El palomar de San Lorenzo acumula denuncias de la Policía, Sadeco y Urbanismo
El palomar sobre cuya existencia habían alertado los vecinos de San Lorenzo por encontrarse ubicado en la calle Montero, en pleno casco urbano de la ciudad, con las consiguientes molestias, acumula denuncias de la Policía Local, Sadeco y Urbanismo.
Así, la Policía Local procedió a denunciar al propietario del palomar por la Ley de Protección Animal -perturbación por parte de los animales de la tranquilidad y el descanso de los vecinos-, la Ordenanza Municipal de Control Animal -por excrementos en toldos y azoteas-, así como por la Ley de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental (GICA) -por la explotación, alojamiento temporal o permanente de criadero de palomas sin licencia-, según confirman fuentes municipales.
La Policía Local ha procedido a dar cuenta de todas las denuncias cursadas sobre el palomar en los últimos meses a Sadeco, Medio Ambiente del Ayuntamiento de Córdoba, la Gerencia Municipal de Urbanismo y la Delegación Provincial de la Consejería de Gobernación, donde han sido remitidas las denuncias cursadas.
Las actuaciones de la Policía Local sobre este asunto se remontan al 16 de febrero de este año, cuando agentes de la Línea Verde visitaron el edificio en el que se ubica el palomar y abrieron expediente, tras recibir un correo electrónico remitido por Sadeco indicando las molestias que los vecinos de dicho inmueble estaban sufriendo por la existencia de un
palomar, molestias consistentes en “olores, excrementos y suciedad en general”.
Cabe recordar que Sadeco no interviene en domicilios particulares y, de ahí, que tras recibir comunicación de las molestias por parte de los vecinos del edificio donde se ubica el palomar, trasladara este asunto a Policía Local. Agentes municipales, tras varias visitas al lugar y no poder contactar con nadie por tratarse de una vivienda deshabitada, lograron el 19 de marzo entrevistarse con el titular del palomar. En dicha visita Policía Local comprobó “la existencia de unas 40 palomas enjauladas individualmente así como de una habitación utilizada de voladero. Las jaulas y el voladero se encontraban limpios.”, apuntaban.
Sin embargo, en posteriores visitas a lo largo de los meses de julio y agosto por denuncia de la Junta de Andalucía, “se constató la existencia de suciedad en ventanas y rejas del inmueble del palomar. También comprueban que en las azoteas de las casas anexas hay cantidad de excrementos y restos de estos en toldos, macetas, etc.”.
En este tiempo, los vecinos afectados se han quejado de dicha suciedad, así como de “las molestias por olores y ruidos de arrullo que se producen por la gran cantidad de palomas que se concentran en ciertos momentos”, según consta para la Policía Local.
Los agentes pudieron comprobar que el número de palomas se había incrementado, las molestias que se estaban causando a los vecinos y especialmente la situación de insalubridad existente. Por todo ello, el día 30 de julio de 2018 se procedió a denunciar al propietario del palomar.
Igualmente, se dio cuenta a la Gerencia de Urbanismo, mediante acta de Inspección Urbanística, por cambio de uso de la vivienda de uso residencial a palomar, además de indicar al propietario que debía quitar inmediatamente el palomar por las molestias que estaba ocasionando al vecindario.
0