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La naranja sextuplica su precio en el viaje que hace del campo al supermercado

Varias cajas de naranjas tras ser recogidas en Palma del Río.

Alfonso Alba

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Entre la Vega del Guadalquivir y cualquier supermercado de la ciudad puede haber, en el peor de los casos, 60 kilómetros de distancia. En plena campaña citrícola, el agricultor que recoge un kilo de naranjas en su finca de Palma del Río lo deposita en una barquilla, lo carga en un camión y se lo lleva a un polígono industrial del municipio. Allí, las naranjas se clasifican por tamaños y variedad, se cargan en camiones y se distribuyen a cualquier punto de la Península. Se guardan en cámaras frigoríficas y se distribuyen por supermercados. En ese tránsito, ese kilo de naranjas ha sextuplicado su precio.

Según el Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos que todos los meses elabora la organización agraria COAG, el agricultor cordobés recibe, de media, 25 céntimos de euro por cada kilo de naranjas que vende. El consumidor, este mes de enero, ha pagado en los supermercados un precio medio por ese mismo kilo de 1,60 euros. Esa naranja, que ha sido clasificada, metida en una red o una bolsa de plástico, y transportada, se ha encarecido en un 532%, según COAG.

Ocurre lo mismo con las mandarinas, otro de los productos estrella de la Vega del Guadalquivir de Córdoba, localizada principalmente en el entorno de Palma del Río. Un kilo de mandarinas se le paga al agricultor que las recoge a 32 céntimos de euros. En el supermercado, durante el mes de enero, ese mismo kilo tiene un precio final al consumidor de 1,95 euros. El incremento, en este caso, ha sido de un 509%.

Actualmente, la campaña de la naranja se encuentra más o menos a la mitad. Los citricultores, no obstante, se han mostrado este año optimistas. La producción será algo menor que la anterior, entre el 15 y el 20%, pero por sorprendente que parezca los precios han subido algo. En la campaña pasada, el kilo de naranja llegó a pagarse en el campo a 11 céntimos. En la pasada campaña, de hecho, muchos agricultores optaron por dejar el fruto en el árbol, ya que los costes iban a ser muy superiores a los beneficios. Ahora, las perspectivas son mejores. Eso sí, desde el sector insisten en que los actuales precios de venta son también muy ajustados y apenas si dejan márgenes de beneficio.

La naranja es uno de los productos que más se encarece desde que sale del campo y hasta que llega al supermercado. Pero no el único. Este índice de precios de COAG señala que otro de los productos estrella de la agricultura cordobesa también tiene una fuerte revalorización una vez que entra en los camiones: la aceituna de mesa. En este caso, los márgenes también son muy amplios. Así, un olivarero recibe 1,19 euros por cada kilo de aceituna de mesa que entrega. En el supermercado, el kilo tiene un precio de 4,82 euros. En este caso, el proceso de transformación es más caro que en el de la naranja, pues esas aceitunas tienen que ser tratadas, procesadas y envasadas. Pero la materia prima experimenta un 305% de revalorización.

El aceite de oliva también tiene un fuerte incremento. Este producto, una vez procesado, sale de las cooperativas y empresas transformadoras pagándole un precio al agricultor de 2,10 euros el kilo de virgen extra. En el supermercado, el consumidor se lo encuentra a un precio medio de 3,80 euros, un incremento superior al 80%.

La ganadería también sufre la crisis de precios

Esta crisis de precios, esta diferencia entre origen y destino final, tiene también sus víctimas en la ganadería. Es el caso de los ganaderos del norte de la provincia de Córdoba. Allí, cobran cada litro de leche de vaca a 29 céntimos, un precio ajustadísimo y prácticamente a pérdidas. En el supermercado ese litro de leche no se vende por menos de 73 céntimos, un incremento del 152%.

Los márgenes en el caso de la carne son muy superiores. El kilo de ternera se paga a 3,95 euros en origen. En el supermercado el consumidor paga por ese filete 15,84 euros, un incremento del 300%. Estos incrementos son muy similares en el resto de la carne, tanto de aves, como de cerdo, ovino o caprino.

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