguro de quién disparó”.
“No he manifestado esto nunca por represalias” y “amenazas” que pudiera haber, según ha aseverado ante el jurado. Y a la pregunta de la fiscal que por qué estuvo huido un mes, ha explicado que nadie le notificó que le estuvieran buscando tras los hechos, de manera que “estaba trabajando en la aceituna en Alcolea del Río”, según ha dicho, a la vez que ha indicado que no sabe qué pasó con el paquete que llevaba el fallecido.
“Totalmente inesperada”
En las cuestiones previas, la fiscal ha expresado que está “convencida” de que el acusado mató por la espalda a la víctima con “una pistola para la que no tenía autorización”, algo que, según el Ministerio Público, hizo “de forma totalmente inesperada”. Mientras, el abogado de la acusación ha afirmado que el procesado “acabó por la espalda de forma cobarde” con el fallecido, que era “la cabeza de turco” en la transacción.
Por su parte, la defensa ha recordado que en este caso ha habido dos acusados más, uno de ellos por asesinato, pero dejaron de serlo y ahora son testigos de la Fiscalía. Entretanto, ha remarcado que él pide la absolución para su cliente, aunque en caso de ser declarado culpable plantea la legítima defensa y distintas atenuantes, como las dilaciones indebidas, al ser un caso de 2012, o actuar bajo los efectos de las drogas.
La Fiscalía ha pedido para el procesado penas de 20 años de prisión, concretamente 18 por el delito de asesinato y dos por tenencia ilícita de armas, así como indemnizaciones por unos 300.000 euros, peticiones a las que se ha adherido la Abogacía del Estado. Y la acusación particular ha solicitado 25 años de cárcel por el delito de asesinato y tres por tenencia ilícita de armas, además de 600.000 euros de indemnización.
El relato del fiscal
Según recoge la calificación del Ministerio Público, “como consecuencia de unas negociaciones anteriores, sobre una transacción de un kilo de cocaína, entre un vendedor de Córdoba y un comprador de Puente Genil, se acordó, tras una entrega fallida el 17 de septiembre de 2012 en Córdoba, que la entrega se hiciera el 18 de septiembre de 2012 en Puente Genil”.
De este modo, sobre las 14,40 horas del citado día el fallecido pidió a una persona que le acompañase a Puente Genil “para efectuar una entrega y así ganarse un dinero”, de manera que se marcharon los dos en una furgoneta. Cuando llegaron, estuvieron esperando hasta que se personaran en el lugar las dos personas que el vendedor envió para hacer la transacción, para posteriormente dirigirse hacia al paraje Arroyo Blanco.
Una vez allí, les estaba esperando el procesado y la víctima le entregó a una de las personas que acompañaban al acusado “un paquete envuelto en papel, que supuestamente era un bloque de cocaína que se iba a vender”, si bien dicha persona le manifestó al vendedor que “dicha sustancia no era cocaína” y efectuó una prueba de pureza, comprobando que no lo era, pero la víctima mantenía que sí, por lo que “se inició un forcejeo entre ambos”.
Durante dicho forcejeo, el procesado “sacó de una bandolera una pistola semiautomática y por la espalda y con la intención de acabar con la vida” del vendedor, efectuó una serie de disparos, al menos cuatro, de los que dos de ellos impactaron en la espalda del fallecido, “cayendo al suelo y los cuales le causaron la muerte”, según el fiscal.
Tras ello, el acusado y sus dos acompañantes y el acompañante de la víctima se marcharon del lugar de los hechos. Como consecuencia de los disparos, la víctima sufrió “shock hemorrágico o hipovolémico por disparo con arma de fuego de proyectil único --pistola--”, según el informe médico forense.
Además, el Ministerio Público ha precisado que el procesado “carecía” de las preceptivas licencias para la posesión de arma. Mientras, el fallecido estaba casado con una mujer con la que tenía dos hijos en común menores de edad y convivían con ellos también dos hijos menores de edad de ella.
0